Manual para Sobrevivir (o No) Min Yoongi Myg

Capítulo 2

"Entre la emoción y la incertidumbre, solo el tiempo dirá qué descubro en este viaje."

Los artículos sobre las tendencias en la industria musical siempre generan debates encendidos. Algunos creen que la digitalización y la inteligencia artificial son la clave para el futuro de la música, mientras que otros temen que deshumanicen el arte. En cualquier caso, mi trabajo hoy era simple: revisar las condiciones del contrato de una nueva estrella prometedora con la que estábamos negociando y entregarlo antes de las seis.

Pero claro, la vida nunca es tan sencilla.

A las cinco en punto, Yoongi, mi socio en la empresa musical y ex rapero reconocido, decidió que necesitábamos un "pequeño ajuste" en los términos del acuerdo. Lo que realmente quería decir era: "Vas a reescribir la mitad del documento mientras yo finjo que soy indispensable en una reunión". Con cada minuto que pasaba, veía esfumarse la posibilidad de salir a tiempo.

Jimin me esperaba en la entrada del edificio con su eterna sonrisa y su ridícula camiseta que decía "El amor todo lo puede". Había insistido en que nos tomáramos un fin de semana en Guatapé para "desconectar y disfrutar del aire puro". La idea de pasar unos días juntos me llenaba de emoción. Quería aprovechar cada segundo a su lado, hacer recuerdos inolvidables y compartir todo lo que fuera posible con él. Pero algo en su actitud me hizo dudar. Sus gestos eran los mismos de siempre, pero había una rigidez en su mirada que no lograba descifrar.

A las 5:45 p.m., mi bandeja de entrada explotó con un nuevo correo de Yoongi. "Revisa la cláusula de exclusividad antes de enviar el contrato. No quiero sorpresas de última hora". Ese mensaje me hizo rechinar los dientes. ¿Cómo podía un correo tan breve encapsular tanta pasivo-agresividad?

Teclée con furia, revisando términos y ajustando las condiciones. Jimin llamó dos veces. No podía contestar. Si Yoongi decidía hacer otro cambio de último minuto, probablemente gritaría hasta que la computadora explotara. A las 6:02 p.m., finalmente envié el documento, cerré la laptop con un chasquido y corrí escaleras abajo.

Cuando llegué a la entrada, Jimin me recibió con su energía desbordante y un ramo de flores envuelto en un papel brillante que gritaba "alegría forzada".

—¡Vamos, amorcito! ¡Guatapé nos espera! Pero antes… ¿qué te parece si pasamos por una cerezada?

Mis ojos se iluminaron con la idea. Era una de esas pequeñas cosas que hacían especial nuestra relación, una tradición espontánea que nos encantaba compartir.

—¡Me encanta la idea! —dije, abrazándolo con entusiasmo—. Quiero hacer todo lo posible contigo este fin de semana.

Jimin sonrió, pero su mirada seguía ocultando algo. Algo estaba mal. No sabía qué, pero lo averiguaría pronto.

Me subí al auto con un suspiro, sin imaginar que este viaje no sería solo una escapada romántica, sino el principio de un cambio que no estaba lista para enfrentar. En cierta parte siento un nudo en el estómago, Jimin se encargo todo en este viaje... Yo no le ayude con nada

Respiro hondo y trato de no pensar demasiado. Abro Facebook solo por curiosidad, aunque no tengo tiempo para revisar videos divertidos o memes. Tengo demasiado en la cabeza ahora mismo.

—¿Has publicado mucho ultimamente?

Miro la pantalla de mi teléfono en silencio. ¿Se suele compartir todo lo que uno hace? Jimin sabe que apenas reviso mi cuenta, y solo la abrí porque insistió en que me uniera para "conectar con el mundo". Como si eso me diera una hora extra de sueño por noche.

—Publicar sobre nuestra relacion es romantico ¡Esta de moda!

Como si eso importara.

Una parte de mí se sorprende por la forma en que organizó todo sin decirme, pero otra más fuerte se siente emocionada. Es un detalle lindo que haya planeado algo especial para nuestro aniversario de seis meses, incluso si no lo esperaba. Tal vez este viaje sea justo lo que necesito para despejarme un poco

—Supongo que a la gente le gustó la idea de una escapada de fin de semana en Guatapé. Llené el tanque y compré todo lo que necesitaremos para hacer caminatas y cocinar en fogatas.

¿Senderismo? ¿Cocinar en fogata? Esto suena más a una prueba de supervivencia que a un viaje de descanso. Siempre pensé que unas vacaciones perfectas incluían un hotel frente al mar, masajes para parejas y servicio a la habitación, no pasar la noche en medio de la naturaleza. Se lo mencioné a Jimin alguna vez, pero debí imaginar que su idea de relajarse y la mía no iban a coincidir. Aun así, aquí estamos, con él organizando todo sin preguntarme… y yo tratando de convencerme de que esto será una aventura y no una pesadilla.

—Solo tienes que estar lista a las seis, te recogeré en la oficina —dice con entusiasmo.

—¿Qué? No tengo nada preparado para dos días de viaje. Necesito ir a casa a empacar.

—Entonces ve rápido a casa y toma algunas cosas. Te recojo allí. No hay problema.

Apoyo el codo en el escritorio y respiro hondo. Jimin siempre hace esto, lanza planes sin previo aviso, como si mi agenda no existiera. Pero, siendo honesta, esta vez no quiero decir que no. Aunque me asuste la idea de acampar, la emoción de salir con él pesa más. Solo hay un problema: mi jefe. Si decide asignarme algo de último minuto, todo este viaje podría quedar en el aire.

—Haré lo mejor que pueda, pero no garantizo nada. Sabes cómo es Yoongi.

—¡Es viernes! Y no cualquier viernes. Nuestro aniversario de seis meses es importante.

Me contengo para no suspirar. De inmediato, mi pantalla se llena de emojis festivos y corazones. Niego con la cabeza, divertida. Jimin tiene una visión de nuestra relación mucho más entusiasta que yo. Publicar cada detalle de nuestra vida no es mi prioridad, pero tampoco me molesta.

De todos modos, dije que lo intentaría, y eso haré. Al menos podré dormir en el auto mientras él conduce. Para no olvidarme, anoto "Viaje con Jimin" en mi calendario.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.