Mar de Ladrones ✓ [1]

CAPÍTULO 33

'Misión 19: Costillas encantadas de cerdo de Gardener's Crave'

Anders.

La luz del día me despierta al entrar por la ventana, indicando que ya ha amanecido. 

—¿Qué hora...?

Murmuro mirando el reloj, son las 09:44.

Miro a Dalina, durmiendo a mi lado tan plácidamente.

Me levanto y me visto, saliendo del cuarto, pasando por la cocina y encontrando a mi hermana en la cocina.

—Hola, Sohnya. —la saludo.

—Buenos días, Anders.

Dice sin mirarme a la cara mientras sigue preparando el café. Desde el día que la encontré con Craber, apenas me ha hablado, y mucho menos mirarme a la cara.

—Te estoy saludando, Sohnya. —la regaño. —Mírame a la cara cuando te hablo.

Estoy a su lado, levanta la cara mirándome con esos ojos verdes, iguales a los míos. 

—¿Qué?

—¿Qué cojones te pasa?

—A mi nada, Anders.

—No me mientas. —me acerco más a ella. —Soy tu hermano mayor y sé cuando mientes.

—¿Y a mí qué?

—Que sé que ahora te pasa algo conmigo. 

—Te estoy diciendo que no.

—¿Acaso tu molestia proviene de que te encontré poniéndole los cuernos a tu marido con mi amigo? 

Me mira al instante, con la mandíbula apretada.

No contesta, dándome a entender que efectivamente es eso.

—Con que es eso, ¿eh?

—Cállate.

—No. —refuto. —No voy a insistir más, si acaso te crees que le voy a decir algo a Percy vas mal encaminada, pero no estaré esperando a que sigas con él.

Me giro, dispuesto a irme, pero siento su brazo en el mío, girándome hacia atrás.

Me dejo llevar, me gira y sin más dilación, me abraza en un gesto bastante fraternal. La siento sollozar contra mi chaqueta.

—No le soporto, Anders. 

—¿De cual de los dos hablas?

Mi hermana se separa de mí, para mirarme con el ceño fruncido.

—De Percy, gran idiota. —pronuncoa con rabia, separándose de mi. —Es simplemente... simplemente imbécil, bebe como un albañil, grita por todo, cabezón, testarudo, terco... —comienza a enervarse.

La miro sonriente, imaginarla con Craber, que es como mi hermano —o más bien hijo— me hace gracia.

—Ay...

—Ah no, ni ay, ni oy. —me mira, escudriñandome con esos orbes verdes intensos que heredó de mí y de Joset. —Ya veo por donde vas, y no. No me gusta Craber.

—Ya.

—¡Anders! —se queja. —Craber tampoco es mucho mejor. Es un gandul, bruto, soberbio, como un niño chiquito, bobo, infantil, inmaduro... Me pone negra, con sus chistes malos y sus manías raras de comprar desodorantes de seis en seis. Es... —Noto su voz quebrarse. —Craber. ¿Pero como no le voy a querer?

El giro radical que ha dado esta conversación me ha mareado y vuelve a abrazarme para llorar contra mi chaqueta. Me siento un padre animando a su hija en su primer desamor adolescente.

—Sohnya —la llamo, se separa de mí de nuevo. —¿hace cuánto te acuestas con Craber?

Se gira violentamente. 

—Hace... —hace una pausa. —un añito.

—¿PERDÓN? 

—Shhhhhh. —me manda a callar. —Es un secretito que quedará en familia.

—Pero si yo te vi genial con Percy hace no mucho tiempo.

—Eso te crees tú. —queriendo dar por finalizada la conversación, pone todos los cubiertos y pega un grito:—¡Ya está el desayuno listo!

Como un pastor llamando a sus ovejas hambrientas, los tripulantes salen de sus habitaciones, mientras que Sohnya se va con la bandeja para el que esté vigilando. Que tampoco le quedará mucho, si ya casi vamos a salir hacia Gardener's Crave.

La misión de hoy es la pesadilla de los veganos; matar un cerdo para, —literalmente— abrirlo y sacar sus costillas. Pero son cerdos encantados, que nada más les proporciona violencia. 

Me siento en la mesa cuando todos están listos. Comenzamos a desayunar hablando de puras banalidades sin importancia. 

Una media hora después, me levanto para salir a la zona del timón, levando anclas y extendiendo la vela. Con esto listo, agarro el mapa y lo dejo en frente, para guiarme para ir a Gardener's Crave.

Saliendo de la isla y dirigiéndonos al noroeste, en menos de hora y media, la pequeña isla de Gardener's Crave, famosa por su fauna de puros cerdos encantados.

—¡Levad anclas, recoged vela! —ordeno de la misma forma que lo hago siempre, así lo hacen y atraco el barco en la isla de Gardener's Crave, más concretamente en la orilla. 

Los tripulantes se reúnen en un círculo, listos para que elija los que vendrán conmigo.

—Aldous, Enerah, Tamara. Conmigo. —selecciono a mis tripulantes cuando pongo la tabla, colocándola en la arena de la playa de la isla. Antes teníamos escaleras de mano, pero para un abordaje es peligroso. —Llevad espadas y tranquilizantes.

Bajamos a la isla y este pedazo de tierra en medio del mar es completamente plano, solo tiene una pequeña parte de hierba con palmeras, donde corretean los cerdos.

Con un costillar es suficiente. Los cerdos tienen una apariencia normal, pero fueron castigados cuales humanos con plagas en la Biblia hace miles de años, y es lo mismo que con todos los animales encantados; los matas, los descuartizas, los deshaces, pero vuelven a aparecer.

Observo quien lleva la bolsa y es Aldous. 

Andamos por la arena que es la tierra de toda la isla, veo a los cerdos saltar de lado a lado, con mucha felicidad. Luego, pastan de la pequeña zona de hierba.

—Pasadme un tranquilizante. —digo mientras nos acercamos poco a poco a los cerdos. 

Abro la parte de atrás de la pistola y meto el tranquilizante, adelantándome un poco más, y escondiéndome detrás de unos árboles y apunto al animal más cercano. Quito el seguro de la pistola para lanzar la aguja. 

Apunto a la yugular del animal que ahora descansa para pastar, antes de que se vuelva a mover...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.