Mar de Corazones [2]

CAPÍTULO 17

Aviso: Recordad que en este libro, desde el principio, dije que las moralidades de cada personaje se podían poner mucho más cuestionables. Simplemente tened eso claro; esto es una guerra y hay que pensar lo mejor para cada uno, no hay que ser completamente empáticos si se quiere vivir.

'Viperino'

Angus.

—¿Qué tienes planeado para él, Anders? 

Cuestiono mientras Marylin se pasea por mis brazos. El capitán se acerca rozando la cabeza de mi animal mientras me rodea el cuello por detrás, tal y como siempre lo hace. La serpiente acepta el tacto del capitán con gusto; cosa extraña, ya que hay algunos de mis tripulantes incluso de los cuales no acepta cercanía.

—Creo que Marylin puede sernos de ayuda en esto, Salvatore. 

Hace dos días llegamos de la misión de los indígenas, hoy es 24 de agosto y Alex Monrovell, el partido político que el rey apoya abiertamente.

—¿Vamos? —murmuro y Marylin sisea con la lengua. 

Nos adentramos al sótano donde, encadenado a una cama, se encuentra el presidente del partido político de ultra derecha LIX. Seguimos tratando de sacarle información sobre si Jason tiene algo que ver, pero no a abierto la boca.

Anders nos ha prohibido matarlo; necesitamos que hable y es cierto que al tener tanta importancia en la política, puede darnos la oportunidad de hacer muchas cosas.

—No podemos matarlo. —me susurra Anders mientras nos acercamos. —Puede ser nuestro pase a grandes cosas.

Llegamos hasta el colchón amarillento donde Alex Monrovell descansa. Está encadenado a la pared de pies y manos. Su ropa es la misma desde hace tres días, suelta un hedor que aún no es demasiado notable y tiene varios cuencos con comida y agua al lado; está encarcelado como un animal de selva.

—Maylin, —susurro al animal que me mira con sus ojos viperinos. —haz lo tuyo.

Descargo el animal sobre el colchón, y serpenteando con rapidez, la boa constrictor se coloca en su cuello, juntando su cabeza y la parte final de su cola alrededor de su cuello. Comienza a pasear la lengua por el cuello del político; es muy lista, sabe que está dormido y la baba es lo que lo despierta.

Choco los puños con Anders mientras el político trata de quitarse el animal del cuello, pero las cadenas no se lo permiten.

—¡Cabrones! —nos grita pero Marylin comienza a apretarse contra él. El paso del aire se le corta y abre la boca en busca de oxígeno, pero la serpiente sigue dando vueltas dejándolo lleno de saliva. —¡Parad!

—Habla y no acabarás asfixiado. —musita Anders. La serpiente sigue apretando y Monrovell abre los ojos como si se le fueran a salir. —¿Jason tiene algo que ver con vuestro campamento de esclavos?

Alex no dice nada, simplemente toca la serpiente tratando de que no lo asfixie, pero no le sirve de nada. No contesta, no da una respuesta concisa tan simple como el 'sí' o el 'no' y cada vez pierde más color para ganar uno más azulado.

Me acerco hasta él tomándolo del nacimiento del cabello.

—Marylin, que así se llama, —le hablo de frente. —ha terminado con muchas vidas y no le sería un problema terminar con la tuya. —la serpiente sisea dándole el énfasis a la conversación. —Habla, di lo que tienes que decir o mi boa te ahogará entre sus escamas. —saco un reloj de mi bolsillo, mostrándole el contador. —Aproximadamente cinco minutos aguantarás. Tic, tac. Te quedan 3.

Pasan unos minutos hasta que su tono es azul, parece un pitufo y Anders me toca el hombro.

—Quítasela.

Marylin se ha dado más de treinta vueltas alrededor de su cuello y la aparto cuando le toco la cabeza. Se desenrosca con facilidad dejando pasar el aire. Monrovell retoma su antiguo color, deja de estar azul, las venas de su cuello se deshinchan, y respira tranquilo de nuevo. 

Respira agitado y toma el oxígeno como si se lo fueran a quitar.

Miro al capitán Hemsworth; sus ojos transpiran rabia y se acerca hasta él lanzándole el puñetazo en el estómago que le roba el aire. Se retuerce en el colchón, comienza a toser y mancha sus aposentos con la saliva que dispara por la boca.

—Mira, hijo de puta, —lo toma del pelo haciéndole mirarle a la cara. Sus expresiones transpiran ira y me da miedo hasta mí. —encima de que tenías personas esclavizadas en nefastas condiciones, no tienes los cojones de entregar a quiénes trabajaban contigo. —le echa la cabeza hacia atrás con fuerza. El hombre gimotea de dolor cuando su cabeza choca contra la pared. —Eres una mierda.

Anders le propina una patada en el estómago, se queda sin aire de nuevo y le da el golpe que lo lleva al suelo del colchón. 

—Anders. —lo llamo pero no me atiende, dándole otra patada más. —Anders. —me acerco hasta él, que le propina una patada más y lo tomo por detrás. —¡Anders!

Logro aparte entre sus movimientos tratando de zafarse de mi agarre. Consigo, seguido de Marylin, llevarlo escaleras arriba del sótano.

—¡Anders! —trato de sacarlo del estado de ira máxima en el que se ha metido. Lo zarandeo pero no deja de mirar la puerta del sótano la cual azoto de un portazo. Así sí que me mira a mi. —¿Qué cojones haces? Habíamos quedado en no matarlo.

Relaja la expresión destensando la mandíbula que parecía que iba a reventar.

—Yo... yo... —farfulla pero no dice nada. Marylin se encarama en mi cuerpo y sigo al capitán que se pasa las manos por el pelo. 

Se sienta en un taburete de la cocina tipo loft y tomo su mandíbula obligándolo a mirarme. 

—Sé que no llevamos mucho tiempo juntos, pero puedes contarme que es lo que te pasa, Anders. Con confianza. ¿Quieres agua?

Niega y traga con fuerza y me siento enfrente suya.

—Yo... Lo siento. —musita finalmente bajando la cabeza.

—Eh, —lo detengo. —cuéntame lo que te pasa, puedo ayudarte. Cómo quieras. —digo poniendo las manos sobre sus rodillas.



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En el texto hay: piratas, mar, amor accion secretos

Editado: 25.05.2024

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