El miedo se puede representar de una y mil formas.
La oscuridad es un claro ejemplo de ello, al igual que la muerte, lo desconocido, e incluso el saber demasiado también.
No se imaginan lo cómodas que pueden llegar a ser estas habitaciones acolchonadas.
Su color blanco, con aquella luz tenue que tranquiliza mi alma después de aquellos días helados.
Mi uniforme es un poco ajustado, pero almenos impide que me arañe la cara en busca de sacar a esa cosa cuando me atacaba en sueños.
Aquí son estrictos con la hora de dormir, aunque nunca se han enojado conmigo, ya que que siempre me tomo las bebidas color azul que me ofrecen.
Son agradables, ya que me ayudan a conciliar el sueño.