Él asintió con un poco de asombro, este viaje había sido más largo que los anteriores ¿Mi padre se encontrará bien? sentí como Mabel me tomó delicadamente del brazo para evitar que resbalara, con una pequeña sonrisa le agradecí.
En el resto de la lectura, pude sentir la extraña mirada de Oliver sobre mí, era algo extraño, me resultaba tan incómodo que entorpecía mi lectura.
-Señorita Amelia- susurró Mabel.
-¿Ha sucedido algo?- pregunté ya que era bastante extraño que interrumpiera.
-Sí, veo la silueta de alguien cerca de nosotros, es una silueta femenina- señaló el lugar.
Dirigimos nuestras miradas en su dirección y logramos percibir que se alejaba.
-Eso es extraño- susurré.
Oliver se colocó rápidamente en pie y salió en busca de esa mujer, los minutos pasaron y llegó nuevamente sin respuesta.
-Creo que deberíamos terminar pronto y regresar a casa- sugerí e hicimos así.
Al llegar, me dejé caer sobre mi cama, había sido un día largo y a la mañana siguiente estaría en un viaje de un día, de solo pensar eso me emocionaba al ver una diminuta esperanza de cancelar ese compromiso.
Pov. Oliver.
¿La última vez que la vería? Bueno, de algo estoy seguro y es que esa no sería la última vez que lo haría, pero, no sé nada de ella.
-Oliver- me giré al ver a mi anciana madre a la puerta.
-¿Ha pasado algo, madre?- me levanté y caminé hacia su dirección.
-Falta cada vez menos para que deje este mundo y no he conocido a la chica de la que me has hablado, incluso no se la has presentado a tu padre para que pida su mano por tí- ayudé a que se sentara.
-Lo sé mamá, lo sé… pero hay un pequeño detalle que pasé por alto- la miré -Ella debe irse del lugar, no me ha dicho aún a dónde irá-
Ni tiene razón para hacerlo, somos completamente desconocidos, hay algo en ella y en esa mujer que nos vio que me hace sentir curiosidad, esa chica parece ser de una gran familia, a pesar de esto, su comportamiento es algo burdo, creo que tendré que buscar la manera de resolver este misterio que la rodea.
Pov. Amelia
-¡Vamos Amelia!- exclamó mi madre mientras salía.
-La extrañaré mucho abuela- la abracé -y a usted también abuelo- sonreí acercándome a su dirección.
-La casa se sentirá un poco vacía sin ustedes aquí- respondió con una leve sonrisa.
El camino fue un poco silencioso, el ambiente estaba lleno de malas energías, eso pasa cuando mi madre está molesta con mi padre, pero si él no está aquí ¿Estará molesta conmigo?
-Madre ¿Está enferma?- inquirí acercando un poco el asno a su dirección.
-No, solo… Estoy preocupada por saber cómo le fue a tu padre en su viaje- mantuvo la mirada al frente.
Las semanas pasaron y mi padre finalmente conocería a mi prometido, la idea de tener que ver a una persona mayor y casarme con ella me revolvía el estómago, lo que más me molestaba era que mis padres me estaban vendiendo por escalar en las posiciones sociales.
-Amelia, apurate, tu prometido no tardará en llegar y debes cocinar para él, así sabrá las cualidades que tienes- sonrió.
Asentí como respuesta y tuve una idea, ¿Qué pasaría si nota que no soy tan buena en las tareas del hogar? una sonrisa de lado se posó en mi rostro y la mirada preocupada de Mabel me decía que lo había notado.
-Señorita Amelia, no sé qué está pensando, pero puedo decirle que es una pésima idea- se acercó a mí.
-Amelia, ya está aquí- dijo mi madre entrando al lugar.