Manada

Capítulo 4.

***KIKA.

Sin dejarme procesar lo que dijo besa suavemente mis labios como queriendo que quede claro que ese sentimiento no son solo palabras. Sino hechos.

"¿Puede ser todo lo que siento sea amor? ¿Se puede amar a una persona en tan poco tiempo?" sé que preguntarle a Trina capaz no es lo más sensato o racional, pero necesito la opinión de alguien ahora. En este preciso momento.

"Si. Kika lo que tu sientes por él y lo que él siente por ti es amor." las suaves palabras de Trina me alivian un poco y decido, por el momento, dejarme llevar por este nuevo sentimiento que nunca había experimentado. Claro que antes tengo que aclararlo con Caleb.

—Entonces si te amo. —le digo separado nuestros labios y mirando sus hermosos ojos dorados. —Eso no quiere decir que no tenga miedo. Miedo de que pasara, de aquí y ahora, miedo del futuro. Pero sobre todo de no ser capaz de manejar esto que sentimos. Miedo de equivocarme y perder lo que siento cuando estoy contigo. Pero sobre todo de perderte.

—Solo deja que el tiempo nos guíe. Prometo nunca lastimarte y ayudarte en todo lo que esté en mí. —acaricia mi mejilla con su pulgar mientras sostiene mi rostro. —Prometo estar ahí para ti en cada camino y momento importante. Pero sobre todo prometo amarte hasta que mi corazón deje de latir y mis pulmones tomen su último aliento.

Cómo consigue que mi cuerpo y mente lo quieran un poco más a cada momento no lo sé. Pero lo consigue.

Junto nuestros labios esta vez mucha más segura que es lo que quiero y siento. Es el primer momento en el que mi cuerpo y mente están seguros en que es lo que quieren y sienten. Porque los dos sienten ese amor por Caleb. Como también sienten que quieren lo que solo Caleb les puede dar. AMOR.

El beso que comenzó suave, poco a poco se volvió más y más intenso. Más exigente y apasionado. Sin poder detenerme mis manos empiezan a explorarlo. Primero su rostro, cuello hasta sus amplios hombros. Sus manos se afirman en mi trasero y me aprieta más contra sí mismo. Siento como todo en mí se acelera mientras siento su excitación en contacto con mi centro.

Mis manos no se detienen y más exigentes que en un principio se aventuran por debajo de la camiseta. No es lo más cómodo, no tengo mucho lugar de maniobra, pero tampoco quiero que se aleje de mí. Por lo que por un momento me frustro porque solo quiero poder tocarlo libremente sin que se separe de mí.

Al parecer él lo nota, por lo que en un momento se separa de mí y al siguiente ya está pegado otra vez, solo que en esta oportunidad sin remera. Lo que me encanta. Mis manos lo recorren y delinean cada marcado abdominal. Que no son pocos. Su pecho se contrae en el momento en el que paso mis manos por él. Me veo obligada otra vez a separarme y romper el beso cuando el, mucho más despacio empieza a tirar de mi camiseta. Lo miro a los ojos y sé que está pidiendo mi permiso en el momento en el que sus ojos pierden intensidad. Por que asiento y apresuro sus manos con las mías.

Cuando mi camiseta y sujetador deportivo terminan en el piso por algún lado a su espalda, nuestras bocas se vuelven a encontrar. Al igual que nuestros pechos. Lo que provoca un escalofrío en todo mi ser. La sensación de su piel sobre la mía me enciende de tal manera que termina arqueando mi cuerpo para ejercer más presión y echando mi cabeza hacia atrás.

Lo que el aprovecha para que su boca recorra mi cuelo y sus manos mi torso hasta llegar a mis senos. Al primer contacto de sus manos en ellos mis caderas cobran vida propia. Los dos gemimos a la vez. Su pulgar acaricia mi pezón y todo mi ser se transforma en líquido. Ya en este punto no puedo dejar de gemir y contorsionarme sobre él. Ya no se ni lo que quiero.

Al momento en el que siento sus colmillos sobre mi cuello, expongo más de él mientras siento los míos crecer y temblar en mi boca. Esto ya lo hemos experimentado. El compartir sangre se ha vuelto el momento más placentero de toda mi vida.

Al sentir su lengua y colmillos recorriendo mi cuello, sus manos en mis senos y pezones me estoy volviendo loca. Mis caderas se ondulan sobre el creando más fricción. Siento que en cualquier momento voy a morir de placer. Mis manos se aferran a sus hombros buscando un ancla.

—Caleb. —mi susurro salió como un ruego. No sé qué es lo que estoy pidiendo, pero sé que lo quiero. Y lo quiero ahora.

—Si quieres que me detenga solo tienes que decirlo, amor. —los dos sabemos que eso no es lo que quiero y el tampoco. Aunque amo que lo sugiera. Así se lo hago saber juntando nuestros labios otra vez.

Una de sus manos me suelta y siento que voy a morir hasta que la lleva a mi trasero y aumenta la presión. Gimo en su boca y mis movimientos se aceleran. Siento placer envolverme. No solo es mío y eso solo me enciende más. El poder saber que esta igual de excitado que yo y es todo por mi enciende mi ser. Aumentando todo lo que estoy sintiendo ahora. Mi cuerpo se tensa, me siento humedecer y el calor aumentar. Los dedos de mis pies se curvan y mis movimientos se aceleran cada vez más.

Puedo sentir su miembro cada vez más rígido y podría jurar que mas grande. Su respiración esta igual que la mía y su lengua y la mía sufren varios cortes en l lucha que llevan entre ellas y nuestros colmillos.




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