Mantra

Ecos del pasado

La última vez que Ann y Elliot estuvieron juntos en aquel restaurante fue hace más de 8 años. Aun estando vacío al tratarse de una hora de poco afluencia, Ann podía ver los ecos de su vida pasada retratar personas en aquellas mesas, sentadas en la barra, incluso trabajadores fantasma tomando sus órdenes.

—Realmente han transcurrido ocho años. —Mencionó Ann. —Si me hubieras preguntado hace unos días cual sería la probabilidad de encontrarme contigo en este mismo lugar, hubiera dicho que las probabilidades serian negativas, incluso hubiese apostado dinero en contra…

Elliot mantenía su sonrisa expectante. Recordaba la forma de expresión de Ann. Siempre un poco gris, pero con tendencia a brillar en sus últimas palabras.

—…Ha sido una distinto de lo que imagine que seria. Incluso placentero. —Terminó con una sonrisa.

Ambos compartían una mesa. Ann tenía una computadora al frente con el pendrive conectado. Frente a sus ojos estaba desplegado el registro de llamadas. Busco por fecha, sin embargo, no había indicio alguno de que su madre o alguien hubiese pedido permiso para usar el teléfono del lugar.

—El registro no existe. —Dijo con un tono de decepción. —No hay evidencia de que haya recibido una llamada, más allá del de mi teléfono.

—Claramente quien hizo esto no quería que supiéramos que lo estaba haciendo. —Respondió Elliot. —¿Ya revisaste el video?

Ann negó con la cabeza. Movió el puntero hacia los archivos de video y dio doble clic sobre ellos, en el escritorio apareció un aviso “Archivo corrupto” —Carajo. —Dijo Ann. —El archivo esta dañado. No se puede leer.

Elliot se frotó la cara con la palma de su mano. —Supongo que el trabajo fue en vano.

Eso fue una gran decepción. Elliot giró la laptop en su dirección y continúo tecleando y dando clics.

—Tal vez es lo mejor, ¿sabes? He perdido demasiado tiempo siguiendo estas migajas de pan, distrayéndome del verdadero problema. Allison sigue perdida y mis padres necesitan toda la ayuda posible.

Ciertamente había pasado un tiempo desde la última vez que su hermana había recorrido su mente. Se sintió decepcionada de sí misma, había dejado que su madre influenciara sus decisiones nuevamente. Ann apretó los puños. Extendió su brazo tomando la taza de café caliente al tacto y llevándola frente a sus labios. La estela de vapor se mostró frente a sus ojos, su nariz percibió un aroma agradable a café tostado y vainilla. Dio un sorbo y devolvió la taza a la mesa.

—Eh. —murmuro Elliot. Ann pudo notar que la cara de su examante mostraba gran curiosidad. —Creo que tienes que ver esto, Ann.

Ann se mostró sumamente intrigada, levantándose de su asiento y tomando lugar a un lado de Elliot.

—Por pura curiosidad intente buscar el nombre de tu madre, para ver si alguno de tus parientes había visitado a tu madre, y por error busque el nombre equivocado.

—¿Qué nombre buscaste? —Preguntó Ann.

—El apellido de madre adoptiva.

—Si hay registros deben ser muy viejos. —Ann estaba buscando en los datos de aquel Excel, tratando de identificar que es lo que había sobresaltado a Elliot.

—En efecto, lo son, todos excepto este. —Señalo una entrada filtrada en el documento.

—Es de hace una semana y la visitante es…

—Allison…

Permanecieron en silencio, robados de toda palabra o pensamiento.

—No tiene ningún sentido. —Expresó Ann. —Allison nunca se acercaría a este lugar, o a mi madre. —¿O si lo hiciera? —Sabe que no tengo deseo alguno de hablar con mi madre, que no sacaría nada de ello.

—Tal vez, quería ahorrarte el dolor de ver a tu madre, ya sabes…—añadió Elliot, sin embargo, él tampoco estaba muy convencido de su argumento.

—No, no, no lo entiendes. —Ann apretó los puños apoyándolos sobre sus rodillas. —Yo era feliz, feliz de saber que mi madre estaba en el hospital, lejos de mí, en un estado vegetal, de que nunca podría hacerme daño otra vez. Diablos, ni siquiera es un tema del que hablemos con regularidad, hace años que mencione su nombre por última vez.

No hacía sentido alguno.

—¿Qué es lo que hacía Allison ahí? —Se preguntó Ann en voz alta.

No tardó mucho en llegar a aquel pensamiento catastrófico, el escenario menos plausible. ¿Y si la madre de Ann le había contactado a ella? Ann se sintió avergonzada de siquiera considerar esa opción. Era ridícula, imposible. Realmente estaba perdiendo la cabeza, pero tal vez se trataba de un casó que solo los locos pueden comprender.

—¿Y si lo estamos viendo mal? —Planteo la pregunta.

—¿Cómo mal?

—Estamos tratando de encontrar la lógica en todo esto, darle fundamento o razón científica…tal vez, solo tal vez, es porque no lo tiene, ni lo tendrá. —Elliot comprendió en ese momento hacia donde se dirigía. —No puedes atacar un problema ilógico de forma lógica.

—Oh mierda.

—Asumamos por un minuto que mi madre si me llamo, ¿Okay? —Ann hacia pantomimas con sus manos que realmente no tenían relación alguna con la oración. —Yo misma pensé, he llegado a dudar que podría ser realmente ella. ¿Qué tal si antes de hacer contacto conmigo, hizo contacto con Allison?



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En el texto hay: crimen, monstruos, horror

Editado: 13.10.2025

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