Mamá de mentiras

8-¿la cárcel o ser una mamá de mentiras?

Connor Greend

—Bueno iras a prisión por algunos años, tu decides ¿la cárcel o ser una mamá de mentiras?—digo aquello con algo de temor que sé ocultar muy bien, pues no creo que ella prefiera la cárcel. ¿O sí?

—Tu conoces mi situacion sabes que no tengo dinero ni apoyo es más no tengo ni donde vivir, yo solo queria trabajar y sobrevivir...

—Yo lo...

—No digas que lo siento si me amenazas con llevarme a la cárcel yo no deseo tener un matrimonio o ser una...

—Y tu no digas que no deseas ser madre porque eso mi querida Arlene es una completa mentira ¿Tu habitacion está lista y tus maletas están esperando por ti ve a descansar y mañana me das respuesta—en cuanto término mi taza de té me levanto y ella solo me observa creo que no sería buena idea darle la espalda.

Esta mujer me hace sentir extraño y diferente aunque no sé en qué sentido realmente pero sí que me pone ansioso y muy nervioso.

—Connor aquí dice que debo cumplir mi papel de esposa y eso es tener sexo con...

—Conmigo por supuesto que si soy tu esposo, pero tranquila comprendo que ahora me odies y no quieras siquiera verme, aunque al menos quedate por los niños ellos te necesitan, tendrás un hogar, estabilidad y una buena mensualidad en tu cuenta cada semana, no te vayas a mendigar un espacio, piénsalo como una venganza hacia tu ex y esa malvada familia que tienes o mejor dicho tenias...

....Arlene ahora eres la esposa de un hombre con más dinero y poder que tu familia, no dire que soy un multimillonario, pero sí género millones cada año además de tener varias propiedades e inversiones, sé que hice mal pero si te quedas ya jamás estarás sola y desamparada, podrás demostrar que tienes mucho más de lo que ellos te quitaron—ella solo baja la cabeza y puedo percibir algunas lagrimas saliendo de sus ojos, quisiera acercarme pero simplemente no puedo.

Me retiro sin agregar nada y salgo al jardín, tengo dos hombres trabajando de seguridad, pues uno nunca sabe a qué se pueda enfrentar ambos me miran y asiento con la cabeza.

Respiro el aire frío de la noche mientras camino analizando la situacion, en verdad deseo que ella acepte quedarse por sí misma y que pueda darle a mis hijos eso que yo no puedo.

....

Me despierta el silencio sepulcral de la mañana, por alguna extraña razón desde que Ellie nacio las mañana son caóticas pero hoy está muy silencioso, reviso mi reloj y son las 8:30 am me levanto de un brinco y salgo en busco d emis hijos entro a la habitacion de Greg y está la cama revuelta sin ningún niño presente hago lo mismo con las de las niñas y ninguno está lo cual me preocupa no recuerdo cuando fue la última vez que dormir hasta tan tarde.

Bajo corriendo las escaleras y escucho algunas voces y risas, entro despacio a la cocina y veo que Ela está sentada en su silla cerca de Arlene, cuál le da de comer mientras Ellie y Greg comen animadamente y ella tiene una amena conversacion con Bruna y Andrea.

—Cuando lo hice por primera vez sola me castigaron pero es que desde que recuerdo amaba cocinar asi que me escabullía a observar a la cocinera, ella cuando se dio cuenta me explicaba algunas cosas, pero luego de que mi madre me diera permiso para cocinar lo hacía todo el tiempo, pues me gustaba muchísimo—escucho decir a Arlene.

—Y déjeme decirle señora que usted tiene una excelente sazón—le halaga Bruna.

—Gracias, siempre trataré de ayudarlas sé que debe ser pesado para ustedes encargarse de esta casa tan grande y…

—Oh no señora no es necesario nosotras solo nos encargamos de la cocina y la ropa el señor tiene contratado un servicio de limpieza que viene un día de por medio y deja la casa como la ve, si usted desea cocinar puede hacerlo pero no por ayudarnos—dice Andrea es la que tiene más tiempo trabajando para mí, bueno en realidad trabajaba con mis padres y cuando sucedió el accidente me ayudo con mi hermana.

—¿Qué haremos ahora?—pregunta con impaciencia mi hija mayor mientras deja su plato vacío.

—Si no sabemos qué se hace con una mamá—secunda Greg y Arlene se pone tensa.

—Buenos dias, que tal si inician por arreglar sus habitaciones, pues las personas de limpieza llegaran en media hora y parecen que en sus camas durmieron una jauría de perros—digo y Ellie como es típico en ella rueda los ojos.

—Vamos a organizar sus habitaciones y luego jugaremos, señor deseo....

—Por favor Arlene dime Connor que el SEÑOR me hace sentir viejo—digo tratando de descubrir su decisión, aunque por como está actuando con los niños creo que decidió quedarse lo cual me llena de alivio pero a la vez de preocupación ella es hermosa y no estaba en mis planes sentir nada por la mujer que eligiera como esposa y madre de mis hijos siento que esta pelirroja puede poner todos mis planes en peligro.

La miro a los ojos esos azules y brillantes y reitero esta mujer en un peligro andante uno que me puede dejar sin estabilidad. Alejo mi mirada y carraspeo, pues no puedo dejarme dominar por mis deseos de hombre.

—Como tu digas Connor—dice de una manera bastante extraña que causa cosas raras en mí.

—Cuando quieras hablar pasa por mi despacho hoy estaré trabajando desde casa—digo y voy a mi habitacion para tomar una ducha fría que necesito con urgencia.

....

—Pase—grito cuando escucho toques en mi puerta. Arlene entra con una bandeja en mano en la cual trae café y lo que parecen ser galletas.

—Hornee galletas y te traje un poco para que charlemos—comenta y toma asiento frente a mí, está usando un vestido ligero un poco más arriba de las rodillas que le luce muy bien ya que se aprecia sus lindas piernas, sacudo mis pensamientos y la veo a los ojos.

—Gracias, cuenta que deseas hablar conmigo—ella se me queda mirando por varios segundos luego sonríe con lo que me parece es coquetería, aunque creo que estoy delirando.

—¿Cómo debo desempeñar mi papel como esposa?—su pregunta me agarra por sorpresa no pensé que diría eso ni en un millón de años.




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