Tami no podía dar crédito a lo que Leo le acaba de decir
Dicho esto no tuvo nada mas que discutir, tenía muy claro que Leo no iba a dejar pasar esta oportunidad de venta, ella no era nadie como lo había dicho Silvia, tan insignificante en este gran mundo de los negocios que su jefe la sacrificaba gustoso por complacer a su cliente, eso le aseguraría posiblemente nuevos negocios; se llevo las manos a la cabeza conteniendo las lagrimas no tenia ni idea de lo que haría ahora recordó la pila de facturas que habían sobre la mesa de su casa y sintió que se le dificultaba respirar, se sentó y cerro los ojos, sintió que alguien la observaba, abrió los ojos y vio a su amiga Sofi con los ojos llorosos
Termino de recoger sus cosas, se despidió de sus compañeras y salió para siempre de la inmobiliaria. Se armó de valor y busco en el celular la dirección de las oficinas de Owen y se dirigió hasta allá rápidamente antes de perder el impulso. El edificio era impresionante, eran cuatro pisos de confort y modernismo; el primer piso estaba conformado por una amplia sala que en el centro tenia un centro de información dotado de sistemas audiovisuales y pantallas táctiles, al lado derecho un moderna cafetería y al fondo los cuartos eléctricos y de servicios. En el centro de información le indicaron que la oficina del señor Williams quedaba en el ultimo piso, pero que el señor no se encontraba recibiendo a nadie, insistió y vio la cara de fastidio de la recepcionista pero pidió con gentileza y firmeza poder hablar con el; la señorita con un notorio gesto de desgana llamo a la secretaria de Owen, menciono quien lo estaba buscando miro a Tami con una cara de “veras que no te va a atender” y espero, luego claramente sorprendida le dijo que podía seguir, que el jefe la iba a atender, miro a la recepcionista con cara de satisfacción y siguió, ese pequeño triunfo le dio un poco mas de valor.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el piso cuatro se dio cuenta cuan generosa había sido la vida con la familia Williams, las oficinas eran esplendidas, el derroche de elegancia era asombroso, el inmobiliario impecable en colores rojo y negro contrastaban con las níveas paredes, al fondo estaba la secretaria, una rubia despampanante que al verla se levanto con una cara de pocos amigos, la miro de arriba abajo pero Tami no se dejo intimidar e hizo lo mismo, la rubia llevaba un vestido negro ajustado a su esplendoroso cuerpo, le llegaba por debajo de la rodilla pero hacia notar todas y cada una de sus curvas, ella suspiro por el modesto vestido rosa que llevaba, era sin mangas y cuello redondo, le llegaba un poco mas arriba de las rodillas sin revelar mucho
Tami no le dijo nada, que podía decirle, se le vinieron muchas cosas a la cabeza pero nada decentes, asintió con la cabeza y la siguió hasta la puerta de entrada, ella respiro profundo y entro, la rubia cerro la puerta y la dejo a solas con su verdugo, el miraba a través de la ventana, se veía imponente, su figura enfundada en un traje negro contrastaba con la imagen del cielo azul, ella se quedo pegada a la puerta, el valor que había ganado al llegar al edificio la abandono de repente, las ideas la abandonaron y su mente quedo en blanco, el giro y en su rostro se distinguía su hermosa sonrisa, sintió que se le corto la respiración
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Editado: 26.02.2021