Maldición Fraternal

Capítulo 30

Mallory

Estaba tan concentrada en los grandes destellos de la luna que podía sentir cómo me reflejaba en ella, sentía sus ojos asfixiantes y acorralantes culpándome.

Moví de nuevo mi cuello intentando encontrar la forma de que este dejara de arder, pero solo lograba aumentar la tensión.

—Toma esto —sugirió la Tía Nati con un pequeño frasco—. Te ayudará con el dolor.

Asentí y lo tomé apresurada por quitarme esta terrible sensación.

—¿Ya estas mejor? —preguntó Ariana al verme respirar profundo después de tomar el analgésico mágico.

—Sí —respondí simplemente.

—¿Lo suficiente como para salir? Fynn ya está esperando abajo.

Suspiré antes de volver a ver ese brillo azulado del cielo por la ventana para salir de la habitación a esa fiesta que parecía de todos menos mía.

—¿Si fuera mi mate la marca se sentiría bien? —pregunté contrariada mientras bajaba las escaleras.

—Sí, el dolor solo tiene al principio y después es una sensación inexplicable pero buena —explica Ariana a mi espalda.

Llegué al final de estas donde mi mejor amigo ya estaba esperándome.

—¿Todo bien? —preguntó extendiendo su mano a mí para ir afuera.

—Yo debería preguntar eso —dije sonriendo por su buena actitud tomando su mano.

Él tomó mi brazo y lo enrollo en el suyo para caminar a la puerta trasera.

—¿Qué clase de caballero sería entonces? —Sonrió de  lado contagiándome.

Pero nos detuvimos de golpe antes de salir al ver a Alex con los ojos rojos, despeinado y con todas las intenciones de matar a alguien.

Su lobo...

Me puse delante de Fynn rápidamente sabiendo que a mí no podría lastimarme.

—Alex... por favor, no dejes que te domine —empecé temblando por la expectativa.

—Tú... ¿Cómo pudiste hacernos esto? —me preguntó con un odio que sentí encajar en mi corazón.

—Sabes lo que está pasando, es lo mejor.

—¡Tú eres mía, no de él! —gritó con los ojos rojos de ira—. ¿¡Por qué lo estás prefiriendo!? Él jamás podrá hacerte sentir lo que yo con solo un toque.

Me estaba poniendo incómoda por la situación y el teatro que estaba armando frente a Fynn y Ariana.

—Alexander, por favor, basta ya de esto o te juro que me quedaré como estamos —murmuré entre dientes con el enojo vivo solo para que los más cercanos escucháramos.

—Creo que necesitas tomarte un trago. —Ariana se acercó a él para tomarlo del brazo, pero este se apartó bruscamente. Ella no desistió y con firmeza lo tomó—. Vamos, alfa.

Lo jaló con sus fuerzas de mujer loba e increíblemente este se dejó llevar para el otro lado de la mansión.

—Esto cada vez esta empeorando —dije abrumada.

—Es por la marca —aclaró Fynn—, lo hace reaccionar de esa forma por el dolor.

Asentí comprendiendo queriendo convencerme y dejarlo pasar, lo volví a tomar del brazo para salir de la mansión.

Kerstin

Todo listo por acá y todo listo por allá, la gente ya estaba acomodada en sus respectivas mesas y los novios no tardaban en bajar.

Ay Diosa Luna, ¡dame un respiro!

Los últimos días no había podido parar ni un segundo, había que planear una boda Real, idear un plan perfecto, evitar que Lory se desmoronara, sacarle la vuelta a Damien y no perder la cabeza en el proceso.

¡Era demasiado para dos personas!

Me senté en una mesa del esquina y tomé una bebida de la bandeja del mesero. Sin pensarlo tomé un gran trago con la esperanza de que algo de relajación viniera a mi cuerpo, y por un momento la sentí, pero obviamente no iba a ser tan fácil.

—¿Cansada? —preguntó Damien sentándose a mi lado.

¡Ugh, no, ¿por qué?!

—Sí, mucho, demasiado como para que vengas ahora a molestarme —dije sin miramientos.

Él pareció desconcertado y sorprendido por el ataque directo. Se quedó unos segundos intentado procesar la información y queriendo decir algo, lo notaba por su forma de cerrar y abrir la boca, hasta que finalmente habló.

—¿Por que has estado así conmigo? —preguntó rápidamente en tono enojado, frustrado y desesperado—. ¡Yo no te he hecho nada!

Tenía razón, él no tenía la culpa de mi tonta ilusión.

—Sé que no somos amigos, ya lo dejaste más que claro —prosiguió aún enojado cruzándose de brazos—. Pero al menos antes me hablabas y no te molestaba mi presencia.

Suspiré imaginando rápidamente algo para decir.

—Solo estoy frustrada por todo lo que está pasando, Mallory me necesita.

—¡Lo sé! E intento ayudarte, también a ella, a las dos con sus problemas, pero tú solo huyes y me dices que me aleje.

Bufé cansada quedándome sin argumentos, ni neuronas para pensar claramente me quedaban ya.

—¿No deberías estar por ahí coqueteando con alguna princesa? —pregunte con sarcasmo —. Ya sabes, como siempre.

—Bueno, ahora sé que nadie en esta fiesta es mi mate, ya no tiene sentido preguntarme si la chica con la que hablo será mi ser amado.

Exacto... nadie en esta fiesta es tu mate, ni siquiera yo.

—¿Por eso coqueteabas con todas siempre?

—Si al final resultaba ser ella podría decir que lo sentía antes de transformarme y tendríamos historia.

Lo miré irritada.

—¿Y no pensaste que esa chica se daría cuenta que realmente coqueteabas con todas? —pregunté intrigada de verdad.

—Bueno. —Se encogió de hombros—. No lo hizo porque no es nadie que conozca, no está ni en la manada ni es alguien de la familia Real de otra manada.

Vi la preocupación en su mirada y mi estomago se revolvió, me dolía, pero no quería que se sintiera mal.

—La manada es muy grande, quizá tu mate si esté por aquí. —Intenté animarlo.

—He estado recorriendo las tierras por lo mismo, incluso he notado como algunas chicas se han acercado al palacio con la intención de oler algo, pero se van al no notar nada.




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