Manada

Capítulo 18.

 

***ALESSIA

Esto se nos esta yendo de nuestras manos. ¿Cómo pasamos de estar todos comiendo y hablando, a estar gruñendo a la más tranquila de la cabaña? Por instinto empiezo a levantarme. Bianca al verme niega con la cabeza y me pide que me siente con la mano. Hago lo que me pide, pero me mantengo alerta.

—Era una bruja. —asegura sin miedo todavía sentada en su silla. Cruza las manos frente a ella antes de seguir hablando. — ¿Que más les dijo?

—Que confiáramos en ella —dice Brennan mirando a su hermana, que todavía está parada. —Ella sería la que nos llevaría a la verdad.

—No pienso confiar en la bruja que causó su muerte —niega mientras su cuerpo empieza a cambiar de forma. Está notablemente alterada y solo se concentra en Bianca. —Por ti ella murió. Por ti nuestro padre dejó entrar al lobo. Si ella hubiera estado Gregoriano no hubiera tenido oportunidad de entrar en nuestra manada. Para causar tanto dolor y pérdidas.

—Llevamos conociéndonos por más de una década. Se cada pedazo de tu vida, Pen. Se cómo eres. Entiendo lo que pasa por tu cabeza. —Se da vuelta en la silla y se extiende para agarrar unos sobres que tiene en la mesa a su espalda. Vuelve a sentarse y desliza los sobres por la mesa hasta donde están las gemelas. Ellas bajan la mirada y se sorprenden. Brennan se lleva una mano a la boca, mientras Pen se deja caer en la silla otra vez. Cambio totalmente olvidado. —Dijo que cuando estuvieran listas les diera esto. Ella puso el hechizo en la cabaña, dejo todo armado para que cuando llegue el momento la profecía saliera a la luz. Ella movió los cables necesarios para que llegara a sus manos, así llegarías a nosotros y que nos lo dirías. Todo lo que necesitan saber está en esos sobres.

Se nota por la forma en la que su voz se corta al hablar que ella tenía mucho cariño a esta tal Artemix. Las tres se encuentran en un estado emocional alborotado. Sus caras no dejan de cambiar y sus ojos no miran a nade solo a un punto sin s consiente de eso. Y no son las únicas los dos muchachos están igual de shockeados, solo que parece que lo manejan mejor.

— ¿Porque simplemente no se los dijo? —pregunta Kika mirando a Bianca.

 Esta se reí por lo bajo y limpia unas lágrimas rebeldes, que escaparon de sus enrojecidos ojos. Tratando de ocultar lo que esto le duele. Algo que sabemos y sentimos. Por lo menos los híbridos en la sala.

—Artemix era… complicada. —sonríe y mira a las gemelas. —No hacía nada sin pensarlo cien veces. Calculaba todo y usaba su poder para verificar las soluciones posibles, hasta que encontraba la que más satisfacción le podía dar y menos riesgos suponían para los que amaba. Por más que eso implique que ella no sobreviva.

—Es… Era calculadora de extremo. —se ríe Brennan mientras sacude la cabeza. —Así le decían. Extrema.

—Las dos son muy parecidas a ella. — dice Bianca. —Su madre las amo con locura. Prometí que cumpliría esta profecía y las protegería con mi vida. Por eso le pedí la cabaña cerca de la manada. Era más fácil que me encontraran aquí.

—Artemix no era nuestra madre. —exclama Pen en un susurro.

—Artemix era su madre. —declara segura. Sacude la mano restando importancia. —Estoy segura que en los sobres lo explica. Así como también explica lo que sucederá en unos días. Pero este no es el momento. Ustedes cuatro estaban destinados a permanecer a la manada principal.

Al decir la última frase mueve las manos incluyendo a todos los que están en la habitación. No pasa desapercibido el nombre que nos da. Manada principal. Comparto una mirada con Caleb que tengo enfrente. El parece igual de intrigado y confuso.

Odio cuando pone esa mirada de ser todo ya verán. A veces me pone nervioso.” comenta refiriéndose a la mirada que la Colo nos dirige a todos antes de volver a mirar a las gemelas. Solo asiento con la cabeza concordando con él y no me trago las dudas.

—Si está tal Artemix sabía lo que iba a pasar —exclamó molesta. Por dios podría habernos ahorrado muchos problemas.  — ¿Porque no interfirió? Hemos pasado por muchas cosas. Sufrimientos, muertes, torturas. Si lo vieron venir, ¿porque no lo evitaron? — empujó mi silla para pararme, estoy molesta y siento el fuego crecer en mi interior. Trato de mantenerlo bajo control para terminar de descargar mi furia verbalmente, pero me es difícil. —Estúpida de mí. Hasta ahora todas las brujas que he conocido son iguales. Egoístas, arrogantes y codiciosas. No me extraña que Bianca ya no lo sea.

—Artemix no era así. —defiende Pen enfrentándome. Oh si, como si me faltara algo para que mi temperamento saltara. La encaró para que sepa cuál es su lugar. Ella retroceso un paso y después agacha la mirada, pero sigue manteniendo el reto, lo puedo sentir.

—Basta. —dice Kika usando su poder para alejarnos y se pone en el medio. Como cruzo tan rápido no lo sé.

—Alessia entiendo tu enojo. — Bianca como siempre trata de mediar, mientras me envuelve en sus llamas violetas. Algo que descubrimos que calma. —Pero debes entender que por qué lo veas no quiere decir de que puedas modificarlo.

—Una muerte siempre es mejor evitarla. —replicó. Suponiendo que a eso se refiere.

—No siempre se puede. Vuelvan a sentarse. —dice mientras me señala la silla para que me siente. Levanto una ceja por su voz de mando. No soy ninguna loba sumisa, nadie me da órdenes. — Existen dos tipos de futuros o destinos. El escrito o fijo y el flexible o de acción.

—El escrito es un hecho que no se puede modificar por más que lo intentes. Se puede aplazar o prolongar. —interviene por primera vez Lurdes. Hasta ahora todos estaban callados como tumbas sin hacer movimientos. Ethan al lado de Lurdes, inclina la cabeza indicando que seda y me siente. Aunque su mirada es triste se mantiene firme. Pero estoy segura de que está tan indignado como yo. —Uno puede cambiar el lugar o la forma, pero es un hecho que sucederá.




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