Manada

Capítulo 19.

 

            ***ALESSIA.

Decir que el chico nos asombro es poco. Estamos todos quietos mirándolo fijamente, con los ojos abiertos y mandíbulas sobre la mesa. Por lo menos hasta que Pen empieza a reír a carcajadas. Sacando a todos del estado de asombro. Comparto una mirada con los tórtolos y me doy cuenta de que piensan lo mismo. Empiezo a pensar que no fue malo haberlo traído después de todo.

—Así que mientras nadie te encontraba en el hogar, estabas en la biblioteca. —exclama entre risas.

—Me gusta leer —se encoge de hombros un poco sonrojado. Algo que es sencillo de ver ya que él es tan blanco como un papel.

—Dime qué usas gafas para leer. —le pido en broma a lo que él se pone color tomate al instante. Lo que causa una risa colectiva en toda la mesa. — Mi primera impresión de ti fue que tenías todo para ser un nerd. Pero faltaban las gafas.

—Una mente brillante siempre es apreciada. — habla por primera vez Lex para todos. Su voz es baja y controlada, pero firme.  Llamando la atención de todos. Mira fijamente a Thamtus que está con la mirada gacha.  —Thamtus, —lo llama y espera a que este levanta la mirada para continuar. —En una manada no todo es músculos y fuerza, un buen olfato o un macho alfa enorme. Una manada es grande por sus integrantes. Te puedo asegurar que un gran cerebro y mucha perspicacia pueden llegar a salvarte la vida muchas veces. Así como a la manada. Por mi parte es un honor que estés en esta loca manada. —Nos mira a todos con mirada firme. Sé que esta esperando que alguno lo contradiga. Lo que él no sabes es que para nuestros lobos, desde que Bella nos uniera, él es nuestro alfa. No Jalek.

—Concuerdo con Lex, —rompe el silencio Lucy, le sonríe a Lex y asiente con la cabeza. —Un buen líder sabe apreciar a todos los de su manada. No importa si son débiles o fuertes. Brutos o inteligentes. Altos o bajos. Hembra o macho. Cada persona tiene su punto débil y su punto fuerte. Un buen líder sabe cómo hacer que se utilicen de la mejor manera.

—No me siento precisamente un líder en ese momento. —comenta Lex. —Estoy seguro que tanto Ethan como Caleb podría ser un mejor alfa para esta manada.

—De eso nada. —Gruñe Caleb llamando la atención de todos. No es de enojarse así. —El alfa aquí eres tú, Lex. Afróntalo y supéralo. Estas débil, si lo entiendo. Te sientes un cobarde, también lo entiendo. Porque si, al fin siento lo que sientes. Pero ¿lo comparto? Infiernos no. Hicisteis lo se tenías que hacer para sobrevivir. Si a mí me falta mi madre, puedo asegurarles, que no estaría aquí sentado tratando de seguir adelante. Admiro la fuerza que tienen tanto tú, como Alex. Así que deja de sentir lastima por ti mismo y afronta lo que eres.

-Nunca pensé que iba a escuchar esas palabras. –sonríe Kika. –Nosotros rogándole que sea el alfa. Y yo que pensaba que estaba loca. –Lo último lo murmura que todos llegamos a escucharla.

El silencio en la sala reina mientras todos asimilan lo que acaba de decir Caleb. Porque puede que todos supieran la historia de Jalek. Pero no todos sabían cómo se sentía.  Entiendo el porqué de decirlo, Lex tiene que saber y entender cómo nos sentimos.

Lo que no llego a entender cómo se llegó a enterar de lo que le paso a Johanna. No lo hable con nadie más que Ethan y porque él me lo pregunto hace unos días. No es algo que quería que todos se enteren. Sospecho que la colorada los puso sobre aviso para que no preguntaran. Otra no se me ocurre.

Ahora Kika, que se crea loca, es una locura. De un momento a otro paso a ser una simple humana para ser una de las hibridas mas buscadas. En un mundo que no conocía y ni se imaginaba. Se encuentra emparejada con un macho rodeada de seres sobrenaturales, con poderes sin límites y aun así encuentra tiempo para reír, sonreír y crecer. Es una persona a quien admirar no una loca. Claro que no voy a hacerle saber esta última parte a ella.

–No estas, ni estuviste loca, Kika. De hecho tomaste sorprendentemente bien todo lo que te hemos contado en estas semanas. –Le hago saber rompiendo el silencio y restándole importancia a las palabras a Caleb.

—Prometo hacer lo mejor que pueda. —dice Lex que ahora se sienta más derecho y firme en su asiento.

—No pedimos más que eso. —dice Kika con una sonrisa radiante. Por mi parte no digo nada solo acerco mi mano por debajo de la mesa y entrelazo nuestros dedos. Él parece sorprendido, pero no retira la mano sino su aprieta un poco más.

—De acuerdo. —corta Bianca poniéndose de pie. —Solucionado eso volvamos al tema que estábamos. Nos tomó un tiempo descubrir que eran los cuatro elementos y no descubrimos que era el espíritu hasta un tiempo después.

—Tampoco lo descubrimos de la mejor manera. —agrega Lurdes.

— ¿Qué más puedes decirnos? —continúa la Colo ignorando el comentario. Camina hasta la cocina y al segundo vuelve y se sienta. –De la profecía nada. –Bianca nueve la mano y se inclina hacia él. –Seguro Artemix te oriento hacia algún lado. Te guio con algo.

—Me encanta leer la historia y leyendas de los lobos. Ella me las traía a la cama cada vez que podía —empieza Thamtus sentándose más derecho en su silla. Se nota que la declaración de Lex ayudó en su confianza y la insinuación de Bianca le hizo recordar algo. —La que más me llamó la atención fue la de los cuatro lobos gigantes que tenían afinidades con los elementos, antes de que las enemistades entre razas existieran. Según la leyenda ellos perdieron el control sobre sus elementos por discusiones absurdas con vampiros. Después de eso, cada elemento se unió a él vampiro que causó la discusión. Haciendo que el lobo y el vampiro sintieran lo que el otro sentía. Se dice que unieron sus almas. Pero eso no consiguió unirlos en la paz, sino que se echaban la culpa mutuamente y arrasaron con lo que encontraron. Tanto vampiros, lobos y humanos. Creando así la enemistad. Hasta que una simple humana les tendió una trampa y los encerró. Algunos escritos dicen que en una cripta, otros en un enorme laberinto subterráneo. Pero todos llegan a lo mismo. Ellos solo lograrían salir si se ayudaban mutuamente y aprendían a convivir. Les llevó casi seis meses salir al primero. El Fuego fue el primero. Saliendo por la puerta sur. Tres meses más tarde salió la pareja de Tierra por la puerta norte. Otros tres meses más tarde para que saliera los encargados de Agua por el oeste y tres meses más para Aire por el este. Las cuatro parejas en su salida se volvieron a encontrar con la humana. Que con mucha paciencia los había esperado más de un año. Esta les dijo que tenían que volver en una fecha exacta para poder liberar a los elementos y vivir sus vidas otra vez. Luego los dejo libres para que vuelvan a sus vidas.




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