Mar de Ladrones ✓ [1]

CAPÍTULO 46

'La noche de las auras 2'

Anders.

Calma.

Es lo único que no siento ahora mismo; la intranquilidad que me está dando esta noche me está poniendo de los nervios. Siento mi corazón atacar mis costillas y aporrear mi pecho con mucha fuerza, tanto así que es casi lo único que escucho.

Respiro hondo, Mara está mirándome, todos están en silencio, me tranquilizo listo para seguir.

—Sigamos. —murmuro, tragándome las lágrimas como si todo me diese igual.

—Bien. —comienza Mara. —Es algo complicado así que os voy a dar el contexto. Todo empieza con la maldición de Hermione Duponte.

<<¿Hermione Duponte? ¿La mujer de la calavera de la misión final?>>

Mi gesto de sorpresa, al igual que el de todos los tripulantes es evidente.

—¿Hermione Duponte? —dice Craber.

—Sí. Tuvisteis una misión para recoger su calavera maldita, ¿verdad?

Trago fuerte.

—Sí. —es increíble como analizando mi aura es capaz de ver todo eso.

—Bien. Ella tiene una maldición, como sabréis.

—Sí. —es lo único que logro decir.

—Su maldición... es de sangre por sangre. Ella era una comandante que la monarquía mandó a matar por descubrir sus nexos con la brujería y asesinatos. Además, estos la maldijeron para que rondase por su isla hasta el fin de los tiempos como alma en pena, y que todos sus familiares sufrieran la misma pena. ¿Me equivoco?

—No, todo lo que dices es cierto. —todo es verdad, pero no entiendo que tenemos que ver.

—Pues bien, Hermione tenia un hermano pequeño. —frunzo el ceño. ¿Quién? Nunca se ha hablado de él. —Este hermano sabe que si mataba a un número de personas con una maldición conexa a la de Hermione, se desharía de ella. Es decir, si maldecía a cierto número de personas y conectaba las maldiciones, se desharía de la maldición de su hermana.

—¿Qué número de personas?

—Dieciséis. 'Dieciséis almas podrán anular una maldición' según las escrituras embrujadas.

Las escrituras embrujadas son como la Biblia de las brujas.

Todo conecta en mi mente. <<Dieciséis. Dalina, Faraday, Louise, Denni, Darko, Nedda, Tamara, Dusten, Anne, Asia, Shiver, Aldous, Jake, Sohnya, Craber y yo. Dieciséis almas>>

Miro al resto, que están tan sorprendidos como yo.

—No entiendo. —habla Dalina. —Osea... ¿nos pasó su maldición?

—No. Cuando se maldice a alguien, se pueden conectar las maldiciones... como si esa maldición quedase de efecto secundario, pero esto se hace porque si se matan este número de personas, es decir, dieciséis —Los que somos nosotros, la tripulación— se puede anular esa maldición que se ha conectado.

—Y vosotros erais dieciséis personas al principio de todo esto, ¿no? —dice Ursule y la miro, asintiendo.

—Bien. —contesta Dalina. —Entonces, ¿quién es el hermano de Hermione que nos impuso esa maldición para anular la de su hermana?

—Ese hermano es... —hace un poco más de fuerza, bebo del mejunje morado que es entre agrio y dulce. Parece dar en el clavo segundos después. —el alcalde de West Plate, Saller Duponte. Y utilizó una bruja en la isla de Waders Grove.

Siento que me atraganto con el mejunje.

Los sonidos de sorpresa son inevitables, Dalina se pone de todos los colores, Louise empalidece, Faraday se pone rojo de la ira...

—Claro. —murmuro, cuando las piezas del puzzle en mi cabeza se juntan. —Por eso nos mandó a la segunda época de mar tan rápido. Por eso metió a tres personas más a la tripulación. ¡Para formar el dieciséis!

—Anders... —susurra Dalina cuando me levanto, enfadado. Estampo el vaso contra el suelo frente a toda la familia Sawzky. Mara no sale del estado de permancía.

—¡Quería matarnos a todos para librarse de la maldición de su hermana! —miro a Mara de nuevo, sé que me ve aunque tenga los ojos completamente blancos. —¿Cuando la impuso?

Hace un poco más de fuerza, tanta, que por un momento, temo que le pase algo, sus sienes se tornan rojas por el esfuerzo, pero segundos después, suspira.

—19 de agosto de 1880.

Todo cuadra, joder. Él jamás había mencionado nada de tener una hermana, la cual era Hermione... nos impusó una maldición para matarnos, conecto la suya para deshacerse de ella a cambio de todas nuestras vidas... y ya se ha llevado cuatro. ¿Cómo pudo hacernos esto? ¡No es nuestra culpa sus embrollos familiares!

—¡Joder!

La rabia me lleva a golpear una roca de una patada, me paso la manos por la cabeza y empiezo a dar vueltas sobre mi propio eje. Miro a Mara, de nuevo.

—¿Cual es la forma de acabar con esa maldición?

—Matar a la bruja que la impuso y al que la quiso imponer. —dice Mara, que le cuesta hablar porque parece que le falta el aire.

<<Tengo que matar a Saller y a la bruja de Waders Grove.>>

—Tripulación, —ordeno, con voz firme. —prepararos, mañana cogemos a Veneno y nos vamos a Waders Grove.

Me giro, listo para irme hacia la casa de Milla a hacer las maletas, pero un estruendo me detiene y me doy la vuelta para encontrarme con los hijos y Wesker Sawzky atendiendo a Mara, la cual, ha caído al suelo.

—¡Mara!

Corro hasta ella, haciéndome paso entre las personas. La mujer, con los ojos cerrados, parece inconsciente.

—¡Hay que llevarla al hospital! —grita Ursule.

El hospital, el cual está bastante cerca, tiene una buena estabilidad.

Cargamos a la mujer entre unos cuantos y la llevamos hasta el hospital.

<<Ha tenido una sobrecarga de energía y ha sido culpa mía.>>

Dakota.

—¿Flufenzaparina?

Asiento con la cabeza, sonriente.

—Eso es un antipsicótico, señorita. No puedo venderlo si no es con receta.

<<Si supieras lo fácil que me ha sido conseguirla.>> Con ir al médico de cabecera, decirle que estaba triste, ir al psicólogo, decirle que estaba loca, ha sido suficiente para que me den la receta de los medicamentos estos.




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