'Extremo'
Anders.
27 de mayo.
—Oiga... nosotros no venimos en son de guerra... —murmuro echando mano al revólver en mi espalda.
—¿Ah, no? —pronuncia con su voz de ultratumba.
—No, señora.
Oigo al resto de los muchachos llegar detrás mía.
—¿Y cómo puede demostrarme eso el mayor traicionero de West Plate?
Suspiro.
—Veo que estar en una cueva no le ha evadido del mundo exterior, señorita.
—Kina. Llámame Kina. —dice, bajando de los aires y volviendo normales sus ojos. —¿Si no venís a matarme, a que venís? La única forma de acabar con la maldición es esa.
—No, no, Kina. —trato de poner mi mejor sonrisa y mi mejor tono. —Hemos leído otro métodos... que pueden eximirse de la maldición para tener que acabar únicamente con Saller.
—¿Sí?
—Sí.
El silencio se hace entre nosotros.
—¿Y por qué debería traicionar a Saller para unirme a vosotros?
Se acerca hasta nosotros, posa su mano en mi hombro y saltan todas las alertas de los tripulantes, que la apuntan con todas sus armas.
Trato de respirar y calmarme para manejar la situación.
—Wow, veo que para venir en son de paz estáis... algo tensos.
Hago un gesto con la mano para que todos bajen las armas detrás mía.
—Venimos en paz, pero no se tome tantas confianzas.
—No me hables de usted, que no soy tan vieja, capitán. —nos escudriña con la mirada. —¿Qué queréis de mí?
—Queremos la verdad, Kina.
Parece sorprenderse.
—¿La verdad?
—Sí. —murmuro, adelantándome hacia ella. —Porque Saller nos vendió, como fue el día que vino... y si sabes algún secreto más de nosotros.
—Estáis finos se creéis que voy a contaros algo.
—Te beneficia unirte a nosotros, Kina. Te lo aseguro.
—¿Y eso porque?
—Se va a desatar algo muy gordo. Y lo mejor es que vengas con nosotros. —digo, con seguridad. —¿O acaso vas a poder con Saller y todos los que vendrán por ti? —relaja su postura. —Únete a nosotros, Kina. Es lo más sensato. Pero para eso tienes que contarnos todo lo que sepas.
La mujer suspira y ahora, vista fríamente, es igualita a Morticia Addams.
—¿Y yo que gano a cambio?
—La cabeza de quién te traicionó, Saller Duponte.
La sorpresa en ella ahora si es evidente.
—¿Traición? ¿De Saller?
—Sí. —me adelanto con un paso firme que perpetúa la seguridad. —Él fue quién nos contó sobre que tú eras la bruja que pusó la maldición. Y que para acabar con la maldición, tenemos que matarte.
Esta sarta de mentiras es por el bien común y espero que cuele. La mujer parece analizarnos levemente, así que reviso mentalmente mi porte para que muestre seguridad. Entrecierra los ojos y de repente los abre de golpe, hasta que me tiende la mano.
—¿Por qué iba a hacer eso?
Abro mucho los ojos.
—Parece que no le conoces, Kina. —comienzo. —A Saller solo le interesa el dinero. Es lo único que le gusta y lo único que le importa. ¿No ves que sería capaz de traicionar a su madre por un millón de oro? Es una rata avariciosa y por eso debemos acabar con él.
Kina parece estar pensando que hacer. Posa su mano sobre su barbilla, analizando la situación. Apesar de que la mitad sea mentira, debo hacer que me crea. Los tripulantes están detrás mía, observando en completo silencio la conversación que mantengo con la bruja.
—Le creo, mi capitán. —acepto el trato dándole la mano.
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—Un día vino a visitarme ya que una bruja, que dicen que es una bruja errante, le avisó de que tenía el aura muy oscura, y ahí comenzó todo, el día 5 de agosto del año pasado. —<<Todo cuadra. A mi me pasó lo mismo... esa bruja errante me visitó.>> —Entonces ella le dijo que tenía una maldición, muy muy fuerte. Y vino a mí ya que soy de las mejores brujas que hay en Guiena.
<<La primera visita fue algo simple, analizar el aura y le dije que tenía la maldición de Hermione Duponte y fue cuando me contó que era su hermana. Le dije que no se la podía quitar... pero que podía eliminarla con un dicho de las escrituras embrujadas.
—Acabar con 16 almas con la maldición conexa. —termino y la bruja asiente, cruzando sus piernas sobre el sofá malta.
—Así que ideamos otra sesión y aunque se atrasó bastante, en esta, me vino con la lista de las dieciséis almas. —saca un papel de su bolsillo, entregándonoslo.
Lo leo y veo todos nuestros nombres con una foto en blanco y negro al lado. La rabia me consume, estamos absolutamente todos... y hasta los que iban a entrar luego, como lo son Nedda, Tamara y Dusten.
—Maldita sea...
—Ese mismo día, el 19 de agosto, hicimos la maldición de muerte por muerte y la conectamos con la de Hermione Duponte. Tuvimos que elegir una fecha... y esa fecha es septiembre de este año. Así que sí. Con mi ayuda, os impuso una maldición de muerte por muerte conexa con la maldición de Hermione Duponte. Y quería quitarsela de en medio... acabando con vosotros antes de septiembre de este año.
Los sonidos de sorpresa e incertidumbre de mis grumetes es audible y no puedo evitar sentir el pinchazo al corazón que perpetúa el hecho de que les oculté eso. Pero era lo mejor, en realidad.
—Venía a visitarme regularmente, contándome todo ilusionado. —sigue contando. El clon de Morticia Addams se pone en posición de imitarlo. —<<¡Mira, Kina! ¡Los he mandado a una época de mar con enfrentamientos a krakens y de todo! Seguro que aquí mueren unos cuantos.>>
No puedo evitar que la ira me tome imaginándome a Saller hablando de nosotros como si no valieramos nada. Resoplo con ira.
—Dios santo...
—Sí, muy fuerte todo. —murmura. —Ahora, ¿queréis algo más de mi? Ya os he contado todo lo que sé. Bueno, sí. También me hizo hacerle un hechizo de atracción fiscal.
—¿Atracción fiscal? —cuestiona Craber.