Capítulo 7 - Señales de humo: anticipar el colapso

El colapso mental rara vez llega de golpe. Antes de que todo se derrumbe, aparecen señales: cansancio extremo, irritabilidad, dificultad para concentrarse, sensación de vacío. El problema es que solemos ignorarlas hasta que se convierten en incendio.

La ciencia lo confirma: cuando el estrés se mantiene alto durante demasiado tiempo, el sistema nervioso simpático (el de “huir o luchar”) se queda activado. El cuerpo manda avisos —tensión muscular, problemas de sueño, cambios en el apetito—, pero la mente insiste en seguir. Hasta que el sistema se quiebra.

La metacognición consiste en escuchar esas señales tempranas y responder antes de que el fuego crezca. Reconocer un “amarillo” a tiempo puede evitar un “rojo” devastador.

• 18–25 años. Un joven prepara su TFG y pasa noches sin dormir. Al tercer día, el café ya no ayuda, los ojos le pesan, la mente se vuelve lenta. Cree que lo único importante es acabar, pero el cuerpo le está gritando que frene. Si aplicara un semáforo interno y reconociera que está en “amarillo”, podría pausar, dormir unas horas y retomar con más claridad.
• 46–60 años. Una mujer cuida a su padre dependiente y además trabaja jornada completa. Se levanta agotada, pierde la paciencia por detalles mínimos y luego se culpa. No lo llama “colapso”, pero su semáforo interno ya lleva tiempo en “rojo”. Reconocerlo le permitiría pedir ayuda antes de caer en el agotamiento total.
• Transversal (digital). Un chico de 20 años se despierta cada noche por notificaciones del móvil. Revisa mensajes, redes, vídeos, y al día siguiente está agotado. Su semáforo no está en verde, sino en amarillo constante: tensión, falta de descanso, irritabilidad. El problema no es solo el sueño, es que nunca baja del modo alerta. Detectarlo a tiempo le permite poner límites digitales antes de quemarse.

Nombrar tu estado no soluciona el problema de fondo, pero te da un margen vital. Igual que un bombero que detecta humo antes de que se declare el incendio, la metacognición actúa como alerta temprana.

Técnica – Semáforo interno

1. Verde: fluidez. Te concentras, respiras tranquilo, sientes claridad.
2. Amarillo: tensión. Notas rigidez, fatiga, impaciencia. Señal de pausa.
3. Rojo: bloqueo. Ansiedad fuerte, parálisis, desconexión.

Haz una autoevaluación breve varias veces al día y nómbrala con un color. Nombrar ya es intervenir.

El humo no es el fuego: es la advertencia de que aún estás a tiempo.