Fynn
Miré mi reflejo en el espejo una última vez, todo estaba en su lugar. El traje negro y la camisa blanca debajo. Muy formal y todo, espectacular y perfecto a la vista de cualquiera, una gran diferencia a como estaba por dentro.
Me ahogaba y quería gritar, el sentimiento en el pecho solo crecía haciéndome querer mandarlo todo por un tubo y cortar mis venas… tal como había hecho ella.
Abrí mi mano dejando ver mi palma, donde estaba su foto. Era tan hermosa, con su piel morena su cabello chino, su manchas en la piel, esas que habría amado besar sin cansarme, esas que ella veía como defectos… esas que le quitaron la vida.
Al ver de nuevo mi reflejo noté mis ojos rojos y ahogados.
"Tengo que ser fuerte" me repetí una y otra vez, pero nunca terminé de creérmelo por completo.
La puerta se abrió sacándome de mis pensamientos.
Alex… no quería tener problemas con él de nuevo.
Giré rápidamente alerta. Él solo estaba recargado en la puerta mirándome con odio, apretaba la manija a tal punto que esta quería romperse, estaba conteniéndose.
—Ya hablamos de esto —le recordé.
—Como sea, nadie me quita de la cabeza que quieres robar lo que me pertenece —exclamó furioso.
—Esta no fue mi idea y lo sabes, si por mí fuera ya no estuviera en este mundo.
Esto pareció recordarle cuál era la verdadera función de esto. No era tonto, sabía perfectamente que solo era una estrategia para mantenerme con vida, y los dejaba ser porque una parte de mí no quería ver sufrir a nadie como estaba sufriendo yo, pero sabía que el momento iba a llegar, y pronto me reuniría con ella.
—Aún no puedo hacerme a la idea, esto será un infierno —mencionó.
—Sí, claro que lo será —concuerdo.
—¿Entonces por qué lo haces? Todos seremos infelices.
—¡Oye! —exclamé cansado de escucharlo quejarse—. Puede que no sea lo que querías en la vida, pero al menos tendrás la oportunidad de estar con ella, un privilegio del que no todos gozan.
El me miró un segundo y agachó la mirada arrepentido. Volví al espejo a acomodar mi corbata.
—A parte de todo… aún no puedo creer que estén haciendo esto —mencionó.
—Me asignó mi ultima misión —repetí sus palabras—, y voy a terminarla con honor.
Terminé de alistarme y me dirigí a la puerta, él se quitó pero antes de salir me giré en su dirección.
—Sé que será duro, pero tienes que estar ahí, sería muy raro que el alfa no estuviera en el boda de la princesa —le recuerdo para después advertir—. Pero no se te ocurra hacer ninguna tontería.
Asintió y finalmente salí. Me dirigí a la planta baja a paso lento. Todos corrían de un lado a otro con adornos, platos y demás cosas. Entre la multitud pude distinguir a Ariana dando órdenes algo agitada.
—¿Cómo vas? —pregunté desde atrás. Ella volteó asustada pero cuando me vio se relajó.
—Casi termino, cuando lo haga tengo que ir arriba a ayudar a Lory.
Nunca me había llevado mucho con Ariana desde que llegó, pero ahora tendríamos que llevar una relación más estrecha.
—¿Ya la viste? ¿Cómo está ella? —pregunté genuinamente preocupado.
—Está muy calmada, demasiado teniendo en cuenta la situación —dijo frunciendo el ceño.
—¿A qué te refieres?
Ella pensó un momento antes de hablar.
—En su rostro no hay ningún sentimiento, parece un robot actuando bajo órdenes.
No podía ni imaginar lo que estaba sintiendo en esos momentos. Vi pasar a una señora con un gran ramo de flores blancas hacia afuera y al pasar por mi lado tomé una de la parte de arriba.
—Ten, por favor llévasela de mi parte. —Ella asintió y después de tomarla comienza a subir las escaleras.
Salí de la casa para ir al lugar donde siempre hacen eventos importantes, la decoración de la boda era refinada y exquisita, de la talla de un evento como este. Más sin embargo a donde miraba no podía encontrar lo que tanto caracterizaba a los eventos reales, esos que siempre organizaba Lory.
Por primera vez en su vida había decidido no tener nada que ver en la organización y decoración de un evento real, ni siquiera por que esperó por años este día en el que todo sería como ella quería. Por el contrario pidió no saber ni siquiera un detalle de esta y dejo la fiesta a cargo de su madre, Ariana y su mejor amiga.
Justo en medio del lugar estaba la señora Amelia de igual manera dando órdenes y checando cada detalle.
Sentí a alguien detrás y pronto confirmé que se trataba de el ex alfa.
—Es un gran sacrificio el que están haciendo —mencionó poniéndose a mi lado mirando lo mismo que yo.
—No hubo más opciones.
Le habíamos dicho la noticia a todos después de que Lory me aclarara toda la verdad. Nunca me imaginé que mis mejores amigos estuvieran viviendo tal cosa y en secreto, no podía abandonarlos después de enterarme.
Pero nadie sabía cuál era nuestra verdadera intención más que los involucrados.
—Me alegra que hayan decidido continuar con sus vidas dejando todo el drama de lado.
Si supiera.
—A mí también.
Después de mis palabras me alejé. Los invitados habían empezado a llegar y tenía que recibirlos desempeñando a la perfección mi papel, no solo como el futuro príncipe, si no como beta de la manada.
No pasó mucho tiempo hasta que el lugar estuvo completamente lleno, todos charlaban animadamente en sus vestidos y trajes formales, dignos de realeza. Podía identificar a los mismos alfas y lunas que normalmente vienen a las festividades, últimamente habían estado mucho por aquí.
—Fynn. —Escuché detrás de mí y me giré para encontrar a la rubia amiga de Lory—. Es hora de ir a tu puesto.
Asentí y fui al final del largo pasillo cubierto por una alfombra blanca.
Todos al ver mi acción se concentraron más y pusieron atención a la espera de la indicación para ponerse de pie.