Han pasado un par de semanas desde aquel día, no he querido hablar con mi mamá.
Ese día había dejado mi premio en la mesa, al parecer ella lo vio después de que me fui pero no me dijo nada.
Creo que en algo le afectó lo que le dije porque se veía como si quisiese decirme algo al respecto pero no me acerqué a ella.
Ya estoy cansada de que nunca vea más allá de su hijo.
- Hija ella te quiere. Chris es mayor por eso lo consiente pero contigo también lo hace- dijo papá
- Papá no nos engañemos. Chris puede ser más grande que yo, pero mi hermana lo es más que él y aún así la atención que recibe es menor que la de Chris- digo bufando- Para ella nunca seré suficiente ¿Entiendes? Nunca seré perfecta ni tan bonita como ella quisiera. Soy normal y eso, para mi mamá, no es suficiente.
Él guardó silencio meditando mis palabras. No me respondió.
Hoy las cosas están tensas entre nosotras. Ella no me dice nada y yo... yo solo no quiero pelear.
Mi padre no se mete en esto. Es bueno y malo a la vez pero supongo que es mejor así.
Hasta que ese silencio debía terminar.
Regresé a cada un día cercano, y mi madre estaba sola en casa. Estaba llorando.
Me acerqué a ella y pude ver en el teléfono que sostenia en su mano la foto de Chris, rodeado de las botellas de alcohol.
- Mamá...- comienzo
- Esto tiene que ser un error, mi hijo no es así- continua ella
- Tranquila no debe ser tan malo como parece- intento consolarla
- Cállate, eso es obvio. Es mi hijo, lo conozco- me grita furiosa
Creo que lo que quedaba de esperanza se acaba de escapar de mi como se escapa el agua de las manos.
Su mirada de odio, su voz, su presencia hostil hacia mí me producen una gran tristeza.
Puedes soportar muchas cosas, pero el rechazo de un ser querido es por lejos, una de las cosas más dolorosas que se pueden vivir.
Aún viendo todo, no es capaz de creerlo. Puede que haya dicho eso solo por la furia y el impacto de la foto, pero sé que ella siente cada palabra que ha dicho.
No es algo reciente ni pasajero. Yo simplemente no soy suficiente para ella.
- Sabes? Hasta hace unos segundos aun quería que me aceptaras, quisieras y mimaras como lo haces con mis hermanos. Yo también soy tu hija y te amo, pero al parecer tú no lo vez así. Ya me canse de querer agradarte, puedes pensar lo que quieras de mi, ya no voy a insistir. No exagero, mamá. Has, piensa y siente lo que se te venga en gana y quédate con tus hijos. Yo ya no voy a molestarte con mis cosas. Viviremos como siempre pero nos hablaremos lo justo y necesario, como siempre lo hemos hecho- expreso todo con dolor
Me duele tanto pero no puedo hacer nada más. Aunque las personas piensen que es una exageración.
Si lo piensan entonces, ¿Se habrán sentido verdaderamente ignorados por algún ser querido?
Nuevamente, salgo de la casa dando un portazo. Y ese sonido marca mi nueva vida llena de indiferencia por parte de mi madre.
Pero que va, si ya no puedo ni decirle "Mamá ¡Mírame!".