Dalina.
Linea temporal: Después de la reunión en la borda del capítulo 22.
Esto no es necesario leerlo.
Disfrutadlo :)
—Bueno, mis marineros. —comienza el capitán, sacándome de mi trance de chismosa. —Os he reunido aquí... —noto como su mirada cae en su hermana, que esta cabizbaja, mientras que Craber está en una postura calmada. Putos estigmas. —por un tema que creí haber dejado claro.
Los grumetes se miran entre ellos.
—¿El qué?
—Las relaciones entre nosotros. —Faraday pierde el color y Louise toma uno escarlatino. —Ya que me he enterado de que por aquí... —mira de reojo a Anne y Nedda, a Craber y Sohnya... —hay algunos líos. Las cosas se tienen que oficializar. No se puede estar en un limbo en el que no se sabe si somos o no somos, eso distrae la mente de lo que estamos aquí. ¿No es así, Louise, Faraday?
Al oírlo, Louise abre mucho los ojos y Faraday tensa la mandíbula.
—Anders...
—Ya no debería dejar que nadie tenga algo con alguien del trabajo. ¿Pero que le voy ha hacer yo? lo que no quiero es que os distraiga de vuestro trabajo porque ahí tendremos un problema. ¿O no, Nedda, Anne?
Los sonidos de sorpresa ante la (no directa, pero sí bastante inidrecta) revelación de Anders son perceptibles. Anne parece muy tranquila, al igual que Nedda, que parece darle igual.
—¿De que te sirve contar quienes se han liado, Anders? —pregunta Louise, que parece furiosa.
—No me sirve de nada. Sólo que así ya no tenéis que esconderos. Os estoy haciendo un favor. ¿No, Craber y Sohnya? —responde apartando la mirada de Louise y llevándola hasta su hermana, que enrojece en cuestión de segundos. —No creas que te ibas a librar por ser mi familia.
—Madre mía, esto ya parece un bukake... —comenta Denni, el artillero.
—¿A que sí? —contesta, irónico.
—Anders. —lo llama Louise, furiosa. Se pone de pie hasta quedar en frente del capitán. Él le saca unos cuantos centímetros, pero aún así ella se encara. —¿Sólo vas a contar lo de los demás, o también vas ha hablar de lo tuyo?
—¿Acaso crees que sería tan bobo de reñir a los demás por lo mismo que hago yo? —observo el panorama: Craber ríe, Anne y Nedda estan neutrales, Faraday con la mandíbula tensa, Darko y Denni ríen, Aldous resopla... —He dejado lo mejor para el final, por así decirlo.
Me levanto al instante.
—Anders, no...
—Déjalo que hable, Dalina. A ver que tiene que contarnos. —replica Aldous, sentado en frente mía. Sonríe malevólamente. Lo sabe.
—Cállate, Aldous...
—Sí, Aldous tiene razón. Déjame hablar. —dice Anders, poniéndome de los nervios. —No es justo que desvele a los demás... y a mí mismo no. —sonríe, maliciosamente. —Esto te pasa por chismosa, mi lady. —me guiña un ojo y maldigo de todas las formas posibles. —Sí, yo también he tenido un lío aquí dentro. —Se acerca hasta mí, y me agarra del brazo, llevándome al centro del círculo.
—Anders...
—Y es con ella. —me señala, los que ya sabían, entre ellos, Faraday, Louise, Craber o Aldous no se sorprenden, más Nedda, Darko, Denni y etcétera no demuestran lo mismo. —Pero yo sí voy ha hacer algo más que dejarlo caer. Os presento a quién, bueno, ya la conociaís, pero... —me mira, sonriente y su mirada me derrite. —Os presento a Dalina Fontes como mi novia.
La sorpresa y el calor interno me invaden por completo al oír las palabras de mi capitán. Observo reacciones: Louise ahora ya no está enfadada, está feliz, media tripulación se sorprende, Anne me mira, orgullosa, Asia se alegra...
—Anders, ¿de verdad que...?
—Claro, Dalina. Me he adelantado casi un mes que los del libro pero... no aguantaba más. Sólo falta que bueno... me digas que sí, oficialmente.
Ni siquiera pienso la respuesta.
—¡Sí!
Me lanzo a sus brazos con necesidad y le beso con una pasión desconocida en mí. La tripulación, expectante, aplaude como si de una boda se tratase.
Ahora, puedo decir oficialmente, que Anders Hemsworth es mi novio.
Nos despedimos de los demás, que quedan aún en círculo.
Me deja tumbada en la cama y comineza a quitarse la ropa. Empieza por la camisa, dejando a la vista sus abdominales por los que siento la humedad bajar a mis zonas bajas.
Se coloca encima de mí, mete su mano por dentro de mi vestido hasta llegar a mis bragas.
—Anders... —Roza mis zonas más érogenas por encima de la ropa interior.
Con fuerza, me agarra de las caderas dándome la vuelta dejándome boca abajo. Desabrocha mi vestido, mi sostén también, dejándome sólo en bragas.
Ahora, vuelve a darme la vuelta para tocar mis pechos y pasar la lengua por ellos, erizados y duros po la excitación. El capitán desabrocha su cinturón, quedo esperando a que se quite los pantalones, más no es así.
—Anders...
—Dejáte llevar, Dalina.
Agarra su cinturón y engancha mis muñecas, enganchándolas con el cinturón al cabecero de la cama.
Siento mi vagina empaparse aún más si eso es posible.
—¿Que vas ha hacer?
—¿Contigo? Lo que a mi me de la gana.
Ahora sí, se quita los pantalones y acto seguido los boxers, dejando al aire la gran erección que se deja ver. Se coloca de nuevo encima de mí, besando y chupando la aureola de mis pechos, provocando que gima debido a la sensación.
El capitán continua bajando, hasta llegar a mis bragas, donde finalmente las aparta, quedando ambos desnudos por completo.
Allí, intento mover las manos pero la atadura a la que me ha sometido no me deja.
Acerca su boca hasta mi entrada, donde la pega con necesidad lamiendo el néctar de mi excitación. Luego, pasa su lengua por ella, besando los labios y apretando mi clitorís, lo que me provoca una punzada de placer.
—Anders... —gimo su nombre con desesperación cuando succiona el punto de nervios, provocandome un escalofrío.