Agradecimientos

Esta historia la creé hace ya muchos años, antes de que pudiera convertirse en algo no tan lejano de una posible realidad. La escribí con tan solo quince años y en torno a todas las personas a las que hoy les debo mucho. Es emocionante saber que para aquel entonces creísteis en mí desde que mi imaginación ya daba para una historia como Malva.

A mi marido, quien para aquel entonces descubrió lo rara que podía llegar a ser con mis historias reivindicativas pero que, aun así, siempre le encantó eso de mí. Te amo, cariño.

A mis padres, quienes siempre creyeron durante todo este tiempo que esta historia tendría una segunda oportunidad en algún momento de mi vida. Os quiero.

A mi hermana Susana, a quien recuerdo escuchar narrarles las primeras páginas a mis padres como si fuera un guion de película. Nunca olvidaré ese gesto, tata.

A toda mi familia en general, tan grande que nunca acabaría de nombrarlos. Os doy las gracias por abrazarme, por saltar, por reír de emoción cuando supisteis que esta historia vería la luz. Os quiero mucho a todos.

A amiga Sara, a quien dediqué una vez más algunos detalles en esta historia como agradecimiento. Siempre caminando juntas. Te quiero, tat.

A mi amiga Lau, por haber sido mi soporte todo este año, además de mi psicóloga, tanto para mí como para mis personajes. Te quiero, Lau.

A todos mis amigos, que siempre están ahí para decirme que no tenga miedo y que podré con todo. Os quiero.

A mi Andre, que siempre apoyó esta historia en cuanto la leyó y que puso todas sus buenas vibraciones para que esto fuera posible. Siempre serás para a mí la mujer que siempre acierta.

A Noelia, que me escuchó y me dio la oportunidad de ser leída. Gracias, de verdad.

A mi editora Angy, a quien le doy las gracias por darle ese punto mágico a la historia que siempre acaba enamorándome. Gracias por creer en mí.

Y, sobre todo, a vosotros, lectores. Bienvenidos a la única comunidad que queda en el mundo. Espero que esta historia os atrape, igual que me atrapó a mi hace ya unos años.