Mar de lágrimas

Inesperado

-Bueno pues empezemos y lo primero que vamos hacer es analizar las tendencias relacionadas con la demanda y la oferta de los consumidores ya que no se si sabes pero tenemos una gran competencia- asentí y pues es cierto, MAC company es la segunda mejor empresa en comercio y transporte internacional de esta ciudad, y por lo que he investigado, los dueños de cada empresa tampoco se llevan muy bien, pero no se el porque y la verdad no me interesa.

Luego de cuatro horas, revisando documentos, sentía que veía doble, y es que no hemos parado en ningún momento. 
mientras seguía checando los papeles, sentí que Eider me estaba mirando fijamente, lo cual me hizo sentir incómoda y pasarme la mano por el brazo, pero en ningún momento subí la mirada.

-Jessie- dejé lo que estaba haciendo para mirarlo.

-Dígame-

-Podrías dejar de tratarme como si soy un vejete que te lleva, treinta o cuarenta años? por favor- Me dijo un poco serio y yo fruncí el ceño, no esperé que se enojara por eso.

-Lo siento, pero es que yo no lo hago por edad-

-Entonces por que lo haces?- me dijo enarcando una ceja.

-Simplemente, por respeto y porque usted no me ha dado la confianza o permiso y yo no la querido tomar- le dije igual de seria que el.

-Bueno, pues ya tienes mi permiso para llamarme por mi nombre, el cual supongo ya te lo sabes, y si no es así déjamelo saber para repetirlo-

-La verdad es que me siento más cómoda, diciéndole como hasta ahora lo he hecho- dije bajando la cabeza para seguir con lo que estaba.

-Pues yo no- dijo lo cuál me hizo subir la cabeza y por lo que veo, está más serio.

-Bueno está bien "Eider", usted es quien decide como lo llaman- dije enfatizando su nombre para que vea que si me lo se.

-Gracias, "Jessie"- me dijo en el mismo tono que yo pero después vi una pequeña sonrisa en su boca que intento disimular, pero no lo logró- y ya te puedes ir a comer, para eso fue que te llame, pero como te pusiste un poco rebelde en cuestión a como tratarme, me desvíe del tema ¡disculpa!- yo solo asentí, ordené los documentos, tomé mi bolso y salí.

Cuando bajé al primer piso del edificio, me di cuenta de que, no tenía idea de donde estaba el comedor o cafetería de este lugar, y no me quedó de otra más que acercarme a Tamara la chica de recepción, pues es la única que conozco aquí abajo.

-Hola- dije acercándome a ella.

-Ah, hola jessie- me dijo sonríendo- pasa algo?-

-Bueno, es que estoy en mi hora de almuerzo y estoy buscando un lugar para comer y me preguntaba si me podrías ubicar un poco donde esta el comedor de aquí?-

-Claro que sí, también es mi hora de almuerzo ¿te gustaría que te acompañe?- me preguntó.

-Esta bien, no hay problema- asentí.

-Ok, espera dos minutos y termino de enviar un correo- yo solo volví asentir.

Después de que envío el correo, nós dirigímos al comedor, el cual a decir verdad es bastante grande, decidí comprar una ensalada con un jugo de naranja natural.

-¿Enserio, solo vas a comer eso?- me preguntó mi acompañante,  asentí- yo no podría comerme solo eso-

-Ya estoy acostumbrada- dije encogiéndome de hombros.

-Y yo no me acostumbraria- eso que dijo me saco una sonrisa, la verdad es que se ve que es muy simpática.

-Y como te ha ido en tu primer día de trabajo?- me pregunto.

-Pues ni bien, ni mal- dije pensando en todo lo que ha pasado.

-¿Como que ni bien, ni mal?-

-Pues, el lugar donde me toca trabajar, aún no esta habilitado y me tocó trabajar junto al Señor Eider-

-¿Es en serio?- asentí- Eider es el mejor amigo de Marcos, deberías estar feliz- me encogí de hombros.

-Pues a mi, me da lo mismo- dije terminando de tomar mi jugo.

Luego de cinco minutos más, cada una nos fuimos, a nuestro lugar de trabajo, cuando iba a abrir la puerta, me detuve ya que escuché a Eider hablando, y al parecer es por teléfono.

-Ya te dije que, no iré- dijo el levantando la voz- as lo que quieras con tu vida- después de eso no escuché más nada por lo que decidí tocar y asomarme.

-Puedo entrar?- Enarcó una ceja para después asentir.

-Si ya estas trabajando conmigo, creo que no hay razón para que pidas permiso, puedes salir y entrar cuando quieras- me dijo a lo que yo asentí.

Seguimos con lo que estábamos, por un par de horas, luego el tuvo que salir a recibir una llamada y yo, pues necesitaba descansar la vista, así que me levanté a ver la vista de la cuidad y mientras miraba por la ventana algo llamó mi atención del otro lado de la oficina así que me acerqué, en una foto estaba Eider con un niño que tiene un gran parentesco a el.

-Es mi hijo- Me dijo el, estaba tan concentrada que no me había dado cuenta que el había entrado, se acercó donde yo estaba y pues me sentí un poco incomoda porque estaba muy pegado, que decidí irme sentar.

-Cuantos años tiene?- pregunté, la verdad es que me sorprende  que tenga un hijo.

-Acaba de cumplir su primer año- me dijo sonríendo, lo cual me hizo sonreír, sin darme cuenta hasta que habló.

-Deberías sonreír, más a menudo- inmediatamente dijo eso, voltee hacia los documentos- no entiendo por que siempre estas tan seria- si supieras que ya no tengo motivos para sonreír- pero bueno tu sabrás-

Y así seguimos, el resto de la tarde, yo solo dirigiéndole la palabra cuando tenía alguna duda.

Cuando llegó la hora de irme, recogí los documentos, los puse en su lugar y antes de salir decidí despedirme.

-Ya me voy, necesita algo más-

-Si dos cosas por favor- asentí para que supiera que estaba escuchando- la primera es que ya dejes de dirigirte a mi con tanto respeto, eso ya lo hablamos hoy en la tarde pero parece que es muy difícil para tí-

-Si tienes razón, disculpa- dije en tono bajo- y lo segundo que necesitas?-

-Que me dejes llevarte a tu casa- ¿que?.

-Gracias por el ofrecimiento pero no hace falta- lo vi fruncir el ceño levemente.




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