Maldita Venganza

Capitulo 3

El color abandono el rostro de Tami cuando escucho esas palabras, el mundo se detuvo y espero sin respirar a que el estuviera al alcance de su vista. Estaba guapísimo, mucho mas alto e imponente, se notaban sus músculos a través  del traje ejecutivo gris de dos botones de corte italiano que llevaba, lo acompañaba con una camisa blanca y sin corbata, su sonrisa deslumbrante como siempre pero enmarcada en el rostro de un hombre mucho mas maduro, el era dos años mayor que ella por lo que en estos momentos tenía 35 años, Tami busco rápidamente sus manos y no vio anillo, y oh sorpresa, el se dio cuenta de su acción y su sonrisa se amplió un poco mas, ella bajo la mirada. Leo se levanto rápidamente y lo saludo efusivamente, a Silvia se le había aparecido la virgen, le brillaban los ojos y Tami se imaginaba como su mente estaría maquinando toda clase de artimañas para arrimársele, era de las mujeres que no dejaban pasar la oportunidad de atrapar un hombre guapo, sus compañeros al parecer no se habían dado cuenta de la actitud de Tami.

  • Señor Williams le presento a las dos personas que lo estarán asesorando en su compra, Silvia Muniz – Leo hizo las presentaciones
  • Encantada señor Williams – dijo Silvia en el tono mas empalagoso que Tami hubiese escuchado en su vida
  • Y Tami Daniells – Culmino su jefe
  • Encantado señorita Daniells – Saludo Owen
  • Mucho gusto – susurro Tami.

No entendía porque estaba tan nerviosa, lo que había sucedido entre ellos estaba olvidado y enterrado ¿o no? Ella era consciente que no se había portado de la mejor forma con el, lo había traicionado, y no sabe como, pero estaba segura que Owen había descubierto su relación con el profesor. Tal vez era la vergüenza de haber hecho semejante bajeza lo que la mantenía en ese estado, el no se merecía lo que Tami le había hecho, pero ya habían pasado diez años, eran jóvenes e inmaduros, en este momento eran dos personas adultas y racionales.

El almuerzo fue muy lento a su parecer Leo y Silvia parecían dos esclavos tratando de alabar a su amo por un poco de su atención, Tami se limito a contestar solo lo que le preguntaban y siendo lo mas breve posible, el no dejaba de observarla y estudiar cada uno de sus movimientos, estaba muy incomoda al sentir su penetrante mirada, sus ojos seguían siendo enormes pero el marrón parecía que se había oscurecido, la miraba como cuando un gato estaba a punto de engullirse un ratón. Ella no dejaba de admirar lo guapo que estaba, su ropa era fina, sus modales impecables, a simple vista se podía observar que la vida lo había tratado muy bien y le alegraba, Owen era un hombre muy disciplinado y todo lo que se proponía lo lograba.

Su incomodidad crecía a cada momento sentía mucha vergüenza por como había terminado todo entre ellos, tenía que hablar con el y pedirle una disculpa, o tal vez eso no era buena idea, si lo hacia el tal vez pensaría que ella aun sentía algo por el o que todavía era una inmadura que vivía en el pasado, lo mejor era hacer como si nada hubiese pasado, portarse como toda una profesional y brindarle una excelente asesoría.

Cuando al fin termino se despidió y salió volada de ahí, agradeció al cielo la melosería de Silvia que no dejo que Owen siguiera detrás de ella, subió a su auto y lloró, recordó los momentos hermosos que habían vivido, el amor tan grande que ambos sentían y lo estúpida que había sido, se sintió como esa chiquilla de 23 años necia, egoísta e inmadura que había partido el corazón de alguien tan puro y noble que no había hecho mas que entregarle su vida entera, sin condiciones. Sus pensamientos de mujer madura y profesional no sirvieron para quitarle ese mal sabor de boca que tenia por haberse portado como una cualquiera cuando ella no era así, se había dejado llevar por el deseo y  los halagos de un hombre mayor que sabia exactamente lo que estaba haciendo al contrario de ella, que no tenia ni idea en esos momentos que rumbo quería darle a su vida.

Limpio sus lagrimas y se miro en el retrovisor, sus ojos y nariz estaban rojos busco en su bolso unos pañitos húmedos se limpio y quito el resto de maquillaje, no quería llegar a su casa con la cara hinchada de tanto de llorar, con una mano busco la crema humectante y con la tomo su celular y le marco a su esposo, en esas su bolso cayo al suelo, se agacho para tomarlo y cuando tomo su puesto nuevamente vio a lo lejos que se acercaba Owen hablando por teléfono, se agacho rápidamente otra vez no podía permitir que el la viera y mucho menos en esas circunstancias, cancelo la llamada que le estaba haciendo a Nicolás, Owen paso por su lado y cuando ya no estaba al alcance de su vista se permitió observarlo, su caminar era seguro la de un hombre que sabia lo que tenia y lo que quería de la vida, sus gestos y ademanes eran firmes sin titubear, Tami pensó por un instante como seria su vida si siguiera con el, ¿estarían casados? ¿Tendrían hijos? Suspiro y dejo que su cabeza cayera en el timón del automóvil al hacerlo el pito sonó, Owen volteo a mirar y ella se agacho nuevamente y golpeo su cabeza, maldita sea, seguía comportándose como una adolescente.

Espero unos minutos y se levanto, miro a todos lados y ya no había rastros de el, puso en marcha el carro y salió del parqueadero del restaurante, recogió a su hijo en el prescolar y por fin llego a la casa, preparo algo de comida, cuando su esposo llego ya estaba tranquila, cenaron en silencio al parecer a Nicolás no le había ido bien en el trabajo, cuando fueron a la cama el trato de tener intimidad con ella pero se hizo la dormida, le dolió en el alma hacerle eso pero no podía hacer el amor con su esposo cuando había pasado todo el día pensando en otro hombre.




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