Maldita Venganza

Capitulo 10

La niebla cubría por el completo la carretera, la angustia invadía su pecho y el aire faltaba en sus pulmones, miro a todos lados y no distinguía absolutamente nada, sus pies estaban cansados de tanto correr, intento gritar pero su garganta no emitió ningún sonido, el la estaba persiguiendo y si no se daba prisa la alcanzaría, tenia que seguir corriendo pero sus fuerzas ya no daban para mas, se despertó con un grito ahogado y muy sudorosa, se sentó en su cama con la respiración acelerada por la pesadilla que acaba de tener, miro por todo el cuarto y se dio cuenta que su esposo aun no había llegado, miro el reloj que tenia en la mesa de noche eran las 2 de la madrugada, que extraño, Nicolás siempre le informaba cuando iba a llegar tarde, corrió y busco su celular, no habían llamadas perdidas, la sensación de angustia aun no abandonaba su pecho, fue a la cocina por un vaso de agua que casi deja caer al escuchar su celular sonar, corrió como poseída y contesto

  • Alo – tenia un mal presentimiento
  • ¿Es usted Tami Daniells?
  • Si ¿Quién habla?
  • Señora Daniells la llamamos del departamento de policía, su esposo ha sufrido un accidente
  • ¿Qué le ha pasado? – grito desesperada
  • En este momento lo están trasladando al hospital central

Corrió como loca por toda la casa, llamo a su vecina para que le ayudara con el niño y salió rápidamente para el hospital, todo era un caos, al parecer esa noche habían ocurrido muchos accidentes, se acercó al centro de información y pregunto por Nicolás, la llevaron con un medico que no le dio muy buenas noticias, Nicolás había sufrido una lesión cerebral de extrema gravedad sumada a una lesión medular que en caso de recuperación podría conllevar a una paraplejia, el panorama no podía ser mas desolador, pidió desesperada poder verlo, el medico le aseguro que iba a dar la orden para que después de la cirugía le dejaran verlo.

Se quedo en la sala de espera con el alma destrozada, Nicolás se estaba debatiendo entre la vida y la muerte y ella no podía  nada más que esperar, cerro los ojos y elevo una plegaria al cielo, habían tenido inconvenientes las ultimas semanas pero aun se amaban, él era el padre de su hijo, su esposo y amigo, en los últimos días se había mostrado muy entusiasmado por el nuevo comienzo, le había comentado varias ideas que tenia en la cabeza para montar un negocio propio en el que los dos trabajarían.

Habían pasado ya varios días desde que decidieron irse y las cosas transcurrían mucho mejor entre los dos, el había vuelto a ser el hombre cariñoso y comprensible con el que se había casado, dedicado a dejar las cosas en su trabajo de la mejor manera, ella por su parte había vuelto a la cafetería para instruir a la chica que quedaría en su remplazo.

Sonrió al recordar su rostro cuando le comunico todos sus planes, parecía un niño exaltado con un juguete nuevo, recordó su apoyo incondicional en todas y cada una de sus decisiones, no importaba las cosas que quería hacer, el siempre había estado ahí apoyándola, incluso cuando cometía errores o dudaba, el la animaba, recordó las veces muchas veces en las que el secaba sus lagrimas y le decía que el día siguiente iba a ser mucho mejor, lloro inconsolablemente, Nicolás mas que su amor era su amigo.

La cirugía demoro tres horas en la que su angustia aumentada con cada minuto transcurrido, el medico autorizo su ingreso a la sala de cuidados intensivos por 5 minutos, no pudo contener las lagrimas al verlo tan indefenso conectado a tantos aparatos, quiso besarlo, decirle que lo amaba, que todo iba a salir bien, quiso ser en ese momento quien le diera su apoyo incondicional como tantas veces había hecho el por que no podía hacer nada mas, al terminar el tiempo que le había dado el medico se ubico nuevamente en la sala de espera desconsolada, rogando por el milagro de la vida de Nicolás.

No supo cuando se quedo dormida hasta que sintió que alguien la llamaba, abrió los ojos lentamente y vio a Sofi su amiga, reanudo el llanto en medio de un fuerte abrazo

  • Tranquila, no llores – consolaba Sofi
  • No puedo creer que este ahora mismo en ese estado Sofi
  • Se va a recuperar, ten fe
  • Esta muy mal, el medico me lo dijo

Ambas mujeres tomaron asiento, Tami recostó su cabeza en el hombro de su amiga, un policía regordete se les acerco

  • ¿La señora Tami Daniells?
  • Soy yo – dijo rápidamente
  • Señora por favor, acompáñeme a la estación de policía, tenemos una información y nos gustaría hacerle un par de preguntas

Tami miro extrañada a su amiga que le devolvió la mirada con el mismo sentimiento

  • Si claro
  • Te acompaño – se ofreció Sofi

Llegaron a la estación escoltadas por el policía regordete, ingresaron a una oficina donde las esperaba otro policía

  • Mis señoras buenos días, soy el Detective Diego Lazo, encargado de la investigación del accidente del señor Nicolás Johnson, tomen asiento por favor

La chicas obedecieron

  • Mucho gusto Detective, Tami Daniells y mi amiga Sofi García
  • La invitación a visitarnos el día de hoy es para aclarar una serie de dudas e hipótesis sobre el accidente de su esposo
  • ¿Qué dudas?
  • ¿Su esposo tiene enemigos? ¿ha recibido amenazas?
  • Por supuesto que no, Nicolás es la persona mas bondadosa y comprensible del mundo, todo el mundo se lleva bien con el
  • ¿Y usted?
  • Tampoco, somos personas común y corriente, con trabajos comunes y corrientes, no le hacemos daño a nadie ¿a que vienen todas estas preguntas?
  • En la primera inspección que se le hizo al automóvil descubrimos que los frenos del auto habían sido alterados, lo que su esposo sufrió no fue un accidente, fue un atentado




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