Manual para Sobrevivir (o No) Min Yoongi Myg

Capítulo 1

"Si los socios fueran una bendición, no existirían los abogados de negocios."
—Frase inspirada por el único idiota que logra sacarme de mis casillas, Min Yoongi.

Le demostraré que estaba equivocado.

Esa es la frase que me motiva cada mañana, especialmente un viernes cuando apenas dormí cuatro horas y el café de la mañana sabe a derrota. Pero no importa, porque me niego a dejar que Min Yoongi, el mejor amigo de mi hermano y mi enemigo jurado, piense que puede conmigo.

Él cree que todo lo hace mejor. Que su apellido abre puertas. Que su instinto empresarial es infalible. Y que, de paso, puede darme órdenes de último minuto solo porque "así funciona el negocio".

Pero yo también tengo un objetivo claro: demostrar que no necesito la fortuna de mi familia para triunfar. Por eso, cuando Yoongi me propuso unir fuerzas para crear nuestra propia productora musical, acepté. Pensé que podríamos ser un equipo funcional. Que podríamos encontrar talento, construir un sello sólido y, finalmente, ganar suficiente dinero para ser independientes.

Pero, claro, eso fue antes de que mi vida se fuera al carajo.

A las 7:45 de la mañana, espero el ascensor con una energía que raya en la desesperación. Tengo tres horas para terminar el presupuesto de la gira que Yoongi quiere revisar el lunes, pero que, por alguna razón, necesita ver hoy. Y sí, podía haberlo terminado ayer, pero resulta que también tengo vida fuera del trabajo. O al menos intentaba tenerla antes de que mi computadora decidiera suicidarse.

Mi teléfono vibra en el bolsillo. Un mensaje de mi papá.

—¡Feliz viernes, princesa!

Sonrío. Mi papá tiene la costumbre de enviarme un mensaje tres veces por semana, a veces más si está de humor.

Segundos después, llega una selfie suya.

Mi padre es un hombre práctico. "¿Para qué usar esas caritas amarillas si tengo cámara en el teléfono?" Me lo dice cada vez que intento enseñarle a usar emojis. En la foto, aparece sonriendo con su impecable traje de lino y el enorme ventanal de su despacho detrás. Se ve tranquilo, con esa seguridad que siempre ha tenido. Su expresión me calma. Es su manera de decirme que todo sigue en orden.

Mi madre no es de muchos mensajes, pero es de llamadas inesperadas y consejos directos. Crecí con el ejemplo de dos personas que nunca dependieron de nadie para construir lo suyo, y si algo heredé de ellos fue la determinación de hacer lo mismo.

—¡Te ves genial, papá! Aquí estoy yo esta mañana.

Me tomo una selfie rápida, asegurándome de sonreír para que sepa que estoy bien. Afortunadamente, el logo de la productora está en el fondo. Sé que le gusta verlo. Mis padres están orgullosos de cada pequeño logro mío. Celebraron cuando me aceptaron en la universidad, cuando conseguí mi primer trabajo en la industria musical y cuando fundé mi propia productora junto a Yoongi, aunque no tenían ni idea de quién era él.

Ojalá yo tampoco lo supiera.

El ascensor suena y las puertas se abren.

—Me tengo que ir. ¡Te quiero!

Agrego varios corazones y besos antes de guardar mi celular. Justo cuando subo al auto, llega otra notificación. Sonrío, pensando que es mi papá con algún comentario de última hora.

Pero mi buen humor desaparece en cuanto veo el remitente.

—¿Cuál es mejor? ¿Una mansión moderna en la ciudad o una casa clásica con jardines enormes?

Me adjunta dos fotos. La primera, una casa de tres pisos, completamente acristalada, con vistas a la ciudad. La segunda, una cabaña clásica con un jardín inmenso y un árbol frondoso justo en el centro.

Frunzo el ceño.

—¿Para qué es?

—No hay un motivo específico. Solo una idea que tengo en mente.

Oh, por el amor de Dios. Yoongi nunca hace preguntas sin razón.

—La segunda.

—¿Por qué?

¡Joder! ¡La pregunta inevitable!

—Me gustan los jardines grandes. Y si hay un palo de mango, mejor.

Su respuesta tarda unos segundos.

—¿Un palo de mango?

—Dan sombra, son bonitos y puedes recoger mangos cuando quieras.

—¿Y si la otra casa tiene un jardín en la azotea?

—No es lo mismo. Un palo de mango no cabe en una azotea.

Unos segundos de silencio.

—Interesante elección.

—¡Por fin algo en lo que estás de acuerdo conmigo!

Un emoji de pulgar arriba es su única respuesta.

Joder, mira esa actitud.

Resoplo y guardo el celular, sintiéndome satisfecha por haber ganado, aunque sea esta estúpida discusión sobre casas y palos de mango.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.