Mar de Corazones ✓ [2]

CAPÍTULO 34

<<La selección natural es un proceso evolutivo, que establece la supervivencia del más apto o la preponderancia de la ley del más fuerte en un medio natural sin intervención externa, por lo que los individuos menos aptos o más débiles perecen y sus rasgos no se transmiten a las generaciones siguientes al no reproducirse>>

'Selección natural'

Jason.

Por primera vez en mucho tiempo, las cosas me van bien y ahora me hallo con Dante Messiri al volante, en dirección al Hotel Fairies donde desplumaré a la perra de Laetizia Sinners.

Me ha jodido; corre la gran suerte de que el plan ha funcionado y sigo en el trono, porque sino, aseguro que ya estaba muerta. Sigo esperando que me devuelva el Libro Monárquico y ya que no ha querido dármelo a las buenas, lo hará a las malas y es que se lo arrebataré de sus dedos reumáticos sin vida.

—Messiri, —llamo al chófer egipcio— ¿cuánto falta?

—Aproximadamente tres minutos, Su Majestad.

Esa maldita está con el jefe de las Fuerzas Armadas; Mohler ha vuelto a traicionarme, de nuevo por ella, es por eso que voy a matar dos pájaros de un tiro y toda la Guardia Real me respalda. Voy a deshacerme de los dos en una sola sentada.

El chófer sigue conduciendo a toda velocidad por las calles de la ciudad, La Guardia Real nos hace de vanguardia y llegamos en menos del tiempo estimado.

El Hotel Fairies se cierne ante nosotros con su altitud aproximada de 16 pisos, dieciséis pisos que soy capaz de registrar uno por uno buscando a esa suricata.

—Medio grupo conmigo y medio grupo custodiando las salidas. —ordeno haciendo que varios soldados, entre ellos Liam me sigan.

Entramos al hotel y la secretaría nos mira asombrados.

—Buenas tardes, señorita. —le hablo. —Me gustaría saber donde está alojada la señorita Laetizia Sinners.

—Oh, Su Majestad, lo lamento, pero esa información es confidencial.

Saco el revólver al que le quito el seguro en menos de tres segundos, colocándoselo entre las cejas.

—Jason... —musita Liam.

—Es tu última oportunidad y no vamos a jugar a la ruleta rusa. ¿Dónde está la actriz?

La mujer comienza a temblar y mira algo en su ordenador. Comienza a teclear y apunto a su lado lanzando un tiro.

Esta bala rompe un jarrón y la trabajadora chilla.

—¡¿Dónde está?!

—¡Piso once, habitación 4! ¡Por favor, no me haga nada!

Gruño molesto dándole un culatazo en la sien el cual la derriba.

—No era necesario... —dice Liam.

—Desacato a la autoridad. —contesto yendo al ascensor. Todos los soldados me siguen incluyendo al jefe. —¡Así se va a volver esto ahora y el que no me haga caso se va para la puta cárcel!

Entro al ascensor y los tres soldados que me acompañan se suben conmigo junto a Davis.

Pulso el once y la desesperación en lo que esta mierda sube comienza a avasallarme.

Llegamos en lo que parecen ser tres años y el largo pasillo me recibe con la imagen de la mujer de pelo castaño huyendo por el pasillo.

—¡Laetizia! —chillo saliendo detrás de ella.

El pasillo tiene dos salidas y ella ha ido por la izquierda; hago lo mismo llegando a las escaleras.

Me asomo soltando la tanda de tiros que fallo cuando la veo bajando de tramo en tramo. Grita y los soldados siguen corriendo detrás de ella. Las escaleras en espiral complican todo y emprendo la carrera tirando a un lado los tacones que se ha puesto.

No sé cuántos pisos bajo, la furia es mayor a todo nivel de sensatez y en menos de medio minuto estoy en el primer piso buscando a esa desgraciada.

Ando hacia los ascensores empujando todo a mi paso.

—¡Está aquí! —grita uno de los soldados en la planta inferior. Vuelvo a las escaleras y salto los tramos llegando al piso principal donde salgo llegando a la puerta aledaña al puesto de la encargada desmayada.

Los soldados disparan contra la actriz que esquiva valiéndose de los objetos y decoraciones del hotel.

Avanzo corriendo y, por los cristales veo como al ver a todos los hombres que aguardan en la entrada se va hacia la derecha que, si no me falla la memoria, es la piscina.

—¡Fuego! —grito haciendo que todos se alteren y disparen erróneamente. —¡Panda de inútiles!

Salgo detrás de ella, tratando de atinar los tiros contra la mujer que va en zigzag, en un vestido ceñido que ha roto a los costados dejando ver su ropa interior para poder moverse con facilidad.

Llegamos a la piscina y un tiro la derriba cayendo al lado de unos setos.

Se encuentra justo frente a mí al otro lado de la alberca, cae en los setos y lanzo otro tiro cuando se levanta y salta la valla pero no tengo balas.

—¡Joder, mierda!

Recargo lanzando el cartón vacío y se tira de la valla cayendo al suelo. Distingo su muslo sangrante y corre hacia la derecha. Me giro encontrando a esta partida de inútiles todos amontonados.

—¡Va para el otro lado! —grito señalando la carretera donde están todas las camionetas.

Corren hacia allí y yo le sigo el rastro saltando la reja.

La veo corretear medio coja. El hotel se encuentra en una zona poco edificada y llena de arena, entonces sale del edificio, salta la valla y acto seguido se tira hacia la acera cubierta por un muro de piedra.

Continúa su carrera hacia el coche encendido, uno de color azul oscuro, donde distingo al perro de Maximilian.

—¡Hijo de puta! —lanzo los tiros que impactan contra la puerta que cierra detrás de ella y arranca a toda velocidad.

Corro lo más rápido que puedo montándome en un coche y arrancando detrás de ellos.

Liam es el único que llega a montarse conmigo y le paso el testigo conduciendo.

El coche se va de lado a lado pero los diviso al fondo de la larga avenida.

—¡Acelera!

Davis hace lo que le indico y suelto los tiros que golpean la pintura del coche.



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En el texto hay: piratas, mar, amor accion secretos

Editado: 12.06.2024

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