Malleus maleficarum

Malleus maleficarum

La comidilla comienza desde este último engranaje conformador de cadenas pueriles. Tomen asiento donde puedan y paguen lo que deben empero sin olvidar hacerse con lo que es suyo por derecho propio. Libres sean de hacerlo estimados caballeros mas si los grilletes aprietan sus tobillos quizás ni han degustado la libertad como debieran ni estén al tanto de la verdadera condición libertaria.

Cuenten cada mes que ha de eclosionar en años y tritúrenlos bien fino para evitar grumos. Escuderos del paladín ambiguo que sostiene un pesado martillo en la mano mientras la espada envainada clama por su dosis de sangre.

Maduren esa idea que acuña no haber más dueño de uno que uno mismo. Estoica entereza de pechos cosidos a flechazos; váyanse para aquellas tierras en las cuales nadie mira al cielo porque tal cosa no existe. ¡Cuánta obstinada adversidad! Vos, ermitaños insólitos arraigados a submundos atiborrados de malaventuras…

            Momentos en la distancia para dar con el porqué. Último chotis exento de problemas óseos y dudosa verticalidad; olfateando, ventando, partiéndose la vida por cazar colibríes libando aires del atlántico. Han sonado tres disparos en el desfiladero y dos han fallado el blanco...

Alfiler en mano y cicatrices en el dedal. Peleas y borracheras de alterne; besos comprados, pasiones vendidas y cuerpos alquilados por horas. No querrán eso para sus hijos ni siendo vástagos de otro padre.

Distánciese predestinación ¡desvíese! ¡Recúselos! Porque para guardián de antónimos ya están mil falsedades clavadas con mil puntas de cabeza perdida.

            Síganme en esta locura sublime cuyo encofrado es quitado antes de tiempo. Deletreen sus nombres antes de firmar a pie de página. Deléitense gustosos con la trémula voz de esa mujer condescendiente que baila subiéndose la falda. Encadénense a ella así como al siroco que resuella y resuella marchándose sin haberse ido del todo.

De mártires el fariseo y de religiosos el apóstata ¡amén! Vuelven a sonar tres disparos en el desfiladero y uno ha fallado el blanco.

No duele el ultraje porque no hace daño aquello que ya ha causado mal. Nunca tendrán amo y señor los perros de presa ni se desbravarán tormentas desencadenadas en el interior de un vaso...

Olviden buscarse a sí mismos porque se tienen delante y frente al espejo. ¿Qué buscan pues? ¿Otra vida? ¿Otro comienzo? ¿Otra oportunidad? ¿Nuevo renacer místico? Azul cielo o rojo infierno ¡ja! Seamos serios ¿quién dirimirá qué es bueno y qué malo? Llamas más allá del sol, alexitimia conmovedora, lamentos sin promesa previa, gélido aliento, corazón sangrante, ojos enjuagados y brujas apeadas de sus escobas…

            Pastores librepensadores hijos de la mediocridad, progenitores de descastados y nietos de quienes balbucearon epístolas en oferta. A ultrajes odas poéticas despreciadas por su leve lírica. Si ustedes razonan amparados por la razón llegarán a la misma conclusión. Dos cometas a punto de colisionar por no querer apartarse el uno del otro. Sobre uno de ellos cabalga sonriente mi gato negro de vello erizado ¡maúlla más alto!

Mar en calma y es que en calma la mar se muestra desvestida. Planeando a ras del agua aves de alas partidas que no consiguen remontar vuelo ¡volar alto una última vez!

Agresión de cinco energúmenos al indigente tan adinerado en su pobreza que de nada le falta salvo de todo. Resuenan tres disparos en el desfiladero y ninguno ha dado en el blanco. La bruja se pone a barrer con su escoba de caña y paja…

            Refréndenlo las veces que sean precisas ¡háganlo! Clavados ante la adversidad exponiéndole siete cuchillos y una promesa deshonesta. Adopten puntilloso criterio, sin importar a quién tengan a su vera. Examinadas nuestras conciencias por grajos errantes que grapados a las nubes se despluman de a tres.

Indivisibles sonidos y palabras inarticuladas en altisonante condición. Tal vez ustedes hayan ganado sapiencia al creerse los más eruditos. Sin embargo pronto llegará la hora del reparto de vanidades, guiándoles directos a sus merecidos tronos de púas y espinas.

            Insolentes los menos y los más, adueñándose de la flauta del flautista. Se obrará el milagro repartiendo pulpitos de oro, incienso y mirra. Martillo de la venganza, brujas esperpénticas rasgándose las vestiduras y empedernidos iconoclastas...

Intensos lamentos golpeando por debajo de la base del dolor ¡deben saberlo! No siempre hiere más el acero que la pluma.

Echen a un lado la memoria tratando de recordar qué ha salido mal o qué habrían sido cuando todavía ansiaban ser algo desemejante. Involución moral saturada de inmoralidad, seduciéndolos hasta saber de qué palo van.

Desde siempre ustedes han sido los escandalosos, los indomables, los infames… Y lo saben. Observado en perspectiva ladrones de ensueños planos como suela de zapato.

            No revelen inquietud ante brujas lloronas de larguísimos sombreros negros y feas arrugas en la nariz. Son igual de inofensivas que un recuerdo olvidado e igual de peligrosas que sueños trasgresores.

Echen el cierre dejando fuera visados caducados ¡séalo! Corran al norte, bajen al sur pero no dejen de hacerlo sin salir de sus alcobas. A paso cambiado adalides de conceptos que han perdido significado con el tiempo. Si los ven enflaquecer o los oyen sisear hagan como que hoy es pedazo del ayer. Bríos enjutos de rostros sin cara y caras sin bocas. ¡Quítense la ropa y veamos que hay ciertamente debajo!...

            El penúltimo combo se retrae en capas superpuestas, poso del café sin futuro adivinatorio al haberse quebrado el pocillo. Personas sin identificar desconociendo sus propias identidades; bailoteo de condenados balanceándose colgados del fino hilo de la araña.

Cuestión de tiempo acallar resquicios de frecuencias desalmadas al no caber en esta globalización ilusos, equilibristas en el alambre ni pánfilos honrados. Mitad de las páginas en blanco y mitad tachones fuliginosos. ¿Qué es el talento? Ni todo en la mar son peces ni cuanto cae en la red pescado. Matriz en contubernio erigiéndose a sí misma al tiempo que graba a fuego sus iniciales sobre la escoba de la hechicera. A falta de gato maúlla ella misma…




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