Mar Arcano

Capítulo XXXVIII

—Bien, la entrada que utilizaremos está bajo el agua. Síganme y no se separen. Más vale que puedan aguantar la respiración, el camino no es exactamente corto —dijo Jang-Seo a sus acompañantes.

Todos asintieron. Sin decir una sola palabra, siguieron al Capitán en cuanto este se echó al agua. Pasaron por debajo del muro y entraron en una especie de túnel que los conduciría al interior de la fortaleza. Estaba tan oscuro que casi no podía verse nada, solo se guiaban percibiendo a los demás, por lo que se mantenían juntos. Afortunadamente, luego de casi tres minutos, encontraron una cámara de aire, donde pudieron recuperar el aliento y respirar un poco antes de continuar.

—¿Están todos bien? —preguntó Jang-Seo.

—Si, Capitán, estamos bien —contestaron sus guerreros.

—Perfecto, sigamos.

Se sumergieron de nuevo detrás de Jang-Seo, quien trataba de avanzar rápido para salir de ese túnel cuanto antes, pero siempre asegurándose de que lo seguían y no se quedaban atrás. Las estrechas paredes de roca se encogían cada vez más, haciendo difícil que pudieran avanzar más deprisa, hasta el punto en que apenas cabían uno detrás del otro. Bong-Cha esperó que no faltara demasiado para salir de ahí, se estaba cansando de aguantar la respiración y ya sentía la necesidad de tomar aire. Sin embargo, se mantuvo cerca de Jang-Seo con Zelda detrás de ella. Para su fortuna, a los pocos minutos tocaron pared, lo que significaba que ahora debían subir. Un destello de luz los guió hasta que alcanzaron la cima del túnel, donde había aire de nuevo y una escalera pegada a las rocas. Con su tripulación y Bong-Cha a la saga, Jang-Seo subió por la esclera. Movió un par de rocas por donde se colaba ese pequeño rayo de luz, abriendo un espacio para que pudieran entrar. Revisó que no hubiera guardias cerca y cuando estuvo seguro de que entrarían sin problema, pasó por el agujero, llegando a un pasillo largo y vacío, con paredes de piedra y solo algunas antorchas iluminando.

Bong-Cha entró en la fortaleza después de Jang-Seo, seguida de los otros. Una vez que estuvieron todos en aquel pasillo, Ae-Cha hablo.

—¿Qué hacemos ahora, Capitán?

—Esperaba esa pregunta. Vayan y abran las celdas, hagan explotar lago, no sé, diviértanse —dijo Jang-Seo con una sonrisa de satisfacción —No todos los días entramos al lugar más secreto del Mar de Bronce. Y si de casualidad encuentran algo que tenga que ver con la Orden de Rava, avísenme de inmediato.

—Entendido, Capitán —exclamó Ronald.

Todos se dispersaron en diferentes direcciones, excepto Bong-Cha, quien se quedó de pie junto al joven Capitán.

—Presiento que esto no saldrá bien... —masculló ella.

—Tranquila, sé lo que hago. Si pude entrar y salir más de una vez de Silvermill, podemos hacer lo mismo aquí. No conoces por completo a mis muchachos, son más rudos de lo que aparentan —aseguró él.

—Enserio espero que tengas razón.

—Venga, busquemos algo sobre la Orden, estoy seguro de que hay algo en esta fortaleza.

Bong-Cha suspiró y sin más remedio siguió a Jang-Seo en dirección a una de las dos puertas del enorme pasillo de piedra. Antes de cruzar por la puerta, este se cubrió el rostro con una bufanda para evitar que lo reconocieran y alistó su pistola. Luego dirigió su mirada a Bong-Cha. Ambos asintieron con determinación y abrieron la gigantesca puerta de madera de un solo golpe. Al otro lado, los guardias de la Legión del Cuervo discutían con sus armas en mano.

—¿Qué tal, palomitas? —dijo Jang-Seo y lanzó un disparo al aire.

—Ahí está su Capitán —gruñó uno de los guardias.

Los ojos del chico brillaron con su color amarillo y ágilmente empezó a pelear contra los guardias, con la ayuda de Bong-Cha, quien no se detenía ni por un segundo. Su gran hacha incluso rompía las espadas de los soldados si golpeaba con suficiente fuerza.

—¡Hisako! —Jang-Seo gritó al cabo de unos minutos y le hizo a ella la seña de que lo siguiera.

Esta así lo hizo. Tomaron uno de los dos caminos en los que se dividía ese pasillo, el cual los condujo a una serie de celdas abiertas, con candados rotos y sorpresivamente sin guardias.

—¡Vaya! Tal parece que los chicos se la andan pasando bien.

Antes de que pudiera decir algo más, Bong-Cha lo jaló del brazo hacia una de las celdas al escuchar que los guardias venían tras de ellos. Las sombras les ayudaron a esconderse.

—¿A dónde se fueron? —preguntó un guardia.

—No pueden haber ido lejos. ¡Encuéntrenlos y llévenlos con Lord Maximus! —ordenó otro.

Dicho esto, los guardias se dispersaron sin siquiera pensar en que podrían estar en ese mismo lugar. Los dos Capitanes salieron de las sombras cuando todos los guardias se hubieron ido.

—¿Crees que Lord Maximus tenga algo que ver dentro de la orden? —inquirió Jang-Seo.

—Estoy segura de que sí. Vamos, busquemos más información, no nos queda mucho tiempo antes de que envíen guardias de Ravnensland —ella sonó mucho más segura que al principio.

Juntos pasaron al otro pasillo, el cual era sumamente parecido al primero, excepto que más pequeño. Al acercarse al otro lado, escucharon voces provenientes de guardias.

—Son ellos, trabajan juntos...

—La llamó Hisako, pero no sabemos quién es él.

—El Colmillo Escarlata, claro. ¿Quién más podría ser?

—No lo sé, cualquier otro capitán pirata.

—Es el Colmillo Escarlata, puedo jurarlo. Y con ambos este lugar corre peligro.

—Al menos ahora sabemos que la Emperatriz de los Mares está viva.

—¿Entramos? —Bong-Cha preguntó al oír la conversación.

—Espera —dijo él dando algunos pasos atrás —Mira allá arriba, debe ser una entrada secreta que nos lleve por arriba, así podremos evitar a los guardias.

—Perfecto. Ayúdame a subir.

Ella se hizo para atrás, luego corrió hacia él, quien ya estaba preparado para sujetar su pierna. Bong-Cha se impulsó y logró agarrar la orilla de la pequeña entrada. A continuación, le dio la mano a él para ayudarle. Una vez que ambos estuvieron arriba, tomaron un respiro. Podían ver a los guardias debajo de ellos. Lo único que había ahí arriba para poder pasar, eran unas tablas de madera rotas y con apariencia poco resistente. Los guardias continuaban hablando.



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En el texto hay: fantasia, piratas, amor

Editado: 30.12.2024

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