Maldición Fraternal

Capítulo 23

—Es el contrato de la alianza —comentó Alex.

—Así es, lo estaba leyendo en la mañana —dijo papá—, quería saber si había una manera, un cabo suelto en donde podríamos salir, pero no la hay.

—¿A que te refieres? —preguntó Alex—. Mallory es mi mate, hay una ley que estipula que sin importar quién sea, de dónde venga o lo que haga tenemos el derecho de estar juntos, es ley universal licantrópica.

—Lo sé, el señor Bellerose también sabe eso y agregó una cláusula se seguridad al contrato, ¿recuerdas?

Mire a Alex confundida, pero este tenía la mirada perdida el ceño fruncido, después de un rato abrió mucho los ojos y lo escuché decir una maldición.

—No puede ser, a eso se refería —dijo con la mandíbula desencajada.

—Exacto, y no lo juzgo, quería tener la certeza de que su hija pudiera ser la luna de la manada y tener la alianza sin importar que.

—No entiendo, ¿qué está pasando? —pregunte mirándolos alternadamente.

—Alex no puede romper su matrimonio con Ariana, está estipulada en el contrato que sin importar cualquier contratiempo o presencia deberán permanecer casados —dijo papá.

—Fue precisamente el señor Bellerose el que puso la cláusula porque sabía que existía la posibilidad de que algún día apareciera mi mate —dijo con los puños apretados recargados en el respaldo del sofá, él me miro a los ojos—. Yo acepté porque no tenía ninguna esperanza de que apareciera, había buscado por todo el mundo y el límite de años ya había pasado.

Estaba tratando de explicarme el porque acepto, tome su mano para darle fuerza, lo entendía, estuve todo ese proceso estando con él, consolando y aconsejando.

—Este contrato dice que no puedes separarte de ella, y que será la luna pase lo que pase —continúo papá.

—Y a fuerzas tengo que estar casado con ella, ¿no? —dijo Alex con la mirada perdida, podía sentir su enojo e impotencia.

—Sí —concluyo papá.

—Pero si ella y yo estamos de acuerdo en separarnos... —empezó Alex.

—El trato es con su padre, no con Ariana y dudo que el señor Bellerose quiera cancelarlo teniendo en cuenta que puso él la clausura para eso en específico.

—Pero...

Fue interrumpido por unos golpes apresurados en la puerta.

—¡Alfa, Luna, la señora Ariana esta mal de nuevo!

En eso recordé que estaba sujetando la mano de Alex tal como esa vez en el bosque. La aleje de él como si a mi también me quemara y me sentí muy culpable por haberlo hecho.

Sin pensarlo salí corriendo de la oficina para ir a la habitación donde estaba. Ahí se encontraba ella acostada, sudando y con lágrimas en sus ojos, eso me hizo sentir aún ams culpable.

—Ey, ey, está bien —dije mientras me acercaba.

La tome entre mis brazos para acostarla en mis piernas. Quite su mano de la marca y al hacerlo casi me desmayo al ver la herida. Más y más culpabilidad. No sabía que hacer para calmar su sufrimiento.

La tía Nati entró igual de apurada que yo a la habitación y antes de que pudiera hacer cualquier cosa alzo sus manos.

—Cifrinhud —dijo mientras pasaba sus manos por encima de la marca y tenía los ojos cerrados.

Un momento después sentí como el cuerpo de Ariana se relajaba entre mis brazos de un segundo a otro y entraba en un sueño.

—¿Qué le hizo? —pregunté temiendo que le hubiera puesto un hechizo como a la de la bella durmiente.

—Solo le quite el dolor y le di calma a su cuerpo, se durmió por la relajación —se justificó.

La dejé de nuevo donde estaba, su marca estaba hinchada y sangraba en las orillas.

—Tengo unas pomadas que lo quitarán muy rápido. —Salió de la habitación y entro Alex a los pocos segundos.

—No puedo creer que nosotros le hicimos esto —dije con lágrimas en los ojos.

—Me tomaste la mano por instinto, no fue nuestra culpa en realidad. —Trató de consolarme—. Tenemos que hacer algo para evitar esto, no puede ser que no pueda ni tocarte sin lastimarla.

La tía Nati entró con una bolsa en sus manos y empezó a sacar varios frascos. Encontró lo que buscaba y tomó entre sus manos un poco para frotarlo en la marca, Ariana ni se inmutó.

—¿Por qué pasa eso? —preguntó Alex—. Jamás había sabido de algo así solo por tomar la mano de alguien más.

—Lo que pasa es que ella no es tu mate, y al tú tener contacto con tu verdadera Alma crean más conexión que la que alguna vez podrá tener con ella, con el mínimo roce —Explica aún checando su cuello.

—No puede ser que pase eso siempre, no queremos hacerle daño —espete—, pero solo tome su mano para apoyarlo, ya ni siquiera como pareja si no como hermana y aún así la dañamos.

Ella suspiró y nos miró.

—Así como puedo quitarles la esencia también puedo quitarle a ella los dolores, pero tendrá que estar en un tratamiento constante.

—Y es que no puedo quitarle la marca —dijo Alex frustrado—, si lo hiciéramos ya estaríamos infringiendo con el contrato.

Solo había una forma de quitarle la marca... pensé un momento en eso y no pude evitar bromear.

—Oye —llame su atención—. Si alguna vez llegas a marcarme ni se te ocurra tocar a otra porque te mato, si es que la quemadura no lo hace antes.

Él me miró con el ceño fruncido por mi repentino comentario que no aportaba nada a la situación, pero quería hacerlo.

—Primero preocúpate porque algún día pueda marcarte —dijo este suspirando, imagino que seguía pensando que hacer.

Un miedo que la verdad no había sentido me llego de repente.

—¿Y si eso nunca pasa? —dije mirándolo—. ¿Si al final no podemos hacer nada y tú te quedas casado y yo sola por siempre?

—Eso no pasará, te lo prometo —dijo mirándome a los ojos.

—¿Realmente te lo puedes imaginar? —pregunté perdiendo entre mis pensamientos—. Tú y yo juntos... porque la verdad yo no puedo.

El suspiró y supongo que también se puso a pensarlo. Vi como le pasaba un escalofrío por todo el cuerpo, ¿Qué significaba eso? ¿Asco? ¿Deseo?




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