Es cómo un juego de niños dónde la inocencia abunda en los ojos vidriosos de estos.
Es inevitable no hacerlo luego de conocerla.
Despiadada, sádica y vanidosa.
Aún no conoce el mundo y se sorprende con pequeñas fiestas.
Fumar le gusta, y aunque yo lo sé lo niega con ese descaro que con tanto encantó admiro.
Le hablé de un mundo, quizá no debí nombrar algunas drogas y adicciones, pero siempre soy así, sin intención de ocultar lo bueno o lo malo, así parezca despiadado sé que si ella se quedaba era por mí imagen propia y no por un espejismo al cuál ella siempre le atrajo más.
Nunca busqué sexo, solo una estimulación sentimental que me dijera; esté hijo de puta está vivo!
Tan vivo que ninguna otra droga me haría sentir esa sensación de alivio y potencia.
Te amo por hacerme creer que esto era bueno para mí, que ser mejor sería lo mejor para ti, te amor porque la vida es una mierda en un sitio oscuro y gracias a tí ví un luz de esperanza, que me salvó por un instante y me hizo saber que no hay que ser mejor para alguien, sino ser un espejismo y solo querer fornicar cómo animales, ser despiadados y fijarse en el placer, así ser un hijo de puta y una puta, creo que ese es el mejor complemento cuando ambos se acostumbran a lo que el mundo le ofreció y lo que se acostumbra a recibir.
Sin embargo y sin ninguna duda te amo.