Marina había cometido el error de mencionar la cena familiar en un momento de valentía post-conversación honesta. Pero ahora, parada frente al espejo de su baño un jueves por la noche, se daba cuenta de que invitar a Sebastián a cenar con su madre y Clara había sido una decisión tomada por la versión de ella que se sentía segura y madura.
La versión actual de Marina estaba teniendo una crisis nerviosa silenciosa.
Marina: todavía podés cancelar la cena de mañana si querés
Sebastián: ¿por qué cancelaría?
Marina: porque mi mamá es peor que clara para hacer preguntas invasivas. y mi papá va a querer hablar de deportes que no seguís.
Sebastián: ¿qué tipo de preguntas invasivas?
Marina: del tipo "¿cuáles son tus intenciones con mi hija?" pero con más sutileza y más capacidad de hacerte sentir culpable.
Sebastián: suena aterrador.
Marina: lo es.
Sebastián: perfecto. necesito práctica enfrentando cosas que me asustan.
Marina se miró en el espejo otra vez. ¿Desde cuándo Sebastián era el valiente de los dos?
Marina: ¿seguro? porque una vez le preguntó a un chico que llevé si pensaba que yo tenía "potencial matrimonial".
Sebastián: ¿y qué respondió?
Marina: "uhh... todavía no lo pensé". nunca más lo volví a ver.
Sebastián: bueno, yo ya lo pensé.
Marina se quedó mirando el mensaje durante un minuto completo.
Marina: ¿y?
Sebastián: y creo que cualquiera que se case con vos va a tener que acostumbrarse a encontrar notas adhesivas en lugares impredecibles y a discusiones filosóficas durante el desayuno.
Marina: eso no responde la pregunta.
Sebastián: preguntame de nuevo después de la cena con tu familia.
Marina: sebastián.
Sebastián: marina.
Marina: ¿me estás tomando el pelo?
Sebastián: no. te estoy diciendo que mañana voy a tu casa, voy a conocer a tu familia, y voy a tratar de no arruinar la primera impresión. y después vamos a ver qué pasa.
Marina: ¿y si mi mamá te pregunta cuáles son tus intenciones conmigo?
Sebastián: le voy a decir la verdad.
Marina: ¿cuál es la verdad?
Sebastián: que todavía estoy averiguando cómo no arruinar esto, pero que cada día me importa más no arruinarlo.
Marina se sentó en el borde de la bañera. Esa era posiblemente la declaración más romántica que alguien le había hecho, y estaba llegando por chat a las 11 de la noche antes de una cena familiar.
Marina: ¿sabés que eso es básicamente una declaración de intenciones serias?
Sebastián: lo sé.
Marina: ¿y no te da pánico?
Sebastián: me da pánico. pero me da más pánico la idea de perderte por cobarde.
Marina: ay, dios.
Sebastián: ¿qué?
Marina: nada. solo que creo que me estoy enamorando de vos y no sé qué hacer con eso.
Hubo una pausa larga. Marina vio que estaba escribiendo, que dejaba de escribir, que volvía a escribir.
Sebastián: ¿podemos hablar de eso después de la cena? cuando no esté teniendo un ataque de pánico preventivo sobre conocer a tu familia?
Marina: ¿estás teniendo un ataque de pánico?
Sebastián: estoy leyendo artículos sobre "cómo causar buena primera impresión a los padres" desde hace dos horas.
Marina: sebastian, respira.
Sebastián: ¿qué tipo de vino le gusta a tu mamá?
Marina: no necesitás traer vino.
Sebastián: todos los artículos dicen que hay que traer vino.
Marina: ¿qué artículos?
Sebastián: "10 consejos para conocer a la familia de tu novia" y "cómo sobrevivir a una cena familiar sin arruinar tu relación".
Marina se rió hasta que le dolió el estómago.
Marina: ¿tu novia?
Sebastián: los artículos asumen cosas.
Marina: ¿y vos qué asumís?
Sebastián: asumo que mañana voy a estar muy nervioso y que tu familia va a darse cuenta.
Marina: está bien estar nervioso. significa que te importa.
Sebastián: ¿y si no les gusto?
Marina: imposible. sos demasiado honesto para no gustarles.
Sebastián: ¿y si les gusto demasiado y empiezan a hacer chistes sobre matrimonio?
Marina: entonces nos vamos temprano y después nos reímos de lo incómodo que fue.
Sebastián: ¿en serio?
Marina: en serio. sebastián, es solo una cena. no es un examen.
Sebastián: para mí se siente como un examen.
Marina: ¿de qué?
Sebastián: de si merezco estar en tu vida de esta forma.
Marina sintió algo apretándose en el pecho.
Marina: ya merecés estar en mi vida. la cena es solo para que mi familia te conozca, no para que te aprueben.
Sebastián: ¿y si no me aprueban igual?
Marina: entonces es su problema, no nuestro.
Sebastián: ¿nuestro?
Marina: nuestro.
Sebastián: me gusta como suena eso.
Marina: a mí también. ahora andá a dormir y dejá de leer artículos sobre cenas familiares.
Sebastián: ¿una pregunta más?
Marina: dale.