Maldita Venganza

Capitulo 16

Se tiro en el sofa satisfecho, aun no se había podido deshacer de Silvia pero le estaba siendo muy útil, le tenía una envidia terrible a Tami y sabia todos sus pasos, le ayudo para lograr que la despidieran del preescolar, pero aun así ella no acudió a él, consiguió otro empleo, nada de su altura, pero al fin y al cabo una entrada de dinero que le permitía estar fuera de su alcance, en este nuevo empleo no tenía incidencia ni la excusa para acercarse, Silvia no había podido hacer tampoco nada, después de un mes no aguanto más y se presentó acompañado de la insufrible mujer, no la vio al entrar, la busco con la mirada por todos los rincones que alcanzaba desde su posición, pero nada, una de las meseras se le acerco ansiosa y con una enorme sonrisa

  • Bienvenidos, ¿qué les puedo ofrecer?
  • Gracias señorita – le contesto con cortesía – realmente estoy buscando a una vieja amiga que me dijeron que trabajaba aquí, me puedes ayudar con eso? – termino su pregunta con su eterna sonrisa, sabía perfectamente el efecto que causaba en las mujeres, y no era que lo hiciera a propósito, pero cuando la necesitaba se valía de ella, la chica no fue inmune a sus encantos
  • Por supuesto señor – dijo entre un mal disimulado suspiro y un poco de curiosidad – ¿a quién está buscando?
  • Tami Williams

Silvia y la chica se sorprendieron al escuchar el nombre

  • Tami trabaja aquí? – pregunto Silvia visiblemente emocionada y contenta por ver la desgracia de su excompañera

Owen siempre le pregunto por qué la odiaba y ella simplemente se encogía de hombros, el sospechaba que lo que le carcomía a Silvia era envidia, se imaginaba que ella deseaba con todas las fuerzas ser alguien mínimamente parecida a Tami, a su vez ella le preguntaba por su obsesión con Tami y él se limitaba a decirle que no aceptaba un no de una mujer, pero lo que ella no entendía era por qué la rechazaba constantemente, sus insinuaciones eran más que evidente, pero el siempre la evadía. La mesera se retiró rápidamente a llamar a su compañera, tardo varios minutos, en los que el trato de disimular su ansiedad, al verla sintió un golpe en las entrañas, estaba mucho más delgada, ese uniforme rosado no le hacia ninguna gracia, quería romper lo primero que se le atravesara, por su egoísmo se notaba que Tami la estaba pasando muy mal, se acercó a la mesa

  • Buenas tardes – dijo con un hilo de voz, era evidente su incomodidad
  • Tami, que sorpresa – le dijo el irónicamente

Silvia volteo a verla inmediatamente Owen pronuncio su nombre, la miro de arriba abajo como si estuviera examinando un bicho raro, al terminar su escudriño sonrió maliciosamente, Owen quería olvidar que era una mujer y poder partirle la cara, pero Tami los miro con insolencia, quería felicitarla por no dejarse amilanar de Silvia.

  • ¿Qué desean ordenar los señores? – les pregunto y él quiso abrazarla
  • Tami querida, no sabía que tus cosas iban tan mal, me hubieras dicho y te empleo en mi casa como sirvienta – apunto Silvia y él quiso meterle el servilletero en la boca
  • No veo que ser camarera sea sinónimo de que las cosas anden mal – dijo Owen para sorpresa de las dos – Señorita Tami, no tenía ni idea que había cambiado de gremio
  • Quise explorar en otros ámbitos laborales
  • Un cambio bastante extremo a mi parecer querida, pero claro, que se puede esperar de una persona que no complace a sus clientes – termino su indirecta Owen
  • Personas sin aspiraciones querido – apunto Silvia tomando la mano de Owen y mirándolo coquetamente, él se puso serio y miro nuevamente a Tami
  • Solo queremos café
  • Está bien, ya se los traigo

Vio cómo se retiraba y disimuladamente retiro su mano de la de Silvia, Tami no regreso más, la otra chica les trajo el pedido y la angustia en su pecho crecía a cada momento, espero por unos momentos y no aguanto más, fue a buscarla y le importo un rábano las protestas del dueño advirtiéndole que no podía pasar, la encontró en el callejón detrás de la cafería, estaba llorando, se quedó observándola sin saber que decirle, metió las manos en los bolsillos, era algo que hacía inconscientemente y que sentía que le daba valor, ella se dio cuenta que no estaba sola, seco sus lágrimas y lo miro con los ojos rojos por el llanto, su cabello estaba alborotado, estaba adorable con ese vestido rosado que no tenía forma y que le quedaba ancho, quería vestirla de finas telas y delicado encaje, cubrir sus manos y cuello de joyas y sacarla de esa pobre cafetería que opacaban su belleza y talento, ella torció sus manos angustiada

  • Así que aquí estas – fue lo único que se le ocurrió decirle
  • ¿Qué quieres Owen?
  • Me preocupe al ver que no nos llevabas nuestro pedido
  • Mi compañera se los llevo
  • Quería verte a ti
  • ¿Para qué? – él se acercó un poco mas
  • No me gusta verte llorar
  • En ese caso debes evitar cruzarte conmigo, es lo que hago que hago últimamente – anoto en su agenta mental otro golpe a su cabeza por ser tan estúpido, pero ¿no era eso lo que quería’ ¿hacerla sufrir?
  • Eso no sería así si aceptaras mi propuesta




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