Maniquí

12 Alex

Richard y Max llegan con varias cosas en sus manos, las cosas de Max para ser exactos, en este punto es sorpresivo que no se hayan agarrado a golpes, se odian a muerte y Max acaba de hacer la primera cosa que Richard nos advirtió no hacer bajo ninguna circunstancia, escapar.

— ¿Los atropelló un auto o por qué están tan calmados? Ya había pensado que se estaban matando entre ambos —les reclamo exigiendo su respuesta, no es posible que hayan arreglado sus diferencias en tan poco tiempo.

— Conseguí sus cosas, es todo lo que necesitas saber —nos entrega sus productos robados para cada uno, dándome a mí una computadora, cosa que a Max no le da y me la entrega enfrente de él para molestarlo—. Esta es tu recompensa por quedarte aquí, todavía tengo una deuda contigo por obedecer.

— Ya entendí, metí la pata, no lo volveré a hacer, ¿te parece bien? Ya no volveré como Max, el chico desaparecido que apareció un día. Entendí que todo el mundo me odiaba en realidad solo por ser yo.

— Si me dices que esa fue tu razón para darle una advertencia no podré tomarte en serio —le digo a Richard entendiendo la fuente de su reconciliación, se dieron cuenta del enorme odio hacia ellos cuando ya era tarde, uno cuando vio que era un ladrón y el otro al ver que los demás se sinceraron tras su muerte.

— No los elegí únicamente como mis secuaces, sabía que iban a pasar mucho tiempo conmigo y quise mostrarles el mundo como es, contigo no es necesario, se veía en tus ojos el dolor de la realidad, solo quería que Max aceptara que ya no era ese chico popular bueno en todo.

— Buscabas un amigo, mejor dicho —también soy honesto, quería dejar la soledad y la mejor manera era matar a las primeras víctimas perfectas.

— Compañía, no un amigo.

— Bueno, si quieres ser compañeros prométeme una sola cosa, si vas a matar, que sea a gente malvada, jamás a gente inocente.

— No prometo nada, necesitamos sangre y lo sabes muy bien, además, tendría que matar a los que quedan de mis colegas al igual que sus sucesores, sería una traición inmediata y perdería todo mi honor.

— ¿Honor? Eres un maldito asesino medio muerto, ¿qué honor puedes tener después de no solo asesinar a tus víctimas, sino también condenarlas a sufrir el resto de sus vidas?

— Me refería a honor entre ladrones, ¡tal vez no lo sepas porque eras un adolescente ignorante! Y si te condené no fue para hacerte sufrir, fue para darte un nuevo propósito, seguir cuando ya no pueda.

Sabía que sus diferencias no durarían mucho en quedar ocultas, puedo notar el odio en sus ojos, la única razón para no interceder es que quiero que lo arreglen y saquen todo los comentarios acerca del otro, sin mentirse, mis padres siempre decían que si era una pelea en la que yo estaba debía hacer todo para ganarla si estaba en lo cierto, pero no debía interceder en una pelea en sus inicios, si alguien los hace limitarse no serán sinceros y jamás terminarán de conflictuarse, solo es necesario cuando se vuelve incontrolable. Quiero seguir los últimos consejos de mis padres, así sentiré que están más cerca de mí.

— ¡A la mierda ese nuevo propósito! En este caso el fin no justifica los medios, pudiste haber hecho que tus amiguitos fueran tus víctimas en vez de matar a inocentes como la has hecho toda tu vida.

La lluvia me da una buena idea, los separo sin que vuelvan a pelear por el momento.

— Quiero ir a pasear por el pueblo con Max ahora —le exijo a Richard, necesito tranquilidad aquí y no la voy a conseguir con esos dos peleándose a cada rato sin darse cuenta de lo equivocados que están ambos, Richard tiene razón en decirle a Max que debe de aceptar la realidad, y Max tiene razón en decirle que está mal matar a inocentes y es mejor deshacernos de los malos para hacer algo bien dentro de tantas cosas que hacemos mal, en todo lo demás están terriblemente mal.

— Dije que no, los pueden reconocer y debe pasar por lo menos un año antes de salir —Richard reniega mi orden como si fuera una sugerencia.

— Y yo digo que sí, me debes una recompensa y está lloviendo, las capuchas nos van a tapar la cara al igual que la lluvia, si queremos que esto funcione debemos ponernos de acuerdo. Como soy el único que no está peleando todo el tiempo propongo algo tan simple como esto; Max, aceptarás quedarte aquí y aceptar que ya no puedes volver a tu antigua vida, Richard se equivocó, no hay vuelta atrás, debes vivir con eso; Richard, asesinaremos a las personas que no sean inocentes para hacer algo bien y no llamar la atención, si asesinamos a más inocentes empeoraremos las cosas, en cambio, si asesinamos a gente mala nos verán como justicieros anónimos y la policía no nos vigilará. Como parte de mi recompensa quiero salir de vez en cuando, ya sea solo o con Max, encerrado aquí todo el tiempo no podré hacer nada, retenernos no es la salida.

Es una suerte que la lluvia sigua después de dos horas de discutir cada aspecto de mi propuesta, ambos se negaban a algo, algo estaba mal a cada rato. Se siente tan bien salir después de tanto tiempo retenido, el aire es tan fresco como siempre y el sonido de la lluvia me calma, oh, es la primera vez que quiero llorar al ver la lluvia, en la tienda solo la podía ver de lejos, sin poder tocarla. Max y yo caminamos por el centro del pueblo evitando a la gente y comprando comida de máquinas expendedoras con carteles de desaparecidos, los mismos de siempre, chicos de preparatoria y universidad que hicieron lo mismo que nosotros, ser estúpidos y curiosos a la vez. Aunque no necesitamos comer y sería llenarnos de más cosas en descomposición en nuestro interior, en este punto detrás del plástico solo hay huesos y esa sustancia o polvo raro que sale de un cadáver, lo hago para recordar lo que se sentía comer, cosa que Max se niega a hacer.



#616 en Paranormal
#2449 en Thriller
#927 en Suspenso

En el texto hay: maldiciones, venganza, aseinato

Editado: 21.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.