Maldito orgullo

6. La torre más alta

Volteo a ver a la persona en la orilla del lago, es Bastian con cara de adormilado, me parece menos rudo de esa forma. Bosteza mientras mira todo el lugar y luego se cruza de brazos hacia mi dirección.

—¿Que? Ahora le haces de suicida. —habla alto para que lo escuché desde donde estoy.

—¿Sabías que este lugar estaba aquí? —nado de vuelta a él.

—Si, lo vi en los planos de cuando compre la casa, pero siendo sincero nunca lo visite.

—¿Y nunca pensaste decírmelo? Como es que tienes esto detrás de la casa y nunca lo supe ni siquiera como precaución.

—Vamos Caeli, siempre sales con tus amigos. Pensé que un simple lago no sería la gran cosa a comparación de una fiesta. Además, nunca habías venido aquí ¿Por qué romper las reglas ahora?

—Bromeas, esto es mil veces mejor. Y si vine es porque no hay mucho que hacer adentro.

—¿En serio? —aseguro con la cabeza— entonces nademos juntos.

Ladeó la cabeza un poco confundida, porque Bastian no es así de espontáneo siempre. El solo me mira y sonríe con burla.

—¿Lo dices de verdad?

—¿No es que querías hacer algo? Te estoy dando la oportunidad de hacerlo. —su sonrisa se agranda a cada segundo de mi sorpresa.

Me detengo a unos centímetros de él, se quita la camisa negra que usa de pijama y también las zapatillas, respiró hondo cuando tengo la mitad de su torso desnudo frente a mí. ¿Va al gimnasio? Porque tiene un cuerpo así, aunque nunca lo he visto ir. Se queda solo en una casual pantaloneta gris, era increíble verlo así, cuando siempre está tan elegante en sus trajes a medida.

Me estira la mano desde su altura y la tomo para jalarlo hacia mí en el agua. Pero él es muy grande como para yo siquiera poder moverlo un centímetro, pero agradezco el que me dejara sentirme fuerte en ese momento al tirarlo al agua.

Bastian emerge del agua y con las manos se quita el agua de la cara y se hace el cabello para atrás, mojado se mira aún más negro de lo que realmente es.

No le doy tiempo a respirar tranquilamente, le comienzo a tirar agua sin parar a la cara y solo logra taparse a medias con sus grandes brazos. Me río tan escandalosa porque el momento posiblemente es de los más felices a su lado. No en todos los tiempos el me deja jugar de esta forma.

BASTIAN

Me sumerjo en el agua mientras Caeli seguía en un ataque de risa donde no estaba consciente de nada a su alrededor, tomo su pierna y la llevo conmigo a lo más hondo del lago. Es una suerte que haya podido tomar aire antes de todo.

Su cabello flota dentro del agua y seguro ambos nos mirábamos graciosos con las mejillas anchas por retener el aire.

Le señalo con la cabeza para que vayamos a la superficie, ella me sigue de cerca y le extiendo la mano para ayudarla a subir más rápido pero su pie sufre un rasguño a causa de algunas malezas que empiezan a crecer en el fondo.

Emite un gemido de dolor que le hace escapar el aire, la tomo de la cintura para subir más rápido y llevarla a la orilla. La recuesto en el pasto y reviso su pie izquierdo que fue el dañado, tiene tres cortes largos que empiezan a sangrar esporádicamente.

—Mierda, ¿Te duele mucho? —hago presión con mi mano en sus rasguños para que la sangre se estanque.

—Solo me arde por ahora. El dolor es mínimo.

—No debimos hacer esto, te llevaré a la casa. Hay un botiquín médico en el baño.

Su expresión se contrajo y el brillo de sus ojos empezaba a esconderse. Eso me dejó un sentimiento extraño en el pecho, la tomé en brazos y empecé a caminar por todo el bosque de pinos altos que botaban sus hojas.

Sentía su cuerpo enfriarse contra el mío, me erizaba la piel tenerla tan cerca. Podía ver la casa a unos pasos, uno de los guardias que rondaba por la entrada me mira con ella en brazos y rápido me abre la puerta para que la lleve a la habitación.

—¿Señor? —me detengo a mitad de las escaleras.

—Como diablos es que la dejan llegar hasta el límite de la propiedad en el lago.

—Lo siento señor, no vimos a la señora pasar los límites. No volverá a pasar.

—Eso ya no importa, ocúpense de que el lago este limpio y seguro para cuando quiera usarlo de nuevo ella.

—Si señor.

Sigo subiendo las escaleras, miro el gesto en su boca de querer decirme algo, pero me percibe molesto así que mejor se lo guarda, por ahora.

—Bastian...

Me mira cuando pasamos por el umbral de la habitación.

—¿Que sucede?

—No es culpa de ellos, es mía totalmente. Perdón por pasar los límites.

—Es mi culpa Caeli, es tu casa también. El que yo no quiera explotarla no significa que tú no puedas. Puedes ir al lago cuando gustes, solo avísale a algún guardia o a mí.

—Está bien.

La dejé en la tina para que ella se duchara primero, al salir era mi turno. Me tomé mi tiempo para calmarme, no estaba enfadado solo ¿Decepcionado? Porque se lastimó, porque ese momento fue el mejor y termino así, porque tuve que ser más cuidadoso y no solo dejarme llevar. Ese puto lago a estado ahí desde que tengo la casa y nunca le puse interés.

Fue estúpido sugerir nadar cuando ni siquiera sabía que habría dentro de él.

Pero yo también estaba deseando tener un momento junto a ella, que no me importó la situación. Por suerte su herida es mínima. De ser peor no me lo perdonaría aún si solo fuera cosa del destino.

Al salir del baño veo por las ventanas en cielo nublado y gotas de lluvia empiezan a caer delicadamente golpeando la superficie haciendo un ruido agradable, Caeli está en su lado de la cama tapada hasta la mitad y mira concentrada la ventana con los ojos cansados.

Miro el botiquín que le deje en la mesita de noche y parece ya haberlo usado. Camino al clóset al lado del baño y me pongo otra camisa antes de ir también a la cama, supongo que por el resto del día no había más que hacer.

—¿Como está tu pie? —me meto entre las sábanas blancas que aún estaban un poco desordenadas por mí siesta de hace un momento.




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