***CALEB
El silencio en la sala nos abraza. Parece que cada individuo alrededor de la mesa, o está perdido en sus pensamientos o está conteniendo la respiración. Al recorrer con la mirada la mesa, no puedo dejar de notar como todos están en un estado de shock distinto. No solo por la noticia por lo que puedo notar. Mi madre mira a los recién llegados como si fueran un dragón de mil cabezas que lanza fuego por la boca mientras toma agua. Lurdes por algún motivo mira a Bianca con el ceño fruncido y muy concentrada. Algo parece estar escapando de su comprensión, porque su cara es igual a la de Kika cuando no entiende algo.
Los cuatro nuevos integrantes están bastante desconcertados por lo que puedo leer de sus expresiones. Algo muy diferente a lo que pasa con Ethan que parece hecho una furia.
En este punto ya no sabría que pensar sobre nada. Ni quiero pensar directamente. Lo único que quiero hacer es gritar, maldecir y golpear algo. No en ese preciso orden.
No puede ser que no tengamos una solución que no nos lleve a la muerte. Tiene que haber otra opción. Presiento que esto no es más que el comienzo. Me cuesta creer que la profecía que me atormentó toda mi vida haya estado incompleta, que recién nos enteramos de ella unos meses antes de que Kika cumpla 22. Que ahora se suponga que nos mata y dejamos de existir para que las personas que nos cazan puedan vivir.
Si la última parte la hubiéramos aprendido años atrás hubiéramos podido recopilar la información necesaria. Buscar la mejor solución. Podríamos a habernos preparado. Aunque pensándolo bien, tampoco pudimos recopilar mucha información con la primera parte. Solo especulamos que sea el cumpleaños de Kika. No lo sabemos con certeza. No sabemos nada con certeza. De hecho, no sabemos nada.
Por lo que, no sirve de nada ponernos locos por esto, ¿verdad? La lógica no parece servir de nada cuando todas las emociones salen de uno y se meten en otro y magnifican los sentimientos de uno. No recuerdo estar tan enojado nunca. La impotencia. La ignorancia. La angustia. Además del miedo se mezclan en mi interior. Aun cuando se que no todos son míos, son difíciles de controlar.
No puedo sacar la sensación de traición de mi interior. Llegado a este punto ya no se que es lo que siento yo y que los otros tres híbridos de la sala. Puedo sentir como todo lo que pasa dentro de los cuatro se mezcla. No soy el único enojado, ese es el que más compartimos junto con el miedo. Lo que sí tengo claro es que los cuatro no sentimos el miedo por nosotros sino por otro. Lex mira fijamente a Alex, quien pretende que no nos demos cuenta de sus manos agarradas bajo la mesa. Manos que cada vez se aferran con mayor confianza. Los entiendo y me alegro por saber que se tienen. Kika y su enorme corazón tiene miedo por todos y sufre con la idea de perder lo que apenas encontró. También la entiendo. Después de toda una vida sola, encontró una grande, disfuncional y molesta familia. Porque eso es lo que somos. Nos guste admitirlo o no.
Por mi parte tengo pavor de solo pensar que puedo perder a Kika. De que algo le pase. Que yo no este, no me cuesta aceptarlo, si con eso ella esta sana y bien. Me angustia saber que mi madre se quedaría sola. Pero se que es joven y hermosa. Una vez que descubra que ya no la necesito todo el tiempo encontrara a una persona que la ame y proteja.
La angustia es colectiva. Puedo sentirla en cada integrante en la mesa. No solo nosotros. Así como la incertidumbre y el dolor. Todo mezclado en un cóctel explosivo. Sobre una mesa de pino de más de dos metros con 12 componentes distintos exudando sus propios químicos. Aumentando la presión en los engranajes que somos nosotros cuatro.
Puedo sentir la tensión en el cuerpo de Kika y ver la de Alex en frente a mi. Lex parece presentir lo mismo por lo que se sienta más derecho y respira profundo. Una fuerte sacudida golpea la casa. El suelo tiembla mientras una tormenta se desata. El calor de la habitación aumenta. Puedo saber que todos están pasando por lo mismo. Tenemos que conseguir el control. Un control que se escapa de nuestras manos cada vez que los sentimientos de la habitación aumentan. Miedo, angustia, incertidumbre, dolor.
—No lo controló —el susurro de Alex me llama la atención.
"Caleb tienen que calmarse" súplica Jack.
"Es difícil" confieso.
No es lo que yo siento nada más. Es la mezcla de todas las emociones fuertes que está descontrolando mi interior y el de los otros. Creando un caos que no soy capaz de dominar. Alex se pone de pie llevando con sigo la silla. Lex se apresura a levantarse y pararse a su lado. Kika contiene la respiración y sale corriendo. Sin pensar la sigo. Seguido de Alex en llamas y Lex que parece caminar en punta de pie. El resto de los de la mesa están asustados e intrigados. Desconcertados. El miedo no hace más que aumentar en ellos, así también la presión y me siento transpirar. Miro mis manos al salir por la puerta. Pongo mi mano con la palma para arriba y veo como se llena de agua por si sola.
El ruido de los árboles al ser sacudidos me llama la atención y veo a Kika en el medio del patio con los brazos abiertos y flotando. Alex pasa a mi lado y la veo elevarse junto a Kika. Lex se para a mi lado y siento el temblor bajo sus pies.
— ¿Alguna idea de que tenemos que hacer o como controlarnos? —pregunto. Parece pensarlo unos segundos y luego asiente.
—Recuerdas la profecía de Bianca —lo miro desconcertado por lo que continua, — la de los elementos.
—Los elementos se deben juntar, el agua se mueve con el apoyo de viento. —recita Bianca, saliendo de la cabaña —La tierra es el apoyo del fuego. Uno sin el otro no pueden estar completos. Los cuatro juntos el curso de las cosas vuelve a poner.
—Pero sólo el espíritu los junta otra vez —termina Lex. —Creo que es necesario juntar a los elementos y que Bianca nos una. Es la primera vez que la tierra reacciona y tu puedes manifestar agua. Alex no lo pudo controlar más temprano y Kika no es Kika.