Arlene Jackson
—Arlene ¿Ya te puedo llamar mamá? Mi papi y Greg dicen que es muy pronto pero cuando escucho tu voz o me abrazas siento bonito aquí...—verla señalar su pecho es algo que me deja completamente desconcertada.
Me quedo callada por varios segundos sin ser capaz de contestarle no sé si por la impresión, por el miedo o por el hecho de que esto me afecta más de lo que yo puedo ser capaz de imaginar.
—Ellie Para ti ¿Qué es una mamá? —le contesto con otra pregunta ella levanta su cabeza y me mira con sus ojos llenos de algo que no sé describir pero que a mi parecer es tierno e inocente.
—Alguien que te cuida, te prepara comida deliciosa, te ayuda a aprender cosas, te arropa por las noches, te abraza y... también te peina—ella deja de mirarme en cuanto dice la última palabra y sigue formando uno de los juegos didácticos que compramos para ayudarles.
Greg sin duda será todo un cerebrito ya lee y aprendió completamente solo o prácticamente leyendo libros y preguntándole a Connor que palabra era esa, me impresione mucho con sus habilidades a Ellie le cuesta un poco más pero tampoco se queda tras.
No sé si hablar o quedarme callada, pues no tengo respuesta que darle, no creo sentirme lista para esa palabra pero a la vez pienso que si ella necesita decirla puedo aguantarme.
Estas semanas han sido buenas, Mariela no ha podido visitarme peor hemos hablado casi todas las noches, asi que mi rutina no varía, me levanto hago desayuno y ayudo a los niños a organizar sus habitaciones y asearse, luego de que están listos hacemos algunos juegos y cantamos varias canciones que son educativas, Ela juega con algunos bloques y figuras mientras trabajo con los mayores, luego llega el almuerzo después una siesta juego libre o la piscina y de nuevo pasamos un rato estudiando esta vez por separado.
Son un poco más de las seis casi es hora de la cena Greg término y está jugando con Ela, mientras tanto Ellie se encuentra conmigo y justo decidió hacer aquella pregunta que aun me tiene con el corazón agitado y la mente echa un caos.
—¿Ya terminaron?—Connor irrumpe salvándome en cierta manera de mi propio caos de sentimientos y cofunciones.
—Si Ellie está lista para ir a jugar un rato antes de que sea hora de cenar y dormir, por suerte mañana es sábado y podemos descansar y talves ir a pasear o un parque—dije casi lo ultimo murmurando.
—Arlene deseo hablar contigo en mi despacho Andrea vigilará los niños mientras conversamos—dice luego de acercarse a su hija y acariciarle una de sus coletas.
—Recojo los materiales y voy contigo—le respondo y está asiente.
Me pareció que está molesto conmigo aunque no entiendo la razón, pues según yo no he hecho nada fuera de lo común estas semanas.
Las cuales han pasado relativamente rápido, ya he recibido dos pagos y es tanto dinero contando que no debo pagar alquiler, servicio ni despensa que lo tengo todo igual, quiero comprarle un regalo a Mariela por todo lo que me ayudo pero aun no sé qué sería perfecto y diga GRACIAS POR SER MI AMIGA Y SIEMPRE ESTAR.
Una vez tuve todo listo y organizado en su lugar salí rumbo a su despacho, mire mi vestimenta y creo que estoy presentable, llevo unos vaqueros ajustado y una camiseta blanca que es muy comoda, pero nada ostentosa, estas semanas he subido de peso ya que he estado comiendo bastante, creo que me estoy pasando y no quiero verme gorda o algo asi en fin mis inseguridades al tope como siempre.
—¿Puedo pasar?—pregunto desde la puerta abierta, Connor levanta la mirada y me observa por un par de segundos luego asiente.
Me adentro y me siento frente a él, me pongo nerviosa, pues su mirada no se ha apartado de mí desde que me observó en la entrada lo veo ponerse de pie y trago grueso cuando se acerca a mí y toca mi cabello, mi corazón se agita con hace un rato pero de manera diferente.
—Tiene papel de colores—dice en voz baja mientras desliz con parsimonia los trocitos por todo el largo de mi cabellera roja y lo desliza hasta que queda en sus manos, el calor que sube por mi cuerpo no lo supera nada desde hace siglos.
—Yo....—él se aleja va hacia la puerta y la cierra.
—Necesito que prepares todo, pues vamos a salir de la ciudad se comunicaron unos abogados que mi difunta esposa recibió una herencia de un familiar que no sabíamos que existía por lo cual debemos ir con los niños ya que Ela y Ellie deben estar presentes y yo como su representante, partiremos temprano en la mañana iremos en un jet, pues no me gusta conducir largas distancia—lo miro sin decir nada ya que ni siquiera me pregunto por mi pasaporte y si estoy dispuesta a ir.
—Yo no tengo mis documentos al día y...
—Si están listos, Lucas se encargó de eso Mariela le dio tu pasaporte y está todo preparado, Arlene no iras como mi niñera sino como mi esposa asi que mentalizarte—suspira y se pone de pie.
—No me gusta que no me avisaras con tiempo peor ya está...
—Arlene se me había olvidado decirte que te ves muy bien con esas libras que has ganado, tienes buen trasero...