'Redención'
Jason.
19 de junio.
Entro acelerado por la puerta del Palacio. No me han gustado nada esos sonidos extraños que he percibido al entrar por la puerta. Son los típicos sonidos fantasmagóricos de película de Hollywood, pero sonaban demasiado reales.
Dirás, <<¿de verdad crees en esas cosas?>>, y si bien es cierto que no soy fan del espiritismo, tampoco soy un gran defensor de la burla contra este tipo de cosas. Respeto y ya.
Pero creo que es mi redención.
Cierro la puerta detrás de mí, exaltado.
¿Qué demonios está pasando?
—No me gusta esto. —murmuro para mí mismo, el aura que rodea el Palacio con las luces apagadas es realmente tenebrosa.
Ando por las escaleras, subiendo a mi habitación. Allí, me siento en la cama pero siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Me toco el cuello, tratando de aplacar esa brisa fría. Me giro, viendo que la ventana del cuarto está cerrada a cal y canto.
Me acerco hasta ella, comprobando que está cerrada. Aseguro el pestillo, girándolo hacia bajo con fuerza.
—Bien... —titubeo para mis adentros, sin embargo, la puerta del cuarto se abre de golpe chocando contra la pared. Me muevo hasta allí ligeramente. —¿Dakota?
No recibo respuesta y pregunto de nuevo.
—¿Johannes?
No hay contestación y la puerta se cierra de golpe de nuevo y otra brisa fría recorre mi espina dorsal. Me giro para encontrar la ventana abierta de par en par.
—¿Qué mierda está pasando? —hablo en voz alta, me giro y veo otra vez la puerta.
<<Madre mía, un poltergeist.>>
—Jason... —una voz abismal retumba por la habitación y no puedo evitar asustarme.
—¿Sí? —contesto inconscientemente. Me siento en la cama y miro hacia todos lados.
—¡Tío Jason!
Esa voz me hiela los huesos, todo mi cuerpo comienza a temblar cuando esa voz de niño que reconozco a la perfección suena por el cuarto. <<Mierda, mierda, mierda...>>
—P-Puntresh...
—¡Tito! —vuelve a decir.
—¿Jason?
Ahora es la voz del conductor la que oigo. Mierda.
<<Me están atacando todos>>
Trago con fuerza y en ese preciso instante, las luces se apagan del todo y quedo completamente a oscuras.
—¿J-Johannes...? —lo llamo inconscientemente.
Nada más la última letra sale de mi boca y mi corazón late frenético, en ese instante se dibuja la cara de Tennia Hemsworth lanzándose contra mi en la oscuridad, perdiéndome cuando caigo hacia atrás por la fuerza que ejerce. El resto de voces forman una algarabía que me torturan durante rato junto a los gritos de <<¡Maldito seas, Jason! ¡Sufrirás por lo que me hiciste!>> de Tennia Hemsworth.
Siento que me desmayo cayendo sobre el colchón.
⟳
—¡Joder! —me despierto al instante. El corazón me late rápido, me tapa los oídos y estoy sudando frío. A mi lado, dormida plácidamente.
<<Maldición... he tenido una pesadilla.>>
Con cuidado de no despertar a la fiera, salgo de la cama poniéndome mis chancletas. Ahora ya no podré dormir, me conozco y estoy seguro de ello.
Salgo de mi cuarto y bajo las escaleras, dirigiéndome a la cocina.
Todo está en silencio y oscuro, únicamente el atisbo de luz por las ventanas que entra me deja ver algo.
Ando hasta el fregadero, tomando un vaso del escurreplatos y llenándolo de agua.
Doy un trago largo, el líquido insípido pasa por mi garganta refrescándome al instante.
—Auf... —bufo, sin embargo, un ruido me distrae. Un sonido de choque al lado de la gran puerta de la cocina me saca de mis pensamientos. —¿Dakota? —pregunto, acercándome lentamente. —¿Johannes?
El sonido se deja oír de nuevo, ahora cómo sí alguien buscara fuera en los cajones.
Cojo una sartén en señal de defensa, acercándome ligeramente agachado hasta la puerta. Cuando llego, abro la puerta adelantándome a los movimientos del fantasma, tirando una patada que manda a volar mi chancleta.
—¡Fuera! —grito, pero me detengo al ver a Johannes mirándome, extrañado.
—¿Qué demonios estás haciendo? —pregunta, parpadeando varias veces.
Retomo mi posición normal bajando el pie desnudo al suelo.
—Pensé que... —carraspeo. —eras un ladrón.
Ladea la cabeza y rueda los ojos con desdén. Está con su pijama azul a rayas y su gorro largo, con un pompón al final del mismo tono de su pijama.
—¿Qué haces despierto?
—Estás ridículo. —me burlo. —Pareces un duende.
—Y tú un macarra de película de Hollywood en pijama, y no te digo nada. —me miro a mi mismo, observándome mi camiseta blanca con motas negras y el pantalón corto. —¿Qué haces despierto? —repite la pregunta.
Miro hacia varios lados antes de dirigir mi mirada hacia arriba, tratando de encontrar una mentira que decirle.
—Nada, me desvelé y vine a por agua.
—Estás mintiendo.
Me hago el ofendido.
—¿Qué? ¡No! —niego.
—Has mirado hacia arriba antes de hablar, eso quiere decir que estás mintiendo.
<<Cómo te conoce..>>
—He tenido una pesadilla con Puntresh, Lander... —decido dejar de mentir y le digo la verdad. —Que me perseguían, abrían y cerraban puertas y ventanas...
—Se llama remordimiento. —me interrumpe el anciano. —Es tu redención por lo que hiciste y probablemente vivas con eso hasta el fin de tus días.