'Sobrecarga'
Jason.
Han pasado dos días desde mi coronación y estoy deseando morirme ya para quitarme este peso de encima.
Dios, ¿en qué momento anhelé esta carga tan horrible? Me arrepiento en toda regla.
Papeles de aquí para ella, que si <<Jason, hoy a las 15:00 rueda de prensa para desmentir lo uno>>, que si <<Jason, hoy a las 17:00 entrevista con Guinea País para lo otro>>
¡Que me dejen en paz, por Dios!
Si sumamos todas las conspiraciones que ahora rodean nuestra monarquía; la muerte de mi padre, la muerte de Puntresh y Drake, la muerte de Gilda, la desaparición de la madre de Dakota, que sería la reina madre...
Maldición, ¿en qué momento deseé todo esto? Lo maldigo mil y una veces.
<<Papá, revive y llévate todo esto contigo. ¡Te tenías que morir en el peor momento!>>
Respiro profundo, tratando de calmarme y quito el papel de mi mesa revelando otro.
<<Revisión del personal de las Fuerzas Armadas, día 18 de junio a las 15:55 en el Pabellón del Ejército Guiénes.>>
Firmo confirmando mi asistencia y lo envío por el artilugio nuevo que me llegó el otro día, el fax.
Pongo el número del Pabellón del Ejército Guiénes y lo envío a su secretaría por el artilugio.
Me sobo las sienes cuando comienzan a dolerme. Trato de consolarme repitiendome a mí mismo <<Vas a acabar con Hemsworth más fácilmente, Jason, calma...>>
Me convenzo de ello y suspiro, pero salgo de mi intento de volverme zen cuando la puerta de mi despacho se abre dejándome ver a Johannes Avik, que viene con más papeles.
—Maldita sea, Johannes. —me quejo al verle. Cierra la puerta detrás de sí. —¿Tienes mil años y no te cansas de andar de aquí para allá con mil papeles?
—Tengo sesenta y dos, listo. Y no, no me canso. Estoy mucho mejor que tú, por lo que veo.
—Menos burlas, querido carcamal. —me hace una mueca fastidiosa. —Joder, ¿por qué ser rey es tan duro?
—Mmmm, no, no es tan duro cómo parece. —se sienta en frente mía. —Sólo que tu padre se ha muerto en la peor época y te has tragado todo el cúmulo de cosas.
—Pues que bien...
—Realmente no es tanto. Quítale todos los papeles de entrevistas y ruedas de prensa con amarillistas y verás.
—Osea, el ochenta y cinco por ciento de los papeles.
—Pues eso. —me guiña un ojo, dejándome otros dos papeles en la mesa. —Esto no es nada de amarillistas, es que estamos buscando amas de llaves después de lo de... —carraspea. —lo de Gilda.
Me señala unas fotos de unas jóvenes en el papel y sus características más destacables al lado, y luego lo levanta, enseñando un contrato sin nombres y vacío.
—Estas son las candidatas que tu padre eligió el mismo día que se murió, y por lo tanto, debes elegir una de ellas para que trabaje aquí tal y cómo lo hacía Gilda.
Echo una ojeada, viendo las fotos.
Rosaura. 21 años. Proveniente de Medellín, Colombia. Apta.
Paso mi mirada a la mujer de la foto de abajo.
Lucy, 24 años. Proveniente de Virginia, Estados Unidos de América. Apta.
Madre mía, esta chica parece un muerto. No, no. Que miedo me daría trabajar con una mujer así diariamente.
Elene, 31 años. Proveniente de Tbilisi, Unión Soviética. Muy apta.
Mmmm, wow. Esta mujer tiene cara de tener gran carácter, está muy seria en su foto y aparte pone que es muy apta. No hay más fotos, luego está simplemente el contrato.
Seguramente elija a la soviética pero nada más por el recalco de 'muy apta', que está en cursiva además.
—¿Esto para cuando es? —miro a Johannes.
—Pues cuanto antes, mejor. Yo no me voy a poner a limpiar.
Lo miro con fastidio y sale de mi oficina cerrando la puerta.
⟳
El dolor de cabeza no me ha abandonado en todo el maldito día.
Acomodo las gafas tratando de que nadie me reconozca por la calle; lo último que quiero ahora es ponerme a saludar fans de la monarquía ni mucho menos.
Suspiro y sigo andando por la entrada de la Capilla Hellstrom, que está al lado del Palacio de Roques, dónde está mi padre siendo velado hasta precisamente mañana, que será enterrado. ¿Cómo debería tomarme eso? Pues no sé, sí soy sincero. Era mi padre, le quería, no puedo negarlo evidentemente, a pesar de todo lo que hizo en vida. Sólo que su muerte me pareció demasiado extraña. ¿Morir así de repente y en medio del castillo?
Estoy seguro de que hay algo detrás, estoy arrepintiéndome por momentos de no haber hecho la autopsia.
Por otro lado, el cadáver de Tennia sigue en aquellas rocas, no tardarán mucho en encontrarla pero dudo que nos inculpen, ¿que demonios? Soy el rey.
Entro a la capilla Hellstrom, que precisamente hoy está vacía, ya que mañana será enterrado y hay que preparar todo. Ando hasta el féretro de mi padre, que está apoyado horizontalmente sobre una mesa en el lugar donde los curas dan las misas.
Me siento en las banquetas más cercanas a él; así sentiré que estoy relativamente cerca de él.
Pero mi tranquilidad dura poco cuando oigo una voz alterarme con ese deje francés.
—Mañana es el entierro, rey. —murmura al que reconozco con oír sólo su voz, que ya se me hace estridente; Bissous. Me giro para mirarlo, acercándose a mí. —¿Cómo se siente?
Lo miro con cierto desdén, pero relajo mi expresión. Lo cierto es que en esta semana le he cogido un mínimo de aprecio a este gabacho.
—¿Ahora eres psicólogo licenciado?
—Ay, Jason, porfavor. Desde que nos conocemos hemos tratado esto de una manera... profesional, no sentimental. Desahogate conmigo, anda. Eso sí, no lleguemos a las manos, vivo de mi cara. —río ante su tonto comentario y se sienta a mi lado.