SINOPSIS

Min Yoongi es un idiota arrogante, un adicto al trabajo sin remedio y, para mi desgracia, mi irritante socio multimillonario. No lo soporto.
También es el padre de mi bebé.

Pero esperen, hay más. Porque Yoongi no es solo mi socio insoportable, también es el mejor amigo de mi hermano y mi enemigo jurado desde que tengo memoria. Sí, la vida no solo me escupe en la cara, también me da cachetadas de burla.

Trabajar con Yoongi es un suplicio. Sí, tiene cara de modelo— Porque claro, hasta la maldita evolución decidió que tenía que ser insoportablemente atractivo. — y una cuenta bancaria que podría comprar un país pequeño. Pero también ha convertido mi sufrimiento en su deporte favorito. Me bombardea con tareas de última hora, reuniones absurdas y cambios de planes que destruyen cualquier intento de vida social que me quede.

Desde que éramos niños, ha encontrado placer en hacerme la vida imposible. Si me veía feliz, lo tomaba como un desafío personal para arruinarlo. Si tenía un plan, él encontraba la forma de sabotearlo con una sonrisa de autosuficiencia que me daban ganas de meterle una patada voladora. Y ahora, el universo decidió que, de todas las personas con las que podía enredarme en una situación de este calibre, tenía que ser él.

Debería mandarlo al diablo. Y lo haré… justo después de cobrar mi jugoso bono por firmar nuestro contrato de sociedad. Porque una será tonta, pero no pobre.

Pero tras un día de trabajo infernal, una ruptura vía mensaje de texto (porque al parecer la decencia murió en el siglo XIX) y mi computadora decidiendo suicidarse en el peor momento, pierdo la paciencia. Así que, a las 11:59 de la noche del viernes, irrumpí en la oficina de Yoongi lista para decirle en su jodida cara lo que realmente pienso de él.

Solo que… bueno, digamos que las cosas se desvían un poquito.

Porque hay algo en encontrar a Jodido Pálido en una posición comprometida, gimiendo mi nombre con cara de pecado, que hace que cualquier discurso de dignidad se evapore más rápido que mi cuenta bancaria después del alquiler.

¿El resultado? Estoy embarazada.
¿Y Yoongi ? Ahora cree que es nuestro deber moral y financiero casarnos, como si estuviéramos en una novela de Vanny Ferrufino.

Ajá, claro. Prefiero vender mi alma en cuotas al diablo y dejarle el vuelto.