Maldición Fraternal

Capítulo 14

Cerré la gran puerta doble detrás de mi para recargar mi espalda en ella. Suspire mientras dejaba que una lágrima resbalara por mi mejilla. Tenia mis tacones en la mano, la parte baja de mi vestido estaba lleno de tierra al igual que los pies, mi maquillaje estaba corrido y sabia que mi cabello parecía un nido de aves.

Suspire mientras miraba el techo del primer piso, no podía parar de arrepentirme por haberme dejado llevar de más, yo no era así, tan solo quería relajarme por unos segundos, pero ya sabía que eso no estaba en mi y aún así lo hice.

Vi a Alex asomar la cabeza por el arco del salón principal, su cara paso de la curiosidad a la preocupación.

—¿¡Que paso!? —gritó acercándose a mi.

Quería decirle la verdad, pero no sabía que reacción tendría. Fynn era su mejor amigo y su beta, no quería generar ningún conflicto por algo que realmente no había sido grande, pero por alguna razón yo lo sentía así. Mi vista se volvió a empañar.

Solo pude abrazarlo, envolvió mis brazos a su alrededor y lo apreté fuerte, no queriendo soltarlo.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —Entendía su preocupación, probablemente mi apariencia diera muchas cosas que pensar y mis lágrimas solo empeoraba la situación-. ¿Dónde esta Damián?

—Todo está bien, él está en la fiesta aún —dije entre sollozos.

—Entonces, ¿por qué estás así?-Me alejo de su pecho para mirarme a los ojos—. ¿Te atacaron?

Negué con mi cabeza rápidamente.

—Solo estoy muy cansada.

—Mallory, algo pasó, no soy tonto —dijo enojado aún tomándome de los brazos—. ¿Los síntomas regresaron?

Seguí negando.

—Fue un largo día —murmure lentamente.

—¿Alex? —Escuche la voz de Ariana del mismo lugar de donde había venido, luego también apareció su cuerpo por el marco.

Nos miro confundida un segundo pero al igual que Alex su cara adoptó preocupación en un instante.

—¿Esta todo bien? —dijo llegando a nuestro lado.

—Sí —dije yo.

—No —dice Alex al mismo tiempo.

Ella nos mira más confundida.

—¿Que paso? —pregunto de nuevo Ariana.

—Nada —digo rápidamente—, solo iré a la cama a descansar.

Avance hacia las escaleras pero fui detenida por Alex.

—No estás bien, puedo verlo en tus ojos —dijo con el ceño fruncido.

—Solo quiero ir a la cama. —Salió como un lamento mientras mis ojos se llenaban de lágrimas de nuevo y no podía evitar que mis labios hicieran pucheros.

—Pero... —Alex iba a preguntar de nuevo pero Ariana lo detuvo.

—Alex, creo que es mejor dejarla ir, ella nos dirá después cuando esté lista, ¿verdad? —Se dirigió hacia mí en la última pregunta, no asentí pero hice un gesto con mi cabeza que decía que probablemente.

El parecía tener una batalla en su mente, pero poco a poco fue aflojando su agarre en mis manos hasta dejar libre. Me alejé y empecé a subir los primeros escalones pero una fuerte voz me detuvo.

—¿Qué está pasando aquí? —Un señor apareció por el pasillo.

Parecía ya tener bastantes años, tenía cabello negro y una abundante pero uniforme barba. Vestía un traje negro, pero tenia suelta la corbata. Se me hacía extrañamente conocido pero no recordaba donde lo había visto.

—Está todo bien, padre, no se preocupe —dijo Ariana bajando levemente la cabeza.

Era el papá de Ariana, eso tenía sentido, había olvidado que Damián dijo que habían llegado.

El señor me miró de arriba abajo, inspeccionando todo mi cuerpo con la cara fruncido, sabía que mi actual persona no era la mejor, pero me sentí incómoda con su vista al no ser alguien de confianza.

—¿Se encuentra bien, señorita? —pregunto cuando terminó de mirarme.

—Sí, solo iré arriba —Sin esperar respuesta termine de subir los escalones casi corriendo.

Suspire aliviada al llegar arriba y entrar en la privacidad de mi habitación.

Me deslice en la puerta hasta llegar al piso y abrazar los piernas, me senos tan pequeña y desprotegida. Las lagrimas ya corrían más libremente desde que me encontré sola y no podía evitar pensar en lo mal que había actuado.

Corrí hacia mi baño para abrir la regadera y entrar al manto de agua con todo y vestido. Me sentía sucia y culpable, por unos segundos solo miré como la tierra dejaba mis pies y se iba por el drenaje, ojalá mis pensamientos de fuera tan fácil como ella.

Después de una rato empecé a tallar mi cuerpo lentamente, pero de una manera tan dura que mi piel se puso roja y ardió. Mi mente me decía que merecía ese dolor, por haber actuado tan mal.

Termine de ducharme y ni siquiera me cepille o seque el pelo, dejaba que las gotas cayeran sobre el suelo o por mi cuerpo, no me importaba. Me puse lo primero que encontré y me senté en la ventana mirando la luna casi llena resplandiendo en el cielo.

Siempre la había mirado con cariño y confianza, pero esta vez no quería ni que su luz llegara a mi. Sentía que ella sabía lo que había hecho y me juzgaba en silencio. Al final solo pude aceptar su crítica en silencio agachada ante mi Diosa.

—Lory. —Una sacudida en mi hombro me hace espabilar y abrir los ojos repentinamente, era Damián—. ¿Dormiste en la ventana?

Mire a mi alrededor comprobando que sí, lo había hecho, una punzada en mi espalda y cuello lo confirmo.

—¿Por que me despiertas? —Cambie de tema.

-—Por que no nos avisaste que te irías de la fiesta anoche? ¡Me preocupe!

—Lo siento, fue repentino. —Recordé todo lo de anoche, como había dejado a Kerstin y Damián bailando... y todo lo demás.

—Pudiste al menos mandarme un mensaje de que estabas aquí. —Estaba enojado y lo entendía, y lo tendría que estar aún más.

—Perdóname —susurre agachado la cabeza.

—¿Por que te fuiste? En primer lugar —dijo cruzándose de brazos—. Kerstin te estaba buscando, me dijo que le habías dicho que te quedarías a dormir con ella.

¡Kerstin! También me había olvidado por completo de ella y lo que le había prometido. Todo había salido mal por mi culpa.




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