Isaac finalmente pidió enviar el mensaje que había escrito días antes:
"Alejandro… te extraño mucho. Espero que estés bien. Te quiero siempre."
Pearl lo observó con lágrimas en los ojos mientras Isaac lo enviaba. Pero el teléfono permanecía apagado, y el mensaje flotaba en el vacío. Alejandro nunca lo leería.
El mensaje se convirtió en un símbolo de amor fraternal que nunca llegó a tiempo, y la familia empezó a comprender la magnitud de la pérdida, aunque aún no supieran la verdad completa.