¿Por qué me hiciste esto?
Yo... era tan feliz, pero tu al verlo mal decidiste quitarme esa pequeña felicidad que tenía y ahora nunca volverá.
¿Qué te costaba aceptar que era diferente?
No le hacía ningún mal a nadie, pero aún así tu lo veías como algo totalmente repugnante.
Yo que pensé que serias la primera persona que me ibas a apoyar, pero fuiste la primera persona la cual me miro mal e hizo que me mandaran al psicólogo para que "arreglaran" mi manera de pensar y de ser. Fuiste la primera persona a la que le conté y no me apoyaste, tu maldita homofobia pudo más. Fuiste la primera persona que le contó a la mamá de mi "amiga" sobre nuestro vínculo afectivo, aún sabiendo que eso podría hacer que me separarán de ella.
Fuiste la primera persona que me separo de mi "amiga", 8 magníficos años de amistad y 6 meses de relación tirados al caño por tu culpa. La alejaron de mi, se fue y ni siquiera pude despedirme.
¿Acaso me consolaste cuando me la pasaba llorando semanas enteras por ella? No, no te importó en lo absoluto y te marchaste como si nada.
¿No pudiste ponerte en mis zapatos y saber cómo sufría? No, jamás lo hiciste.
¿Qué acaso no viste mis ojos hinchados de tanto llorar y mis mejillas marcadas de mis lágrimas por la mañana? Tal vez ni siquiera te importó.
Ya no pude seguir así, todos los días siendo lo mismo; levantándome todos los días con ganas de llorar, todos los días sin ganas de comer, todos los días sin conciliar el sueño, todos los días pensando en mi "amiga", sin tener ni siquiera comunicación con ella ya que se lo habían prohibido.
Me habías dicho que era lo mejor para mi, que Dios había creado al hombre y a la mujer para que estén juntos, que necesitaba ayuda psicológica, que solo estaba confundida. Estas y entre más cosas me dijiste a lo que yo solo pude asentir con la cabeza mientras lágrimas llenaban mis ojos.
Lo único que me quedaba eran sus dulces cartas que me había escrito desde que la conocí hasta que se marchó. Esos hermosos dibujos de nuestros juegos, caricaturas y demás que nos gustaba tanto a ambas. Las dulces palabras escritos con un amor y cariño como ningún otro. Pero TU tuviste que romperlas y tirarlas a la basura diciendo que me haría mal leer sus cartas.
La única persona que me mantenía de pie fue ella, la que siempre me escucho y me aconsejo fue ella, la que estuvo conmigo cuando sentía que ya no podía más fue ella, la que estuvo conmigo en los buenos y malos momentos fue ella. ¿Y tú? ¿Qué estabas haciendo? Déjame te lo resumo en una palabra: Trabajo.
Nunca había sentido un amor tan real, tan puro, tan hermoso.
Nunca había experimentado un primer beso, pero hablo de un beso en donde puedes sentir como los sentimientos de dos personas se fusionan volviéndose uno solo, pero completamente enorme y sincero.
Nunca había leído tan hermosas cartas llenas de sentimientos.
Pero por TU culpa eso quedará en el pasado, quedándose como un recuerdo. Yo no quería que eso quedará como recuerdo e hice de todo para buscarla y tener comunicación con ella, pero tu me detuviste diciéndome que no permitirías que volviera a estar con ella.
Tú... la persona que creí que me apoyaría, que estaría feliz al saber lo que realmente soy, que me felicitaría por mi relación... Pero fue todo lo contrario; me diste la espalda diciéndome que eso estaba mal, me miraste con repulsión y me empezaste a decir cosas incoherentes llenas de asco.
¿Crees que así podía vivir?
¿Crees que estaría feliz después de que me quitarás un pedazo de mi alma y lo desgarraras sin siquiera importante como me sentiría al respecto?
¿Crees que me olvidare de eso así de sencillo?
¿Crees que...? Olvídalo, no tiene caso que siga escribiendo, tu sabes perfectamente el daño que me hiciste y no tengo que andarlo describiendo. No eres una niña pequeña como para no saber que tus actos traen consecuencias.
Solo te diré una última cosa: La amo y siempre la voy a amar a pesar de todo.
Mamá...
Este es el adiós.
Editado: 15.12.2018