Se tiro en el sofa satisfecho, aun no se había podido deshacer de Silvia pero le estaba siendo muy útil, le tenía una envidia terrible a Tami y sabia todos sus pasos, le ayudo para lograr que la despidieran del preescolar, pero aun así ella no acudió a él, consiguió otro empleo, nada de su altura, pero al fin y al cabo una entrada de dinero que le permitía estar fuera de su alcance, en este nuevo empleo no tenía incidencia ni la excusa para acercarse, Silvia no había podido hacer tampoco nada, después de un mes no aguanto más y se presentó acompañado de la insufrible mujer, no la vio al entrar, la busco con la mirada por todos los rincones que alcanzaba desde su posición, pero nada, una de las meseras se le acerco ansiosa y con una enorme sonrisa
Silvia y la chica se sorprendieron al escuchar el nombre
Owen siempre le pregunto por qué la odiaba y ella simplemente se encogía de hombros, el sospechaba que lo que le carcomía a Silvia era envidia, se imaginaba que ella deseaba con todas las fuerzas ser alguien mínimamente parecida a Tami, a su vez ella le preguntaba por su obsesión con Tami y él se limitaba a decirle que no aceptaba un no de una mujer, pero lo que ella no entendía era por qué la rechazaba constantemente, sus insinuaciones eran más que evidente, pero el siempre la evadía. La mesera se retiró rápidamente a llamar a su compañera, tardo varios minutos, en los que el trato de disimular su ansiedad, al verla sintió un golpe en las entrañas, estaba mucho más delgada, ese uniforme rosado no le hacia ninguna gracia, quería romper lo primero que se le atravesara, por su egoísmo se notaba que Tami la estaba pasando muy mal, se acercó a la mesa
Silvia volteo a verla inmediatamente Owen pronuncio su nombre, la miro de arriba abajo como si estuviera examinando un bicho raro, al terminar su escudriño sonrió maliciosamente, Owen quería olvidar que era una mujer y poder partirle la cara, pero Tami los miro con insolencia, quería felicitarla por no dejarse amilanar de Silvia.
Vio cómo se retiraba y disimuladamente retiro su mano de la de Silvia, Tami no regreso más, la otra chica les trajo el pedido y la angustia en su pecho crecía a cada momento, espero por unos momentos y no aguanto más, fue a buscarla y le importo un rábano las protestas del dueño advirtiéndole que no podía pasar, la encontró en el callejón detrás de la cafería, estaba llorando, se quedó observándola sin saber que decirle, metió las manos en los bolsillos, era algo que hacía inconscientemente y que sentía que le daba valor, ella se dio cuenta que no estaba sola, seco sus lágrimas y lo miro con los ojos rojos por el llanto, su cabello estaba alborotado, estaba adorable con ese vestido rosado que no tenía forma y que le quedaba ancho, quería vestirla de finas telas y delicado encaje, cubrir sus manos y cuello de joyas y sacarla de esa pobre cafetería que opacaban su belleza y talento, ella torció sus manos angustiada
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Editado: 26.02.2021