Manual para olvidar a mi ex (y fracasar en el intento)

Capitulo 3- Regla #3 Enfocarse en uno mismo

De todas las cosas que uno puede hacer para intentar olvidar los malos ratos, recomiendan el ejercicio para eliminar toxinas y preocupaciones. Pero esta vez, el gimnasio no quería eliminar mis penas, quería eliminarme a mí.

​Siguiendo la Regla #3 del manual, decidí que para olvidar a mi ex, debía convertirme en una nueva persona. No más caminadoras o bicicletas estáticas. Yo quería ser un gymbro. De esos que viven en el gimnasio, que usan ropa ajustada que parece hecha para superhéroes y que tienen más músculos que un manual de anatomía. Quería ser uno de ellos.

Empecé con unas mancuernas... ¡qué cosa tan pesada! 20 decía cada una. Me sentí poderoso, pero después de 5 minutos no aguantaba mis brazos y sabía que todavía me faltaban 55 minutos. El entrenador, un tipo enorme con un tatuaje de dragón que le cubría todo el brazo, me miró y me dijo: "Si quieres ser como nosotros, tienes que sentir el dolor". La verdad, mi única experiencia con el dolor había sido perder a mi ex y bañarme con agua fría en invierno, pero le asentí con la cabeza, fingiendo entender.

​Me mostró una máquina que parecía la silla de un dentista, pero para bíceps. La llené de discos hasta que el entrenador me detuvo con una risa profunda.

​—Tranquilo, campeón. Para ser un verdadero gymbro, no solo necesitas la fuerza del cuerpo, sino la del alma —me dijo, palmeándome la espalda—. Prueba el press de banca. Es el ritual de iniciación.

​Llegué al press de banca, el altar principal del gimnasio. Los gymbros se turnaban para levantar un peso que parecía imposible. Con el corazón en la garganta, me acosté en la banca y, de manera muy optimista, puse un peso que no podía ni siquiera levantar. La barra bajó lentamente hasta mi pecho y se quedó ahí, atrapándome. Me sentí como si estuviera a punto de ser aplastado por mis propios sueños.

​—¡Ayuda! —chillé con voz de pito.

​El entrenador me salvó con una sonrisa condescendiente y me dijo: "Primero empieza con esto. Te ayudará a que puedas verte como yo", dijo mientras besaba uno de sus bíceps. Y me vendió unos sobres de proteínas y otros que no para qué eran. "Pero bueno", me dije, "yo no soy nutricionista, y si esto me haría por fin olvidar a mi ex, era necesario".

​La imagen del sobre tenía un fornido atleta, pues eso sería yo, dije. La próxima portada seré yo sin camisa... un objetivo que me haría mantenerme en el gym, olvidar a mi ex y ser la próxima cara del sobre de bebida... decía en mi mente mientras me preparaba aquel brebaje.

​Las instrucciones decían:

Verter el sobre en 450 ml de agua.

Agregar 1 huevo crudo... ¿un huevo crudo? Eso me dio un buen de asco, pero dije, "todo sea por mis objetivos...".

Licuar por 1 minuto, agregar leche y hielo al gusto...

​El siguiente sobre traía un té de bambú cúrcuma, este se veía bonito, traía un pandita comiendo bambú. Y por último, un sobre con un gel antioxidante... de qué era, no lo , las letras estaban en japonés.

​Me tomé el batido, seguido del té y el gel. Algo estaba por suceder en mi cuerpo, lo sentía, nuevos vientos se veían venir. "Pronto estaré ahí", decía yo. Me visualizaba en la cima del gymbronismo... De repente, algo crujió dentro de mí, como si me hablaran. "Qué raro", dije, y volvió a sonar, esta vez acompañado de un ruido abdominal. Y dije: "Aquí viene el poder. Ya siento que esto va directo a mi torrente sanguíneo". Y en efecto, iba directo, pero directo. El retorcijón que sentí, no lo había sentido ni cuando me tomé aquella sopa de leche en casa de mi tía. Algo empezó a luchar dentro de mí, y creo que iba perdiendo, porque el dolor que sentí no era nada agradable, mi estómago empezó a hincharse, y sí, nuevos vientos sí venían, y uno detrás del otro. Yo no tenía moto, pero parecía que arrancaba una... la corrida que me pegué de la sala al baño debió romper algún récord.

​Yo no si eso era una evacuación o un exorcismo. Creo que el animal que peleaba dentro murió, porque el olor era insoportable, y creo que su espíritu salió y lloraba en el aire... creo que ese brebaje ayuda, pero a ir a otro mundo rápidamente...

​Mis sueños de ser gymbro morían mientras raspaba las paredes con los dedos porque no me quedaban uñas. Por un momento, al menos sí olvidé a mi ex, ¿quién no lo olvidaría? Olvidé hasta cómo me llamaba... el dolor de cuerpo por el ejercicio y el dolor de estómago que me quedó por 3 días me hizo replantear el tema de ser gymbro. Mientras veía unos videos acostado incapacitado en mi cama surgió un video que decía:

​¿Tienes estrés? ¿Tienes tristeza? ¿Tienes decepción? Ayúdate en este magistral taller de porcelana zen. Ven y olvida tus preocupaciones en este centro de sanación mientras pintas porcelana y conectas con tu yo interior...

​Y así, con mis esperanzas puestas en un video de YouTube, me arrastré fuera de mi cama para buscar la siguiente "solución" a mi manual. Porcelana zen... ¿qué podría salir mal?




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