Cuando era pequeña, solía llorar cada vez que mi hermano lloraba, especialmente cuando mi mamá lo golpeaba. Recuerdo que entre sollozos le pedía que no lo lastimara, porque yo quería protegerlo. Ese era mi deber como hermana mayor, pero ¿Cómo iba a protegerlo si ni siquiera podía protegerme a mí misma?