Yeong-Seok abrió los ojos y bostezó. Sin levantarse miró un poco a su al rededor y se percató de que sus compañeros tripulantes de la Perla Roja estaban dormidos, algunos en el suelo y otros en sillas.
—Agh, mi cabeza... ¿Qué pasó? —se preguntó.
En eso, se dio cuenta de dónde estaba recostado.
—¡Ah! —gritó y se apartó rápidamente.
Su grito despertó a Hinata y posteriormente a Bong-Cha, Jang-Seo y el resto de los que se encontraban ahí.
—¿Quién grita tan escandaloso? —Ronald se incorporó.
—¿Qué está pasando? ¿Qué es todo esto? ¡Alguien explíqueme! —Yeong-Seok se agarró el cabello, luego volteó a ver a Hinata —Ay no... Hinata...
—Cálmate. Estabas ebrio y te quedaste dormido —dijo Hinata.
—¡Dormí contigo, Hinata!
—¿Quién durmió con mi hermana? —preguntó Haruto algo alterado.
—¡No es lo que parece!
—¡Bong-Cha! —se escuchó un grito de Jang-Seo, quien cayó al suelo después de eso, dándose un buen golpe en la cabeza —¡Carajo!
—Creo que esto será igual de caótico que lo de anoche —señaló Bong-Cha.
. . .
En las últimas semanas, Asdis había ayudado a Lance a llevar a su familia a Stepshell, donde estarían seguros, ya que en Ravnensland podrían perseguirlos por lo que había hecho él junto con las dos chicas.
Aquella era una mañana más fría que de costumbre, aún en ese invierno. Stepshell, de todos modos, era un lugar acogedor y cálido para convivir. Sin embargo, esa fría mañana estaba también llena de alboroto en la calle principal.
—¿Qué está pasando allá? —preguntó Hanah.
—No lo sé. Voy a ver que sucede —dijo Asdis.
—Yo voy contigo —Hanah se apresuró.
Ambas salieron a la calle principal, donde toda la gente que se encontraba ahí comentaba y preguntaba sobre un reciente suceso.
—No sé qué era, sucedió en la madruga, mi hijo lo vió y me llamó. Apenas alcancé a verlo.
—¿Y cómo que era?
—No lo sé, era muy extraño, apareció entre las nubes, como un relámpago púrpura.
—¿Magia tal vez?
—No lo sé. Era tan extraño.
Asdis se acercó seguida de su amiga con las personas que conversaban cerca.
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó.
—¿No lo vieron? En la madrugada apareció una forma extraña y púrpura en el cielo. No sabemos lo que era, pero parecía una especie de araña.
—¿Araña? —repitió Asdis.
—Si, algo así, como una araña.
—Araña... !Una araña! ¡Hanah, una araña!
Asdis tomó a su amiga del brazo y regresó a la casa con ella. Entró rápido.
—¿Asdis?
—La araña, la araña púrpura. ¡La Orden de Rava! Es el símbolo de la Orden de Rava. Ya no van a esconderse, hicieron eso para hacer notar su presencia. ¿Pero dónde están ahora? Tienen muchos líderes alrededor de estos mares en diferentes islas y la Marina está con ellos. Su líder mayor es es Rey Adhemar, pero... ¿Quiénes son los demás?
—Asdis, tranquila, te estás alterando mucho. Explícame de una manera que pueda entenderlo mejor —Hanah la tomó de los hombros.
—El Rey Adhemar es el líder mayor de la Orden de Rava...
—Si, eso lo sé, me lo dijiste cuando nos encontramos en Ravnensland. Pero no entiendo porque la Orden de Rava querría hacerse notar, eso va contra todo lo que intentaban hacer. Se suponía que trataban de mantenerse ocultos, actuar desde las sombras.
—Lo sé, también me genera muchas dudas, ¿qué tratan de hacer? ¿Qué planean? Deben estar cerca de ahí, en un lugar donde sea difícil encontrarlos... quizás... Eso es ¡la Isla Hueso!
—¿Isla Hueso? ¿Eso existe?
—Si, es una isla pequeña cerca de aquí, completamente deshabitada. Si la araña se pudo ver claramente desde aquí, debieron haberlo hecho cerca. Y la Isla Hueso es el único lugar cercano que la Orden de Rava podría ocupar. Tengo que ir ahí.
—¿Qué? No, espera. ¿Vas a ir directo a donde están ellos? ¿Enserio, Asdis? —Hanah la tomó rápidamente del brazo antes de que pudiera irse —Si vas allá te matarán.
—¿Vienes conmigo entonces?
—¡¿Qué?! ¡Pero tú estás loca!
—Voy a ir a esa isla, Hanah, contigo o sin ti.
—No, no vas a ir ahí.
—Si lo haré. Quiero detener todo lo que está sucediendo, quiero que Ravnensland vuelva a ser lo que era antes, y para eso, la Orden de Rava tiene que caer.
—Lo entiendo, si, está bien, pero... debemos tener alguna especie de plan primero. No sabemos a que nos estaremos enfrentando.
—Si, si... creo que tienes razón.
Esa misma noche, Asdis esperó a que su amiga durmiera, igual que Lance y toda su familia. Hanah tenía razón, no sabía a lo que se enfrentaría si iba a la Isla Hueso, pero ella si. Ya había luchado contra Lord Carolus, aunque no sola. Pero no podía ir a buscar a Bong-Cha y los demás. Tardaría demasiado en llegar a las Tierras Orientales. Tomó la decisión de que se iría ella sola para no poner a nadie en peligro.
Agarró sus armas, incluyendo la espada de su padre. Saliendo cuidadosamente de su habitación, pasó a ver a Hanah sin despertarla. Soltó un suspiro.
—Lo lamento, Hanah, pero no puedo arriesgarte a ti ni a nadie —murmuró antes de irse.
Salió de la casa y se dirigió inmediatamente al puerto para tomar su velero. La noche era tranquila aunque bastante fría. Sin embargo no había viento que soplara y la marea estaba controlada, por lo que sería fácil y rápido llegar a la Isla Hueso. En cuanto llegó, ancló el velero discretamente y empezó a caminar al interior de la isla. Al principio estaba algo confundida, pues no escuchaba ni veía a nadie, todo estaba demasiado callado, y eso también lo hacía bastante inquietante. Ya cerca del otro extremo de la isla, alcanzó a escuchar algunas voces no muy lejos. Apresuró más el paso y desenvainó su espada, acercándose cada vez más. Se agachó y se ocultó detrás de unos arbustos altos. Desde ahí pudo ver a algunas figuras encapuchadas y una fogata. Estaban hablando, pero estaban muy lejos como para poder entender lo que decían. Sin levantarse del suelo, Asdis avanzó un poco más hasta unas rocas, pero aún así no lograba entender nada. Pensó un poco en que podría hacer para acercarse más sin que se dieran cuenta de su presencia. Poco después un par de encapuchados más llegaron, llevando con ellos a otra persona a la fuerza. Un chico joven golpeado y sangrando. A este lo lanzaron frente a los otros que estaban sentados junto a la fogata. Asdis se agachó más para no ser vista, mientras observaba como un hombre alto con el símbolo de la araña púrpura en la capa se acercaba al joven con su espada en mano.
Editado: 30.12.2024