Algunos días después, Bong-Cha y Orvyn habían sido llamados por el General, quien deseaba verlos cuanto antes para un asunto de gran importancia. Los dos acudieron temprano para enterarse de que se trataba. El General se encontraba esperándolos, subiendo por las escaleras de piedra. En cuanto llegaron, este los llevó a un lugar más privado de su residencia para informarles lo que tenía que decir.
—Requería su presencia para una situación que no puedo dejar pasar por más tiempo. Comandante, usted bien sabe que envíe al Teniente Howard a Frostwake hace tiempo, y no he recibido noticias de él desde hace varios meses.
—Estoy al tanto de eso, General —respondió Orvyn.
—No he tenido suficiente información de Frostwake últimamente y el hecho de no saber absolutamente nada del Teniente me tiene intranquilo —continuó el General.
—¿Y qué es lo que quiere que hagamos exactamente? —inquirió Bong-Cha.
—Necesito que vayan a Frostwake junto con algunos de mis guerreros y busquen al Teniente. Díganle que debe regresar, y en caso de que no se encuentre con vida... consigan información sobre ese asunto. El Comandante te lo explicará en el camino -aclaró el General.
Bong-Cha asintió y se retiró junto con Orvyn.
—¿Frostwake? -preguntó.
—Es una isla congelada muy al Norte de Bronzeshore. Es árida y la temperatura desciende drásticamente, pero es un lugar pacífico, jamás se ha visto envuelto en alguna guerra. Hace tiempo, el General envió a Howard con algunos de sus hombres para investigar sobre una supuesta tribu que empezaba a surgir en Frostwake. Decían que eran salvajes y sangrientos. Pero tiempo después, dejamos de recibir noticias al respecto. Solo espero que no haya pasado nada grave —Orvyn le explicó.
—¿Cuánto tiempo nos llevará?
—El viaje es tranquilo, pero largo. Si queremos llegar lo antes posible, tendremos que salir esta tarde. Prepárate, lleva ropa que te mantenga caliente. Nos vemos en el puerto.
—Claro. Le avisaré a Shouta y a Agatha.
Dicho esto, Bong-Cha fue directo a la cantina de Astrid. Esta estaba ahí, atendiendo a algunos clientes. La joven aprovechó para informarle de su repentino viaje.
—Astrid, debo hablar contigo un minuto.
—Te escucho.
—El General quiere que vaya a Frostwake, también el Comandante y algunos de sus hombres. No sé cuánto tarde, tengo entendido que no es un viaje corto —informó Bong-Cha.
—Oh, wow, no creí que el General te solicitara algo así tan pronto. Debe ser importante —Astrid sonó sorprendida.
—Así es, tendremos que partir esta tarde.
—Ya veo. En ese caso te deseó suerte, a ti y al Comandante, y a quienes los acompañen. Frostwake es un lugar seguro, pero aun así deben tener cuidado. Y deben cubrirse bien del frío, llévate todo lo que necesites, Bong-Cha.
—Gracias, Astrid. Iré a preparar todo y después le avisaré a Agatha.
Así lo hizo. Bong-Cha tomó todo lo que supuso que necesitaría dado lo que había escuchado acerca de Frostwake. Posteriormente, decidió acudir primero al Maestro Shouta. Ella tomó su bote de remos para dirigirse a la Isla Silenciosa. Dejó el bote en la orilla al llegar a su destino.
—¡Shouta! ¡Debo hablarte ahora! —exclamó adentrándose en la isla.
El antiguo guerrero salió de su cabaña poco después de escuchar su llamado.
—¿A qué se debe tu presencia en una hora tan temprana, jovencita? —este preguntó.
—Partiré a Frostwake a petición del General Drogo. No podré venir en algunos días...
—Tu camino hacia lo que buscas está empezando. Una gran vida te espera allá afuera en las aguas. Ya has dominado el poder de la Sombra que llevas dentro. Si el destino decide que vuelvas, te ayudaré a seguir desarrollando tu magia. Pero si tiene otros planes para ti, la enriquecerás y fortalecerás con el tiempo.
—Volveré, lo prometo.
El Maestro hizo una inclinación hacia ella.
—Buen viaje, joven guerrera. El mar te mostrará tu camino.
Bong-Cha le correspondió el gesto con una inclinación de su parte y regresó tan pronto como pudo a Bronzeshore. En cuanto estuvo de vuelta, se sorprendió al ver a Agatha cerca del muelle como si la estuviera esperando.
—¡Bong-Cha! -exclamó corriendo en su dirección —¿Es cierto que irás a Frostwake?
—Si, justo iba a avisarte al respecto.
—No es un viaje corto. Lo sabes, ¿verdad?
—Si, ya me lo han dicho un par de veces. Pero tranquila estaré bien.
—Yo sé que sí, pero aun así temo por ti... y por Orvyn.
—No tienes por qué. Además... tengo algo que me ayudará contra cualquier adversidad —Bong-Cha bajó un poco la voz.
—¿De qué hablas? —su amiga la miró extrañada.
—Magia —dijo Bong-Cha.
Agatha se quedó con la boca abierta.
—Eso es increíble. Aunque claro, tú serías el tipo de persona que claramente recibiría alguna magia. ¿De qué es?
—Sombra. Y he aprendido a controlarla desde hace un tiempo.
—Wow. Bueno, con eso sin duda no serás quien le tema al mundo, el mundo te temerá a ti.
—Ja. De cualquier modo, Agy, tengo que pedirte que no hables de eso con nadie, prefiero mantenerlo en privado el mayor tiempo posible. No quiero más atención de la que ya tengo por ahora.
—Claro, cuenta conmigo.
—Gracias Agy. Ahora... ¿Quieres despedirte de Orvyn?
Bong-Cha notó como su amiga se sonrojaba.
—Claro —dijo esta después.
Las dos fueron al puerto. Orvyn y sus hombres se encontraban subiendo al barco. El Comandante, al ver a las chicas, fue directamente a ellas.
—Todo listo, podemos partir.
—Cuídense -dijo Agatha.
Orvyn la tomó delicadamente de la mano para darle un beso. La chica sonrió con timidez.
—Estaremos de vuelta cuando menos te lo esperes —agregó él.
—Estaré esperando —respondió ella.
Después, procedió a darle un fuerte abrazo a Bong-Cha, quien se lo correspondió con cariño.
—Te voy a extrañar —susurró.
—También yo.
Bong-Cha subió al barco siguiendo a Orvyn y se despidió de su amiga mientras la nave zarpaba para centrarse en el mar. Tal como había dicho Shouta, su travesía estaba empezando, y algo le decía que ese viaje le ayudaría a encontrar respuestas. El mar la llevaría a su destino.
Editado: 30.12.2024