Manual de Supervivencia Metacognitiva

Capítulo 8 - Alimentación cognitiva: lo que entra, importa

Lo que consumes mentalmente es tan importante como lo que comes. Igual que la comida basura deja secuelas en el cuerpo, la información basura intoxica la mente: notificaciones sin fin, discusiones en redes, noticias que solo generan miedo.

El cerebro funciona como un estómago: digiere lo que recibe, aunque sea dañino. Si alimentas tu mente con ruido constante, no puede producir claridad. La metacognición aquí es como elegir los ingredientes de tu dieta: preguntarte qué quieres que te nutra y qué te sobra.

  • 26–35 años. Una mujer llega cansada del trabajo y se sienta en el sofá. Sin pensarlo, pasa dos horas en redes sociales viendo vidas ajenas. Al final se siente más vacía que al empezar. Cuando se da cuenta de que su “cena mental” ha sido pura comida basura, puede redirigir: un podcast inspirador o una charla con un amigo cercano alimentan distinto.
  • 36–45 años. Un hombre enciende la tele mientras cena y se traga una hora de noticias negativas. Apaga la pantalla con el estómago lleno y la mente envenenada. La dieta cognitiva no significa dejar de informarse, sino limitar la cantidad de toxinas y equilibrarlas con algo nutritivo: leer un capítulo de un buen libro, escuchar música, tener una conversación real.
  • Adolescente (transversal). Una chica de 16 años pasa horas en TikTok viendo vídeos de retos y comparaciones. Al terminar, siente que su vida es menos interesante que la de los demás. Si aplicara la dieta mental, podría dedicar parte de ese tiempo a aprender algo que le apasione en la misma plataforma. No es cuestión de prohibir, sino de equilibrar la ingesta.

La mente es como un jardín. Si solo siembras maleza, crece maleza. Si cuidas qué plantas entran, florece. Cada clic, cada lectura, cada conversación es una semilla: algunas nutren, otras envenenan.

Técnica – La dieta mental

Divide tu consumo de información en proporciones aproximadas:

  • 70% contenido útil: aprendizaje, trabajo, conocimiento que te sirva.
  • 20% inspirador: arte, lecturas, música, ideas que te eleven.
  • 10% ocio ligero: entretenimiento puro, memes, distracción.

No se trata de prohibir, sino de equilibrar. La calidad de tus pensamientos depende de lo que alimenta tu mente.

Eres lo que consumes, también en lo invisible.




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