Maldición Fraternal

Capítulo 15

Suspire viendo mi reflejo en el espejo, es lo que me había pasado haciendo toda la semana encerrada en estas cuatro paredes de mi habitación, como un zombie.

Pero había llegado, el día más especial e importante de cualquier licántropo, y yo no podía estar más desanimada. Siempre esperé este día, pero ahora que había llegado tan solo pensaba en que tendría que salir a enfrentar a todas esas personas que había evitado.

No había dejado que nadie pudiera entrar a la que tenía como cueva, muchos habían estado tras la puerta intentando convencerme para que saliera: Alex, Ariana, Damián, Kerstin y mamá. Incluso la Tía Nati había venido porque pensaron que quizá los síntomas habían vuelto o algo parecido relacionado con la maldición.

Por lo que había escuchado Fynn también había intentado llegar pero lo habían detenido, con mi nueva audición superior pude hasta escuchar una pelea entre Alex y él. Me sentí terrible y lloré en mi cama intentado que mis pensamientos se fueran de mi cabeza hasta la luna y no regresaran, pero no fue así.

Ni siquiera quería intentar encontrar consuelo pensando en que hoy encontraría a mi mate y respondería todas mis preguntas, el simple hecho de pensar en él y lo que había pasado hace una semana me hacía sentir aún más culpable, no pensé en él en ese momento, de hecho no lo hice realmente, porque si hubiera sido así yo habría tenido cabeza para alejarme.

Sabia que inevitablemente los vería a todos hoy, y no quería ni imaginarme la vergüenza que tendría en ese momento si ya tenía mucha desde mi habitación. También sabía que ellos intuían lo que había pasado, lo escuché en las peleas que tuvieron con Fynn, algo que agradecí con toda mi alma fue que el no les hubiera revelado nada, ni siquiera lo insinuó y se mantuvo inmutable ante los reclamos y amenazas de mis hermanos y mi padre.

Mis pensamientos de cortaron ale escuchar el golpeteo de la puerta.

—¿Lory? ¿Ya despertaste? —Mama estaba al otro lado con lo que podía oler era el desayuno.

No respondí y entro con la charola en las manos muy lentamente.

—Ah, sí estás despierta, ¿por qué no contestas?

—No tengo ganas de nada —dije lentamente.

—Tienes que comer, en especial hoy, tu gran día —dijo sonriendo emocionada.

—No tengo hambre. —No despegaba mi mirada del espejo.

—Lo dejaré aquí para cuando quieras comerlo, pero tienes que hacerlo. —Su voz era suave. Estuvo en silencio un minuto antes de volver a hablar—. Kerstin está abajo, como ya habían dicho que se ayudarían la una a la otra en sus días especiales, pero me pidió que viniera a preguntarte primero, dijo que si quieres que se vaya lo hará para no incomodarte.

Suspire y lo pensé un momento, sabia que no sobrevivía este día sin ella, y amaba a mamá pero ella no podría ayudarme tanto como ella.

—Que suba —susurre.

Ella lo entendió y salió casi que corriendo a decirle a Kerstin, antes de que me arrepintiera.

No tardo mucho en tocar la puerta y que su cabellera rubia se asomara por el marco de la puerta dejando todo su cuerpo detrás de esta.

—Holis —dijo con una sonrisa tímida para entrar completamente en la habitación cargando una maleta donde traía todo lo necesario.

—Hola.

—Sé que apenas va empezando el día pero realmente el tiempo se va volando así que hay que empezar el día, anda al baño —dijo animada mientras iba por mi y me tomaba en brazos.

—¿Qué haces? —grite pasando mis brazos por su cuello para ayudarme.

—No te dejaré caer este día, y además quería enseñarte mis nuevas habilidades. —Me guiñó un ojo y no pude evitar reír un poco, ya la necesitaba.

Me llevo al baño, me dejo en la Tina y abrió el grifo empapándome de agua helada, solté un pequeño gemido.

—Ya tranquila que la regulo —dijo moviendo la otra llave y dándome agua calentita para relajarme—. Tan solo déjate consentir.

Y lo hice.

Ella me bañó mientras solo traía ropa interior, me hecho muchas cosas tanto en mi cabello como en mi cuerpo, me seque y me puse ropa cómoda para lo siguiente.

Me arregló toda y por un segundo volví a ser yo mientras reía a su lado comiendo el almuerzo.

—La golpeo en la cara haciendo que cayera —dijo riéndose.

—¿En serio? ¿Y ella qué hizo? —pregunte intrigada.

—Se levanto y fue contra ella, pero al cobarde corrió.

—¿Escapo?

—No, entonces Nina se cayó y derramó todo su jugo en su pecho —dijo riéndose más haciendo que soltara también una carcajada-. Debiste verlo.

Eso pareció un golpe, tenía razón, debí de haber estado ahí en la semana en la escuela, pero no, me había quedado aquí oculta del mundo.

—Hey —Kerstin me sacó de mis pensamientos que se hacían cada vez más oscuros-. Hoy sabremos al fin quién tiene la razón, ¿no?

Por un segundo no entendí a que se refería, pero después capte.

—¿O sea que aún no lo has encontrado? —Ella negó con la cabeza.

—Ni tampoco ha aparecido —dijo de broma.

—¿Tu si querrías que él fuera tu mate? Ya fuera de broma y con toda la sinceridad.

Ella pareció reflexionar un poco mirando el suelo, no podría adivinar sus pensamientos realmente, hacia toda clase de muecas.

—Creo que sí —dijo haciendo una mueca de resignación.

—¿Si? —Sonreí emocionada.

—Es que realmente siento una atracción inexplicable hacia él, no sé que otra cosa podría ser aparte de que fuera mi mate, y la verdad es que por tu culpa la idea me ha emocionado ya.

—¿Por mi culpa? —pregunte haciéndome la ofendida.

—Sí, fuiste tú la que empezó con esas ideas.

—Pero fuiste tu la empezó a dibujar desde antes, ya estabas ilusionada.

—No, solo trataba de sacar mi frustración por algo imposible —dijo intentado defenderse.

—Pues ya no es imposible.

—Ahora tu dime, ¿realmente crees que lo seamos? —preguntó después de unos segundos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.