Mar de Ladrones ✓ [1]

CAPÍTULO 17

Antes de empezar quiero aclarar algo. 

Como ya sabéis, en este mundo ficticio están en guerra los dos bandos de un mismo país, ¿no? 

Y son el bando rojo y el azul. 

Vale, bien. 

Pues un abordaje es que cualquier tripulación decida intentar abordar y robar en tu barco. 

No necesariamente tiene que ser del bando rojo, puede ser del bando verde o del mismo azul. Es que otros tripulantes intenten robarte. Osea, que no os extrañe si los abordantes son incluso del mismo bando. 

Ahora si, os dejo con el capítulo. 

'Terminus'

Dalina. 

Dos semanas después del extra, un mes después del capítulo 16.

Mezclo las especias en la olla, agarro la bandeja del pescado que ha troceado Louise y lo echo, removiendolo con el agua para que agarre el sabor adecuado.

Miro de reojo a Jake, el cual, trocea las verduras que también echaremos al plato. Se acerca echando todo lo que tenía la bandeja a la olla.

Louise y yo nos miramos de reojo, el capitán está planeando para él por su traición, estoy segura.

—Louise. —llamo a mi amiga. —Quedáte tú removiéndote esto, ¿sí? Tengo que ir a hablar con el capitán. —con los ojos le señalo a Jake, que esta detrás nuestra.

—Claro. —asiente y toma mi puesto, cogiendo la cuchara y removiendo la sopa.

Me quito el delantal dejándolo en la mesa y ando hasta la habitación del capitán, se esta preparando para la siguiente misión, la número seis, que es recoger una gallina de oro en la isla a la que nos dirigimos. Llego hasta la habitación del barco donde duermo con el capitán, tocando la puerta.

—Sí, pasa. —le oigo decir desde dentro. Sonríe al verme, esta de pie acomodandose las mangas de la camisa. —Dalina, ¿que te trae por aquí? 

—Tenemos que hablar. —su sonrisa se borra inmediatamente de su rsotro y me doy cuenta de que no he usado las mejores palabras. —Osea, no de lo nuestro ni nada, sino de...

—¿Lo nuestro? —sonríe de nuevo, mostrando sus dientes perfectos. —¿Entonces hay un nosotros?

Noto mi cara enrojecer al instante.

—¡No venía ha hablar contigo de eso! —me quejo.

La verdad es que podría decirse que si que siento algo por el capitán. Pero es que... para que haya un 'nosotros'...

—¿Entonces a que venias? —la voz de Anders me saca de mis soliloquios internos. 

—Ah... venía a preguntarte que... ¿que vas ha hacer al final con Jake?

—¿Como que que voy ha hacer con él?

—Sí, tipo que que vas ha hacer con él por lo que hizo y tal...

—¡Ah, eso! Bueno, algo le he planeado.

Me da miedo lo que este señor pueda planear.

—Anders, cariño... me da miedo lo que tú puedas planear. Sabemos que te pones un tanto violento cuando te enfadas. 

—¿Violento, yo? ¡Si soy inofensivo! —hace un puchero. —Solo te daré un pequeño adelanto de lo que he pensado para la rata que casi nos cuesta la vida... pagará sus deudas al estilo pirata, te lo aseguro. —se acerca rápidamente y me da un pico. —Me voy, que tengo que robar una gallina de oro.

Río ante su comentario y sale disparado de la habitación, conmigo detrás.

—¡Craber, Asia, Tamara! —llama a las personas a las que ha seleccionado para la misión. 

Subo las escaleras detrás de Anders que llega a la cubierta, donde ya lo esperan. El barco para justo en la orilla del pequeño islote Meredith's Torakve, donde habitan las gallinas doradas que debemos recojer. Al ser una misión fácil no tiene que ir toda la tripulación.

—Vamos a colocar la tabla y pasamos hacia allá.

Eso es lo que hacen y colocan la tabla, estableciéndola con fuerza en la orilla, dejando que pasen. Los elegidos por Anders bajan junto a él y desde dentro recogemos la tabla. Supongo que no tardarán mucho.

Me doy la vuelta dejando la tabla allí, bajando de nuevo por las escaleras hasta llega en la cocina, donde está Louise con la olla, removiendo.

—¿Ya has despedido a tu novieicito? —murmura dándose la vuelta y llevándose una uva a la boca de las que reposan en el cristal. 

—Ay, Louise, madura. —río agarrando otra uva y llevandola a mis labios. —No es mi novio. 

—Sí, bueno. A ver cuánto te dura. Mucho te divertiste tú con Anders en el mástil.

—Lo mismo te digo a ti con Faraday. —le guiño un ojo y agarra una uva para lanzármela, frunciendo el ceño. Ahí es cuando me percato que Jake no está en el lugar. —Louise, ¿donde está Jake?

—Mmmm, no sé. Se ha ido hace un rato, y cómo sabemos cómo es, no le pregunté ni nada.

—Ajá... ¿cómo va la sopa? —pregunto mirando dentro de la olla.

—Bien, ya esta casi hecha.

Asiento con la cabeza mientras me pierdo por los pasillos llegando al lugar de las habitaciones. Ando hasta el fondo llegando a la habitación que comparto con Anders. Entro al lugar y busco mi diario.

Y no, porfavor, no. No soy una adolescente con las hormonas desorbitadas que escribe sus fantasías sobre sexo inexperto con el chico que le gusta, no. Simplemente... se me hace relajante escribir aquí.

Lo encuentro reposando en el tercer cajón de la mesilla, que separa las camas de Anders y la mía. Agarro el lapicero que cuelga del pequeño libro y busco la última vez que escribí en él. 

22 de agosto de 1880, el día de mi primera cita con Anders. Releo lo que pone el día que escribí. 

¡Anders me ha invitado a salir! En este momento, seguramente, lea esto y me diré: Dalina, pareces una boba adolescente, pero bueno. Sólo vengo a decir ¡lo que llevo esperando tanto tiempo se ha cumplido! Y si, obvio, Dalina, sé que luego te harás la dura de '¿gustarme tú a mi, Anders?', porque te conozco, te colocarás tu máscara de hielo, y harás cómo sino te encantará el capitán. Sólo quería dejarte esto para que refñexiones, futura Dalina: asume las cosas como son. 




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