Manada

Capítulo 23.

            ***LEX

Desperté con el sol en mi cara. Entre el molesto sol más las mantas estaba sudando demasiado. Moví mi brazo para tratar de sacar un par, solo para darme cuenta de que estaba aprisionado por la cabeza de Alessia. Gire mi cuerpo para ponerme de lado y poder ver su cara. Todavía estaba dormida por lo que aproveché para ver cada rasgo de su hermosa cara. Tiene unos rasgos tan delicados y frágiles en este momento que es increíble pensar que es tan poderosa y fuerte.

Delineo con mi dedo el labio inferior de su turgente boca. Es tan suave, que lo único que puedo pensar es en besarlo. Sé que no es el momento y el lugar. Quiero ganarme su confianza y cariño de a poco. Llevó la mano a su frente y retiró el pelo de su frente. Acarició su cabello y cierro los ojos mientras disfruto su delicadeza y suavidad.

—Si sigues así me voy a dormir otra vez. —la escucho decir contra mi brazo.

—Mi intención no era despertarte —susurro contra su cabeza y depositó un beso en ella.

—Tengo el sueño ligero —se defiende. —Cualquier movimiento cerca me despierta.

No quedamos un rato así. Con mi mano acariciando su cabeza y ella acomodada en mí pecho. Extiendo mis sentidos para ver si hay algo de lo que preocuparse. Pero lo único que siento es a Lucy con Bianca en la cocina. Todo el resto del grupo está todavía durmiendo en el patio. Contrario de lo que se puede llegar a pensar no fue nada incomodo dormir en el césped. Y lo puedo comprobar en las respiraciones tranquilas de todos. En mis músculos relajados y lo descansado de mi cuerpo.

—Creo que fue la primera noche donde en verdad pude dormir. —la voz de Alessia me saca de mis pensamientos. —Solo me desperté dos veces. Una cuando te diste vuelta para el otro lado y cuando Lucy se levantó para revisar el perímetro a la madrugada. Esa mujer no descansa nunca.

—Más de las dos horas que venía durmiendo seguro durmió. —no me pasa desapercibido el comentario de que se despertó cuando me aleje. Me lleno de esperanza. Pensé que Jalek había roto todos los lazos posibles. Que solo estaba siendo agradable. Lo dejo pasar para no incomodarla.

— ¿Tienes idea de lo que vamos a hacer ahora? —pregunta levantando la cabeza y mirando mis ojos. —Necesitas sangre.

—Estoy bien. —le digo tratando de que no se preocupe por eso. Si bien siento la necesidad de sangre, no quiero volver a beber de un vaso la sangre de ella. Prefiero la de bolsa. No quiero que se sienta obligada.

—No lo estás. —dice Caleb interrumpiendo nuestra charla. —Siento desde aquí tu hambre y no puedes darte el lujo de debilitarte.

Rompo la conexión con Alessia para sentarme. Quito las mantas y las empiezo a doblar. Solo por ocuparme en algo y tratar de alejar mi pensamiento del cuello de Alessia. Tengo que darle tiempo para que sepa que no pienso en dominarla o nada, que no soy como Jalek, que sea ella misma la que me lo ofrezca. No que nazca de mi necesidad. Como no puedo conseguir alejar las ganas de morderla mientras está en mis brazos me levanto, agarro las mantas y me encamino a la cabaña.

—Buenos días —saludo mientras me acerco a la cocina donde dejo las mantas. Bianca ya me espera con un vaso en la mano y se lo agradezco. — ¿Qué haría sin ti?

—Tendrías que trabajar el doble —dice entre risas, mira sobre mi hombro y sonríe ampliamente. —Tranquila que ya lo alimente.

No fue el mejor comentario. Pude sentir como la ira recorría a la híbrida y el calor de la habitación aumentaba. Me doy vuelta con el vaso a la vista y se lo enseño. La ira disminuye, pero sus ojos siguen negros. Me acerco cautelosamente. Aunque lo único que quiero es arrastrarla a un lugar más privado y demostrarle que no quiero otra sangre. Que solo es la de ella, la que me calma las ganas de sangre. Pero no puedo hacer eso. Solo seguiría siendo el mismo Jalek.

"Te dije que yo te daba mi sangre." dice por el enlace. "No tienes por qué tomar de esa cosa asquerosa."

"No quiero que sea tu obligación darme la sangre. Quiero que nazca de ti. Quiero que tu desees que te muerda." le hablo con la verdad. Es lo único que pienso hacer con ella. Parece calmarla un poco, porque se acerca y pone una mano detrás de mi cabeza y agarra mi cuello.

"¿Qué pasa si quiero ser yo la que muerda?" dice mientras me acaricia con el pulgar la yugular. Siento que el control que estaba teniendo se me afloja de apoco. Pongo una mano en su cadera y la acerco más a mí.

"Solo tienes que pedirlo." aseguro. Ella ladea su cabeza enseñando ese increíble cuello y muestra una sonrisa que no conocía en ella. Una sonrisa que me puede, que daría lo que sea para que aparezca más seguido. Sus ojos están rojos y puedo sentir su ansiedad. Por lo que llevó la mano que tiene el vaso a mis labios para poder tener la fuerza de alimentarla sin perder el control. Pero ella tiene otra idea porque de un movimiento rápido me arrebata el vaso y lo deja sobre la mesa. Salta sobre mí y se apodera de mi cuello con su boca sin llegar a morder mientras me rodea con las piernas la cadera. Por instinto pongo mis manos, una sobre su trasero para que no se caiga y la otra sobre su espalda para que no se aleje.

"La habitación ahora." exige. No lo dudo ni un segundo y a la velocidad vampiresano entró en la habitación y la apoyó en la puerta. Expongo más mi cuello para ella. "Esto va a ser en dos sentidos"

Al principio no entiendo a qué se refiere. Cuando se separa un poco de mí para sacar su camiseta entiendo menos todavía. La mira a los ojos, la única señal clara de saber que va a pasando por su cabeza. Ya que si abro un puente entre nosotros no creo poder controlarme.

En ellos me pierdo, sé que no es hambre lo que siente. No están rojos. Están azules. Un azul tan intenso y llamativo que me cuesta pensar o separar mi mirada. Puedo asegurar que no es miedo, no le teme a nada. Sé que en este momento estamos en el mismo punto. Sé que mis ojos están de color gris oscuros.




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