Maldición Fraternal

Capítulo 33

Kerstin

Llegué nerviosa al lugar acordado. Los rayos del sol apenas estaban comenzando a salir y me cargaba un terrible sueño, pero así lo había querido él.

—Llegaste. —Escuché su voz a mi espalda y me volteé a encararlo.

—Sí, aquí estoy —dije extendiendo mis brazos para hacer énfasis—. ¿A dónde vamos ahora?

—Ven conmigo. —Comenzó a caminar hacia el bosque y lo seguí de cerca.

Los árboles estaban húmedos había un poco de neblina por todos lados, estaba esa extraña sensación y frialdad que caracterizaba la madrugada.

—¿Tenía que ser a esta hora? —pregunté abrazándome a mí misma.

—No quiero que nadie se entere aún —dijo mientras movía las ramas para que  pudieras pasar.

—Si tienes esperanza aún, ¿no?

—Gracias a ti —mencionó—, me la diste anoche. Y creo que tienes razón, es muy rápido para rendirse, averiguare bien todo.

—Eso está genial. —Sonreí al ser la causa de su esperanza, ¡estupidos sentimientos!—. Pero te advierto que no soy la mejor compañera de detective.

—¿Por qué lo dices? —Comenzamos a subir una colina, esa misma donde le dije que no era su amiga.

El sentimiento de tristeza y culpa me vuelven a invadir, sí fui demasiado dura con el.

—Empezando porque soy miedosa para algunas cosas. —Escuché su fuerte carcajada—. ¡Oye! No te rías.

—Lo lamento. —Siguió riendo y se detuvo para darse la vuelta y mirarme—. Pero recordé la fiesta de Shawn cuando estaban jugando algo de meterse en el armario y besarse, y aunque estabas muy enamorada de Will comenzaste a gritar cuando cerraron la puerta y luego saliste corriendo.

Sus carcajadas se hicieron más altas y hacían eco en el bosque, a pesar de que se estaba burlando de mí su risa era muy contagiosa. También me reí cuando recordé el día. Me había hecho la valiente pero justo cuando nos quedamos en la oscuridad total sentí a alguien jalarme el pie y no pude evitar huir por mi vida. Me hicieron bullying por un mes entero.

Pero después de las carcajadas una duda me surgió.

—¿Cómo sabías que estaba enamorada de Will?

Él me miró y alzó una ceja.

—Te conozco desde que tengo memoria, obviamente puedo reconocer cuando estas enamorada —dijo mirándome intensamente.

Sus palabras me asustaron completamente. ¿¡Qué me estaba queriendo decir!? ¿Sabía que yo sentía algo por él? ¡Prácticamente me lo estaba diciendo en la cara! ¿O no era en ese sentido?

No lo sabía, pero mi cara reflejo todas mis preguntas y miedo.

Él frunció el ceño pero se dió media vuelta y siguió caminando, dejándome ahí como estatua y con la misma sensación de querer huir que sentí ese día en la fiesta hace 5 años. ¿Qué debía hacer?

—¡Si te quedas atrás te perderás! —advirtió desde ya bastante lejos mientras yo seguía pensando.

—¡No soy tan mala con el sentido de orientación! —grité ofendida un sin moverme.

—¡Oh! Creo que encontré algo, ¡ven corre!

Soltando un bufido de resignación corrí colina abajo, no podia irme ahora, y queria averiguar si era realmente una broma lo que acababa de decirme.

A lo lejos vi su fuerte espalda detenida al lado de un árbol que miraba fijamente. Me detuve justo detrás de el.

—¿Qué sientes? —pregunté confundida.

—No lo sé, es extraño —mencionó con los ojos perdidos en el roble—. Siento el aroma del mate aquí, pero no está concentrada, es como si estuviera diluida en agua.

—¿Pero por qué aquí? —pregunté confundida mirando todo el árbol en busca de una extrañeza. Era igual que todos los demás en este bosque.

Una suave ventisca matutina arrastró las hojas del árbol y al mismo tiempo trayendo un aroma y una tensión que a ambos nos puso en alerta.

—¿Qué rayos...? —Quise saber preocupada.

—¿¡Lo sentiste!? —gritó asustado. Asentí mirándolo aterrada—. Eso es lo que me llama de aquí.

—Pero yo no siento una presencia de un mate exactamente, es más como una energía o fuerza extraña que me está atrayendo —expliqué dando unos pasos para acercarme más.

—¿Entonces no tiene nada que ver con mi mate? —preguntó esperanzado.

—No creo que lo sea si yo también lo siento —deduje dándole unas palmadas en la espalda para calmarlo, él dejo salir el aire de golpe y se relajó.

—Pero entonces ¿qué es? Es una sensación demasiado extraña.

Quise acercarme para sentir algo más, pero otra brisa de aire con más potencia se dejó venir trayendo una oleada de miedo entre nosotros, haciéndonos jadear.

—¿Qué fue eso? —pregunté impactada.

—No tengo idea. —Empezó a retroceder lentamente—. Pero hay que irnos. Nadie esta despierto a esta hora y la situación es demasiado extraña.

—Pero yo quiero averiguar qué es —exclame terca queriendo tocar el árbol.

—No creo que podamos...

Ambos gritamos cuando empezamos a escuchar voces de las ramas, venían de todas partes, parecían susurros muy apresurados que creaban un aura oscura.

—¡Kerstin! —gritó Damien para abalanzarse sobre mí y atraerme hacia él.

Caímos los dos para atrás sobre la tierra húmeda. Gire rápidamente para notar como un tronco había caído del árbol justamente dónde estaba yo.

—Tenemos que irnos —dijo Damien levantándose y a mí en el proceso—. ¡Ahora!

Ambos comenzamos a correr por donde habíamos venido aún con los susurros a nuestro alrededor y el viento azotando nuestros rostros junto con algunas ramas de los arboles.

Llegamos a una zona alejada y nos dimos cuenta de que de un momento todo había parado, como si fuera solo una zona definida lo que vimos y ya habíamos salido de ella.

—Tenemos que decirle al alfa —exclame aun desorientada.

—Lo sé, hay que ir ahora. —Me tomo de la mano y me jalo para seguir yendo rápido al palacio.

Mallory

Por primera vez en bastante tiempo había dormido como un bebé, es más, dudaba alguna vez haber dormido mejor que ahora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.