Mango.

10.

Salí de mi último examen y esperé afuera del salón de Nick, después de todo lo que había sucedido le permitieron presentar exámenes de recuperación y algunos proyectos. Hoy era el último día, un perfecto viernes por la tarde y serían unas gloriosas vacaciones, tomé mi celular viendo que faltaba media hora para que Nick saliera y comencé a ver redes sociales y puse mis audífonos, hasta que sentí como alguien tapaba mis ojos.

 

—¿Quién soy?— susurró en mi oreja causando escalofríos.

 

—¡Nick!—reí.—Saliste antes.

 

—Hola Manguito, el profesor dijo que hasta el quería sus vacaciones que saliéramos antes por hoy.—quitó sus manos para después estar al frente mío.—¿Nos vamos?—preguntó y asentí.

 

—Sí, nuestra cita es en una hora tenemos tiempo perfecto para ir y después ir a comer ¿Qué te parece?

 

—Totalmente de acuerdo.—dijo y pasó brazo por mis hombros.—Hoy siento que va a ser un buen día.

 

—Eso espero, no hemos tenido suerte.— habíamos visto cerca de diez apartamentos y ninguno era de nuestro agrado, muchos no eran ni si quiera lo que nos vendían en los folletos y hoy tendríamos otra cita para visitar alguno, desde que lo hablamos habían pasado dos semanas, donde me enteré que cierto señor astuto le pidió permiso a mi madre y por ende ella a mi padre.

 

Quienes aceptaron gustosos, siempre y cuando se tratara de Nick.

 

—Espero que tengas razón Nick.—apreté su mano en busca de apoyo y me sonrió.

 

—Vayamos, faltan veinte minutos para la hora fijada.—esperamos frente a la edificación en donde nos habían citado, sería perfecto si quedáramos con este, pensé, estaba cerca de ella universidad, de la florería y de la casa de mis padres, era un punto intermedio para todo y aún no lo veíamos por dentro, sólo esperaba  que fuera bueno porque realmente se había vuelto algo exasperante no encontrar un lugar así que esperaba que este que fuera el indicado.

 

—¿Cómo te fue en los exámenes?—pregunté viéndolo, alcé una poco mi mano y toqué su mejilla para recorrer cerca de su sienes hasta tocar delicadamente sus ojeras.—Haz estado poniendo mucho empeño.

 

—Fue un poco difícil pero a tu lado todo era mucho mejor.—reí sonrojandome y es que cada vez que Nick se cansaba pedía como remuneración un beso de los cuales la mayoría fueron interrumpidos por mi familia al entrar sin tocar a mi habitación, tal vez debería poner seguro, lo anotaré si no encontramos departamento aún.—Me fue bien, me ayudaste a estudiar demasiado y me ayudaste con los proyectos pero eso será un secreto—se llevó su dedo índice a los labios e hizo señas de permanecer en silencio y yo reí golpeando levemente su hombro—sé que me irá bien.

 

—Eso espero.—sonreí y entrelazamos nuestras manos.

 

—Chicos ¡Buen día! Pensé que no llegaría y tenía miedo a quedar mal con ustedes.— nuestra conversación se detuvo por la interrupción de la chica de bienes y raíces que habíamos contactado hace una semana, ambos sonreímos y negamos, ella era mucho más amable que todos los demás e incluso no llevaba esa cara de sólo hago esto por dinero pero odio a las personas, la suya era totalmente afable.

 

—No se preocupe, no tenemos problema con esperarla.—sonreí y agradeció efusivamente mientras arreglaba su saco y tomaba una pluma, presionando así el botón de la misma haciendo un pequeño 'clic' para tomar notas.

 

—Bueno dejen mostrarles el apartamento—nos señaló la entrada para pasar.—Está en el piso número cinco pero espero que no represente mayor problema para ustedes.—y negamos, el piso era lo de menos.—El edificio cuenta con ascensor y con un portero, aquí llega su correo—señaló unos pequeños casilleros con los números de departamentos.—Y también hay escaleras de emergencia y los extintores correspondientes.

 

Nos llevó a ascensor y salimos en el quinto piso, justo como ella nos había explicado el corredor se veía bastante lindo y amigable, habían algunas plantas que decorada y cuadros, era bastante hogareño, no había relación con los otros departamentos totalmet grises o beige sin algún adorno, tan sobrios que era imposible que ahí vivieran personas.

 

Al final llegamos a una puerta en la que se veía el número 501 y sabíamos que era el apartamento en cuestión, introdujo la llave y abrió la puerta para dejarnos pasar.

 

Bastó poner un pie en el departamento para darnos cuenta que era lo que buscabamos, tenía el espacio correcto para dos personas, bonito con unas paredes color crema y una ventana que tenía una buena vista, sin duda era precioso.

 

—Muchas parejas desean un departamento así, este quedó solo porque sus anteriores arrendadores se van a casar, llegaron como a su edad y ahora ella llevará un bonito vestido blanco al altar ¿Acaso no es hermoso?—dijo con ojos soñadores.—¡Uy! Disculpen suelo hablar mucho y miren que mi jefe me dijo—engrosó la voz y se puso los brazos a los costados— "René, basta o vas a aburrir a los clientes, ya espantaste una pareja, vamos chica sólo muéstrales el apartamento" pero es inevitable no hablar.— terminó de decir.—Diganme que no los he asustado porque si no Miles me dirá lo mismo y yo en serio no puedo evitar hablarles, se ven tan amables y tan lindas las personas que ¿Cómo no hablarles? Saben.—dijo rápidamente y al final sonrió hacía nosotros y reímos con ella.




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